El buque de apoyo a buzos de la Armada marca un punto de inflexión para el entrenamiento subacuático.
La Armada Española ha anunciado un hito importante con la colocación de la quilla de su nuevo buque de apoyo a buceadores en el astillero Freire de Vigo. Este avance se enmarca en la aceleración de la renovación de la flota auxiliar española y el fortalecimiento de las capacidades de las unidades de buceo militar.
El programa refleja un esfuerzo más amplio por modernizar los recursos de intervención subacuática en un momento en que la seguridad costera, la protección de infraestructuras y la resiliencia marítima adquieren una mayor importancia estratégica.
La presentación de esta nueva fase destaca por reforzar la determinación de España de seguir siendo un referente en la formación de buceadores militares y en las operaciones subacuáticas.
La nueva Embarcación de Apoyo a Buceadores, designada NC 739, es una plataforma compacta pero altamente especializada, dedicada a la Escuela Española de Buceo. Con 32,9 metros de eslora, 9 metros de manga, una autonomía de 500 millas náuticas y capacidad para 15 personas, el buque está diseñado específicamente para misiones de entrenamiento altamente controladas y operaciones costeras.
Su diseño se basa en sistemas subacuáticos avanzados, como el posicionamiento dinámico DP-2 para un mantenimiento de posición preciso, una cámara hiperbárica para descompresión segura y asistencia médica, y una campana húmeda que permite a los buceadores realizar tareas complejas a profundidades cercanas a los 90 metros.
La plataforma puede operar con sonar de barrido lateral y vehículos submarinos no tripulados, lo que le permite realizar inspecciones, búsqueda y recuperación, y estudios del fondo marino con un nivel de autonomía sin precedentes para las escuelas de buceo de la Armada.
Este proyecto es el resultado de un ciclo de desarrollo estructurado, moldeado por la experiencia operativa y la renovación integral de la flota auxiliar de la Armada Española. La decisión de incorporar un buque de apoyo al buceo se tomó debido al envejecimiento de las plataformas existentes y a la necesidad de un buque escuela moderno que pudiera liberar a las unidades de mayor tamaño de las tareas rutinarias de buceo.
Las especificaciones del buque se perfeccionaron en colaboración con equipos de ingeniería nacionales para garantizar que cumpliera con los requisitos de la Escuela de Buceo y los centros de intervención subacuática de la Armada. Su construcción, encomendada a un astillero con experiencia en buques avanzados de investigación y apoyo, marca una nueva alianza en el panorama naval español, con entrega prevista para 2026 tras un periodo de construcción cuidadosamente planificado por fases.
El NC 739 ofrece una clara ventaja sobre los buques de uso general o auxiliares no diseñados para operaciones de buceo. Su tamaño compacto y su sistema de posicionamiento dinámico DP-2 le permiten maniobrar con eficacia en zonas costeras restringidas, accesos a puertos y aguas poco profundas donde la precisión es fundamental.
Equipado con instalaciones hiperbáricas, una campana de inmersión y soporte para sistemas no tripulados, el buque proporciona una plataforma totalmente integrada para entrenamiento en aguas profundas, inspecciones de casco, reparaciones subacuáticas e investigaciones posteriores a incidentes.
A diferencia de los buques auxiliares de mayor tamaño, el NC 739 logra menores costes operativos y emisiones reducidas gracias a la incorporación de tecnologías ecológicas y una configuración de potencia optimizada. Desde una perspectiva estratégica, mejora la preparación de España para misiones de seguridad submarina, al tiempo que refuerza su credibilidad en ejercicios multinacionales.
De este modo, posiciona a España como un actor clave en la formación de buceadores y la preparación operativa dentro de los marcos aliados.
La magnitud financiera del programa pone de manifiesto cómo una inversión relativamente modesta puede generar importantes ventajas operativas e industriales. La iniciativa se puso en marcha en el marco de un proyecto específico de apoyo naval centrado en la renovación de la flota auxiliar, siendo el buque de apoyo a buzos una prioridad clave.
Tras un proceso de licitación competitivo, se adjudicó el contrato a un astillero español, lo que supone su debut como proveedor en la construcción naval para la defensa. Este esfuerzo impulsa el crecimiento del sector naval nacional, fomenta los avances tecnológicos en sistemas submarinos y contribuye a mantener una base industrial sólida capaz de suministrar activos navales especializados.
La colocación de la quilla del NC 739 es, por lo tanto, mucho más que el inicio de la construcción de un casco: marca un cambio en el enfoque de España hacia el entrenamiento y la intervención subacuática. Al invertir en una plataforma diseñada específicamente para operaciones de buceo, la Armada refuerza los estándares de seguridad, mejora el realismo del entrenamiento y libera a las unidades de superficie de mayor tamaño para misiones de mayor complejidad.
A medida que el buque avanza hacia su botadura y las pruebas de mar, su impacto se definirá por la profundidad de las capacidades que aporta a las operaciones subacuáticas españolas, consolidando la posición de la Armada como líder en buceo militar tanto en el ámbito nacional como en el de los aliados.
Alain Servaes


