El futuro buque de mando de guerra aérea del Reino Unido y sus escoltas de drones.
BAE Systems ha presentado en la feria DSEI su visión para la futura flota de superficie de la Royal Navy, incluyendo el camino a largo plazo hacia el destructor Tipo 83 y un enfoque de sistema de sistemas distribuido construido alrededor de un gran buque de mando de guerra aérea y combatientes más pequeños y altamente adaptables.
En una rueda de prensa, Geoff Searle afirmó que BAE está modernizando su sistema de gestión de combate en virtud del contrato a largo plazo “Re-Code”, adjudicado el año pasado. “Estamos invirtiendo significativamente en la modernización completa de nuestro sistema de gestión de combate para desarrollarlo en la segunda versión. Esta será la base de la capacidad central soberana deseada”, explicó.
La nueva arquitectura, añadió, permitiría a la Marina Real integrar socios, equipos y sistemas no tripulados a través de “interfaces seguras, protegidas y ágiles”.
Neil Griffiths amplió los temas que definen el diseño naval de BAE: liderazgo tecnológico, gestión energética sostenible, tecnología de misión, innovación en fabricación y tripulaciones eficientes. “Nos esforzamos por reducir costes, acortar los plazos y mejorar la calidad en estos programas clave”, declaró, citando los avances en soldadura, robótica y estructuras ligeras.
La dotación eficiente, señaló, es fundamental para aumentar la masa en el campo de batalla y reducir el riesgo para el personal, con la automatización y la autonomía integradas en las nuevas plataformas.
Gavin Rudgley señaló tres factores clave para la flota futura: la evolución de las amenazas de alto nivel, la adaptabilidad del ciclo de vida y la reducción de la tripulación. La IA ya se utiliza para acelerar el diseño de buques, afirmó, con cientos de formas de casco que ahora se modelan en horas en lugar de meses. «Muchas armadas están impulsando la reducción de la dotación de buques. Esto se logrará mediante la automatización, la autonomía y la incorporación de la inteligencia artificial, pero también mediante un cambio cultural en la forma de operar los buques», señaló.
Rudgley presentó dos diseños conceptuales. El primero es un gran Buque de Mando de Guerra Aérea que albergará sensores, baterías de misiles, cañones navales y armas de energía dirigida, además de funciones de mando para plataformas desplegadas más pequeñas. La capacidad de supervivencia es un factor clave, ya que el buque actuaría como un nodo de alto valor dentro de una red dispersa.
Junto a él, se prevé un trimarán de combate más pequeño como plataforma desplegable de sensores y efectores. El modelo presentado en DSEI, basado en el casco del demostrador del trimarán Tritón, incluía sistemas como el radar Artisan, un cañón Mk4 de 40 mm, celdas de lanzamiento vertical, un conjunto de sonares remolcados, la integración del submarino autónomo Herne y un diseño de tripulación reducida.
Se está estudiando una dotación de tripulación ultrareducida y, potencialmente, una autonomía total.
Cuando se preguntó si el Tipo 83 sería una evolución del diseño del Tipo 26, representantes de BAE confirmaron que era una opción que se estaba considerando. “Claramente, si pudiéramos hacerlo, nos beneficiaríamos del ahorro en costes y plazos de desarrollo. El Tipo 26 ha demostrado ser una plataforma muy capaz con márgenes de beneficio, por lo que es obvio que podemos seguir desarrollándolo”, declaró un funcionario.
Los modelos exhibidos en DSEI destacaron la flexibilidad que BAE pretende incorporar en sus diseños. El concepto del Buque de Mando de Guerra Aérea incluía opciones para celdas de lanzamiento vertical Mk41, cañones navales de 57 mm y 40 mm, LDEW, sistemas no tripulados como los UAV y UUV T650, y una selección de configuraciones de casco con esloras de 130 m o 150 m. El trimarán, más pequeño, mostró una bodega de misión en contenedores capaz de embarcar activos como el T-650 con torpedos Sting Ray.
Juntos, los dos diseños ilustran cómo BAE Systems imagina una estructura de flota distribuida para la Marina Real: una combinación de poderosos buques de mando y escoltas adaptables, con tripulación reducida o autónomas, diseñados para evolucionar con las amenazas y las tecnologías a lo largo de décadas de servicio.
George Allison



En cierto sentido tendría sentido que la modularidad y drones acabarán convergiendo en este concepto y es curioso que sean los ingleses y no la US Navy los primeros en estudiarlo en serio. Un buque madre que gestiona varios buques no tripulados más pequeños que pueden realizar misiones específicas: defensa aérea, antisubmarina, guerra de minas, etc. Por un lado será más caro que el concepto actual pero por otro lado ofrece muchas ventajas. Ya no hablamos de recargas sino de rotación de drones, la perdida de un barco no tripulado es asumible, posibilidad de cubrir un área mas grande, la.pitencia de fuego es escalable añadiendo más buques no tripulados,…. Eso sí, el buque madre se convierte en el talón de Aquiles. Su pérdida supone que todo se viene abajo con lo cual hay que ver cómo afrontar esta posibilidad. Logísticamente hay que ver cómo se repara y suministra en el Mar a esos buques no tripulados. Hace falta otro buque más que se encargue.