Corea del Sur rinde homenaje a los F-4 Phantom en su retirada del servicio.
Durante más de medio siglo, la presencia de estos cazas han contribuido a la superioridad aérea de Corea del Sur y EE.UU.
El flujo de combustible a los cazas F-4 (también conocidos como Phantom II) que protegieron los cielos de la República de Corea con inquebrantable dedicación durante los últimos 55 años está a punto de cortarse, marcando el final de la intensa misión disuasoria de los cazas en la península coreana.
Es útil examinar por qué la República de Corea y la alianza entre ambos países confiaron en el F-4 para contrarrestar la amenaza del norte de la República Popular Democrática de Corea (RPDC) tras la guerra de Corea y cómo el avión satisfizo sus necesidades. Los surcoreanos tienen una importante deuda de seguridad con este avión.
El F-4 se diseñó para satisfacer diversos requisitos operativos. Construido por McDonnell Douglas (fusionada hace tiempo con Boeing), el F-4 fue uno de los pocos cazas utilizados por la Marina, la Fuerza Aérea y el Cuerpo de Marines estadounidenses.
Además, el F-4 fue una herramienta de diplomacia militar para Estados Unidos. Fue suministrado a aliados clave de Estados Unidos, como la República de Corea, el Reino Unido, España, Australia, Israel y Japón, así como a Irán, Egipto y Turquía. De los 12 países que operaron el Phantom, sólo Turquía, Grecia e Irán siguen haciéndolo.
La decisión de adquirirlo en 1968
Tras el final de la Guerra de Corea, la República de Corea tenía una fuerza aérea relativamente inferior a la de la República Popular Democrática de Corea. Antes de adquirir el F-4, Corea del Sur sólo contaba con unos pocos F-86 Sabres y F-5A en su fuerza aérea. El Norte tenía más del doble de cazas, MiG superiores, con bases operativas bien ocultas. La RPDC podía desplegar hasta 150 aviones en 5-15 minutos.
El proceso de adquisición del F-4 no fue sencillo. Para asegurar la superioridad aérea sobre la RPDC, el jefe de Estado Mayor de las Fuerzas Aéreas de Corea, Chang Ji-ryang, propuso la adquisición del F-4 en el «Plan Quinquenal de Mejora de las Fuerzas Aéreas» de 1966. Al año siguiente, el primer ministro Chung Il-kwon llegó a un acuerdo con el secretario de Defensa estadounidense Robert McNamara para modernizar el equipamiento militar de Corea del Norte, lo que condujo a una revisión de los suministros de F-4.
Convencer a Estados Unidos de que introdujera esta avanzada arma, algo sin precedentes en el noreste asiático en aquella época, fue todo un reto. A EE.UU. le preocupaba el impacto en el equilibrio estratégico regional si la República de Corea, que carecía de cazas de segunda generación como el F-105, adquiría el último caza de tercera generación.
A principios de 1968 se produjo un cambio estratégico con la incursión de los comandos de la RPDC en la Casa Azul y la captura del USS Pueblo, que intensificaron las tensiones en la península. El presidente Park Chung-hee solicitó un importante apoyo militar a Estados Unidos.
Presionó a Estados Unidos para que cumpliera sus exigencias, incluida la retirada de las tropas surcoreanas de Vietnam. Finalmente, Estados Unidos prometió suministrar el F-4. Se celebraron conversaciones oficiales durante la visita del enviado especial Cyrus Vance, y en la cumbre entre la República de Corea y Estados Unidos celebrada en Honolulú el 18 de abril de 1968 se llegó a un acuerdo para suministrar 34 cazas F-4 antes de finales de año.
La era del F-4 Phantom II
En aquella época, para operar eficazmente el «único» activo estratégico de Corea del Sur, el F-4, las Fuerzas Aéreas de la República de Corea se fijaron el objetivo de completar la preparación operativa del F-4 a finales de la década de 1970. Enviaron a 112 personas, entre pilotos, especialistas en mantenimiento y armamento, a Estados Unidos para preparar su funcionamiento independiente. El 29 de agosto de 1969 se creó el 151º Escuadrón de Cazas (F-4 Phantom II Squadron), que voló con los aviones directamente a través del Pacífico hasta la base aérea de Daegu.
Tras la caída de Vietnam del Sur en 1974 y la reducción de las fuerzas estadounidenses en Corea en virtud de la Doctrina Nixon, se lanzó una campaña de recaudación de fondos para la defensa nacional, y en poco tiempo se recaudó la importante suma de 33,6 millones de dólares. El gobierno de la República de Corea utilizó 13,4 millones de dólares de esta cantidad para comprar otros cinco F-4 Phantom en 1975, que a su llegada a la base aérea de Daegu fueron bautizados como «Pilseung Squad».
Se adquirieron 80 F-4D más. A partir de 1976, la ROK comenzó a introducir cazas F-4E. En total, las Fuerzas Aéreas de la ROK crearon un total de 92 unidades F-4D, 27 unidades de reconocimiento RF-4C y 103 unidades F-4E.
El núcleo de la superioridad aérea en la península
El Phantom fue crucial para contrarrestar a la RPDC y a su principal caza, el MiG-21. Durante la guerra de Vietnam, el Phantom tuvo un ratio de bajas favorable contra el MiG-21, lo que le valió el apodo de «MiG Killer». Su presencia limitó las tácticas aéreas norcoreanas y aseguró la superioridad aérea de la República de Corea y Estados Unidos en la península, gracias a varios factores:
Operaciones aéreas en cualquier condición meteorológica: El Phantom realizaba todas las misiones aire-aire como DCA (defensive dounter air), ESCORT y misiones aire-tierra como AI (air interdiction) y CAS (close air support). A diferencia de los cazas anteriores, disponía de un asiento trasero para un oficial de sistemas de armas, lo que proporcionaba flexibilidad en la ejecución de las misiones. Posteriormente evolucionó hasta convertirse en un avión versátil para todo tipo de condiciones meteorológicas, con sistemas de radar y navegación de alto rendimiento, que llevó a cabo misiones aire-aire y aire-tierra hasta que el KF-16 estuvo plenamente operativo en 1994.
Potente armamento: En una época en la que la magnitud de la potencia de fuego se consideraba crucial para los ataques estratégicos, la capacidad de carga útil de 6,8 toneladas (15.000 libras) del Phantom era abrumadora. Antes de la introducción del misil guiado aire-tierra de largo alcance SLAM-ER con el F-15K, el misil Popeye del Phantom era la única arma capaz de bombardear Pyongyang. El Popeye, con una ojiva capaz de penetrar 2 metros de hormigón y un peso de 350 kg, tenía más poder destructivo que el misil SLAM-ER de 230 kg.
Capacidad de represalia estratégica: Cuando sonaba la sirena de alerta, el Phantom podía armarse con un misil Popeye y alcanzar con precisión objetivos a 112 km de distancia con un margen de error de un metro en 30 minutos. Esto convirtió al Phantom en un activo estratégico clave para tomar represalias inmediatas contra las provocaciones norcoreanas durante décadas. Tras el incidente terrorista de Myanmar Aung San en 1983, la República de Corea formó incluso una unidad «lista para matar» con cazas F-4E para tomar represalias contra Corea del Norte, lo que pone de manifiesto el valor estratégico y la disponibilidad operativa del Phantom.
Interoperabilidad de la alianza entre la República de Corea y Estados Unidos: El Phantom no fue sólo una plataforma, sino un ejemplo significativo de cómo la alianza entre la República de Corea y Estados Unidos superó los dilemas de la autonomía y la seguridad. Permitió al ejército de la República de Corea, que carecía de poder militar tras la Guerra de Corea, adquirir capacidades independientes. Simbolizó la confianza temprana y la mejora continua de la alianza de Estados Unidos con sus aliados. Las fuerzas de la República de Corea y de Estados Unidos mejoraron su interoperabilidad operativa al realizar operaciones aéreas conjuntas en el teatro de operaciones coreano, contribuyendo a la disuasión estratégica y a la defensa mediante el fuerte vínculo de la alianza entre ambos países.
El Phantom inmortal
El 7 de junio, el Phantom realizará su último vuelo, poniendo fin a más de cinco décadas de servicio. Las lecciones aprendidas de la operación del Phantom subrayan la importancia de las consideraciones de nivel estratégico en las adquisiciones militares. El legado y el simbolismo del Phantom perdurarán y seguirán protegiendo a la República de Corea como un guardián inmortal.
Hanbyeol Sohn y Jinki Lee
Buen artículo, comentando la actuación del F-4 en manos surcoreanas. Indudablemente uno de los mejores cazas de la historia, el Mc Donnell F-4 Phantom II, nacido como caza naval puro para operaciones de defensa de la flota para operar en los nuevos super portaaviones clase USS Forrestal (CV-59), alcanzó en modelos posteriores una alta polivalencia, por lo que es considerado uno de los máximos exponentes de cazas de tercera generación. Fue utilizado no solo por la USN, sino también por la USAF y el USMC y suministrado a 12 países aliados, convirtiéndose en una poderosa herramienta política de EEUU. Fue utilizado con gran éxito en cuanta guerra participó, y tiene un ratio positivo muy alto de derribos/bajas como caza respecto de su principal antagonista, el MiG-21, labrado en la guerra de Vietnam y las guerras árabe-israelíes a partir de 1969, cuando llegaron los primeros ejemplares a Israel. Es hasta la fecha, el caza occidental construido en mayor número, siendo fabricados un total de 5195 ejemplares de todos los modelos. Como punto negativo se podría mencionar el costo operativo y la dificultad de mantenimiento, exigente como pocos para mantener un alto nivel operativo.
Y no solo eso. El F-4 es el avion con el que pasó el caza de ser un arma a ser un sistema de armas. Marcó un antes, donde los cazas eran dependientes a la meteorología y a la vista del piloto, y un después donde los cazas eran multimisión, todo-tiempo y capaces de atacar multiples objetivos fuera del alcance visual. Y la guinda del pastel ¡Embarcado en un portaaviones!
Personalmente me parece el mejor avion de combate ya que en su momento fue el que mayor salto cualitativo dió en la historia de la guerra aérea. Mayor que la ametralladora del Eindekker, que el furtivo F-22 e incluso que el reactor ME-262.