Un avión ruso Su-30 se estrella en Karelia y deja dos pilotos muertos durante una misión de entrenamiento.
Un caza ruso Su-30 se estrelló ayer jueves alrededor de las 19:00 (hora de Moscú), durante un vuelo de entrenamiento sin munición en la República de Carelia, en el noroeste del país, causando la muerte de ambos pilotos, según el Ministerio de Defensa del país.
El Ministerio confirmó que el incidente ocurrió durante un ejercicio programado con aeronaves del 159.º Regimiento de Aviación de Caza de Rusia. El jefe regional, Artur Parfenchikov, declaró que los pilotos, ambos miembros del regimiento, fallecieron en el lugar del accidente. Este siniestro se suma a una serie de recientes pérdidas aéreas en operaciones de entrenamiento militar rusas.
Expertos ya habían declarado que el creciente número de accidentes aéreos rusos probablemente se debía a la escasez de tiempo para el entrenamiento, la falta de pilotos experimentados, las exigencias del combate en Ucrania y el deterioro de los estándares de seguridad.
El Su-30, con el nombre en clave de la OTAN “Flanker-C”, es un caza polivalente bimotor, se utiliza ampliamente para entrenamiento de defensa aérea y misiones tácticas. Estos vuelos están diseñados para mantener la preparación de los pilotos y probar los sistemas de la aeronave en condiciones operativas. La repentina pérdida de la aeronave pone de relieve la preocupación constante por el desgaste del equipo y la seguridad de los pilotos en entornos de entrenamiento de alta intensidad.
Un portavoz del Ministerio de Defensa expresó sus condolencias y destacó la profesionalidad de los pilotos, afirmando: «Estos aviadores sirvieron con distinción, y su compromiso con el deber representa los más altos estándares de nuestras fuerzas aéreas».
Las autoridades han abierto una investigación para determinar la causa del accidente, y se esperan las primeras evaluaciones en las próximas semanas. El incidente podría motivar nuevas revisiones de los protocolos de entrenamiento y los procedimientos de mantenimiento de las aeronaves.
Posteriormente se confirmó que nadie en tierra había resultado herido y que no se produjeron daños materiales, ya que la aeronave cayó en una zona boscosa.
La pérdida del Su-30 y su tripulación pone de manifiesto los riesgos asociados a la aviación militar y refuerza la necesidad de una supervisión continua de la seguridad operacional. Los investigadores pretenden identificar los factores que contribuyeron al accidente para ayudar a prevenir sucesos similares.
Joroen Vogelaar



Mi pésame a los pilotos y aun más a sus familias.
Lamentablemente no me sorprende nada la noticia, la profesionalidad de las fuerzas armadas rusas y la calidad y mantenimiento de los equipos debido a «la guerra», lamentablemente es lo que tiene.