Estados Unidos debate su estrategia para los submarinos clase Virginia con la mente puesta en el Indopacífico.

Un informe del Servicio de Investigación del Congreso ha destacado las principales preocupaciones y desafíos relacionados con el programa de submarinos de ataque clase Virginia y el proyecto AUKUS (Pilar 1).

El informe subraya las dificultades que enfrenta la Armada de los Estados Unidos en la producción de submarinos y las implicaciones estratégicas e industriales de la venta de varias unidades a Australia.

La desaceleración en el ritmo de construcción de los submarinos clase Virginia y el creciente retraso plantean interrogantes cruciales sobre la capacidad de Estados Unidos para mantener su flota submarina y, al mismo tiempo, cumplir con sus compromisos internacionales.

Desde 1998, la Armada de Estados Unidos ha estado construyendo submarinos de la clase Virginia para reemplazar gradualmente a los obsoletos submarinos de la clase Los Ángeles. Sin embargo, a pesar del objetivo inicial de producir dos submarinos al año, este nunca se ha cumplido. Desde 2022, la tasa de producción real se ha reducido a aproximadamente 1,2 submarinos al año, lo que ha generado un retraso que preocupa a los funcionarios de defensa.

La Armada trabaja actualmente para aumentar esta tasa a dos submarinos al año para 2028, con el objetivo a largo plazo de alcanzar las 2,33 unidades anuales.

Los submarinos de la clase Virginia están diseñados para la guerra submarina, la vigilancia, el reconocimiento y los ataques de precisión con misiles Tomahawk. Equipados con propulsión nuclear, tienen un alcance casi ilimitado y pueden operar discretamente en zonas estratégicas.

Desde su introducción en 2004, se han implementado varias mejoras, incluyendo el Módulo de Carga Útil Virginia (VPM), que aumenta la capacidad de carga de misiles. Esta modificación permite a los submarinos más recientes transportar hasta 28 misiles de crucero adicionales, lo que mejora su capacidad de ataque de largo alcance.

El presupuesto para 2025 incluye financiación para un solo submarino, mientras que las proyecciones iniciales preveían dos. Esta decisión se atribuye a las limitaciones presupuestarias y a la necesidad de estabilizar la industria mientras se soluciona el atraso. Sin embargo, algunos congresistas abogan por la financiación de un segundo submarino, argumentando que proporcionaría mayor estabilidad industrial y enviaría un mensaje claro a las potencias rivales, en particular a China.

El proyecto AUKUS marca un cambio significativo en la cooperación estratégica entre Estados Unidos, el Reino Unido y Australia. Anunciado en septiembre de 2021, su objetivo es dotar a Australia de capacidad submarina de propulsión nuclear.

En virtud de este acuerdo, cuatro submarinos estadounidenses y uno británico rotarán por Australia a partir de 2027. Entre 2032 y 2038, Estados Unidos planea vender entre tres y cinco submarinos de la clase Virginia a Australia, a la vez que apoya la construcción de submarinos SSN de la clase AUKUS en Australia, en colaboración con el Reino Unido.

Esta transferencia de capacidades submarinas busca fortalecer la presencia militar occidental en respuesta al creciente poder naval de China. Sin embargo, la venta reduce temporalmente la flota estadounidense en varias unidades antes de la entrega de reemplazos, un proceso que podría extenderse hasta 2049.

Esta reducción de submarinos operativos genera inquietud sobre la capacidad de Estados Unidos para mantener su dominio submarino y cumplir sus objetivos de disuasión en el Indopacífico.

En esta región, la expansión marítima de China sigue siendo una preocupación clave para Washington y sus aliados. Pekín ha incrementado significativamente su flota de submarinos y su capacidad de proyección de poder, en particular mediante la expansión de su flota de submarinos de propulsión nuclear y la militarización de islas estratégicas en el Mar de China Meridional.

Este desarrollo forma parte de una estrategia más amplia para desafiar la supremacía marítima estadounidense y restringir los movimientos militares occidentales en la región. El Indopacífico se ha convertido así en un escenario central de la competencia entre Estados Unidos y China, donde el control de las rutas marítimas, las zonas ricas en recursos y los puntos estratégicos clave desempeña un papel crucial para mantener el equilibrio de poder.

La industria naval estadounidense se enfrenta a un reto considerable para satisfacer las crecientes demandas de la Armada y sus aliados del programa AUKUS. Desde 2018, el Congreso ha asignado casi 9.800 millones de dólares para fortalecer la base industrial, mejorar la infraestructura, ampliar la subcontratación y formar una fuerza laboral cualificada.

A pesar de estos esfuerzos, aproximadamente el 70 % de los proveedores clave de la industria submarina operan en condiciones monopolísticas, lo que hace vulnerable la cadena de suministro y podría afectar los plazos de producción. Entregar los submarinos a tiempo, manteniendo la calidad y la eficacia operativa, sigue siendo una prioridad.

El Congreso debe abordar varias prioridades: mantener la base industrial nacional, garantizar la superioridad submarina estadounidense ante la creciente capacidad de China y cumplir los compromisos con Australia. La decisión de financiar uno o dos submarinos de la clase Virginia en 2025, junto con inversiones industriales más amplias y la implementación del AUKUS, tendrá importantes implicaciones para la dinámica de poder en el Pacífico.

Si bien el proyecto AUKUS fortalece las alianzas estratégicas y refuerza la influencia estadounidense en la región, también plantea interrogantes sobre la capacidad de la Armada para mantener su flota de submarinos al nivel necesario. Las decisiones que se tomen en los próximos años tendrán un impacto duradero en la estrategia estadounidense ante la expansión de China y el equilibrio geopolítico general en el Indopacífico.

Timothée

4 thoughts on “Estados Unidos debate su estrategia para los submarinos clase Virginia con la mente puesta en el Indopacífico.

  • el 26 marzo, 2025 a las 08:38
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    Dificultades de produccion ampliamente conocidas desde hace 10 años realmente puede decirse que han engañado a los australianos.

    Su solucion utilizar submarinos ingleses porque ellos si tienen capacidad de produccion y colaborar poniendo equipos electronicos estaunidenses. Muchas cosas van a salir mal.

    Submarinos nucleares franceses era la solucion, y estaran dandole vueltas, pero por orgullo y por compromisos financieros no pueden volver.

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  • el 26 marzo, 2025 a las 08:39
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    Al final no les venderán ningún submarino
    . O si lo venden operará como uno más de la US Navy. Para eso mejor haber comprarlos Barracuda franceses y aceptar que Australia no podía fabricar submarinos. Si ahora se acepta la realidad quizás lo mejor es no aspirar a construir submarinos sino solo parte de ellos. Parece que eso se hará con el futuro submarino que se comparta con los ingleses. Podrían empezar fabricando componentes de los Virginia y así ayudar a desatascar a los americanos. Mal están las cosas en los astilleros que no siquiera se plantearon ceder a Australia algunos de los submarinos que están retirando. Había que ponerlos al día y prefirieron dedicar ese tiempo de astilleros a fabricar nuevos submarinos. Quizás la solución sea subcontratar parte de los barcos en Corea o Europa. Pero con Trump y las leyes de EEUU es difícil

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  • el 26 marzo, 2025 a las 10:45
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    Han engañado a los pobres australianos como a chinos
    Al principio eran submarinos americanos luego dicen que no que no pueden luego dicen que submarinos ingleses con equipo americano

    Lo que no saben es que esos los submarinos actuales se pasan más tiempo en mantenimiento que navegando
    Son muy malos un concepto antiguo y que da muchos problemas
    Además… ellos no necesitan para nada los nucleares que son difíciles de mantener
    Necesitan muchos y normales con muchas celdas de misiles
    Sus problemas vendrán de zonas cercanas

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  • el 26 marzo, 2025 a las 12:09
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    Como parte del acuerdo, Australia está invirtiendo en la cadena productiva estadounidense U$D 15.000 M, con la intención de ampliar la base productiva. A cambio, los técnicos australianos aprenden en EEUU los secretos de la propulsión nuclear, instalaciones a bordo y mantenimiento, además de entrenamiento de la marinería, con la finalidad de crear una base humana con la que poder hacer frente la futura producción nacional de SSN, sin dudas la construcción naval más compleja que existe, junto con los SLBM y los CVN. Pero hay un problema manifiesto en EEUU con la producción de SSN que no es estrictamente financiero. Se puede ampliar la base constructiva y paralelamente atraer la mano de obra con capacitaciones, buenos salarios y un trabajo sostenido en el tiempo. La problemática se encuentra en lo dicho en el artículo: el 70 % de los proveedores, en especial aceros especiales de alta calidad, los únicos que se pueden utilizar para el casco de presión, entre otros materiales especialísimos, como las cañerías de alta temperatura y presión, entre algunos otros insumos imprescindibles, se encuentran en manos monopólicas. Es un defecto grave, más aún en el país de la sana competencia, en las que existen leyes estrictas al respecto y la defensa al consumidor se privilegia ante cualquier acción predatoria del mercado. Parece una contradicción que estos proveedores pongan en jaque al sistema productivo más sensible de EEUU, junto con los sindicatos, que constituyen grupos de poder importantísimos. En este contexto en particular, pareciera una contradicción la política proteccionista de Trump de un arancel de 25% a los aceros que provengan del exterior. La intención es promover la producción nacional, toda vez que los fabricantes prefieren importar acero antes que producirlo en casa, pero atenta contra la competencia y afecta la productividad. Veremos qué pasa más adelante, pero allí está el meollo de la situación por la que a EEUU le cuesta tanto incrementar la producción de buques, no solo SSN. Es una industria muy específica que tiene factores que pueden pasar por privilegios, justamente por su nivel de especialización, y crean un estado de incertidumbre productiva, que ninguna administración ha sabido corregir. Lo hará Trump? A priori pareciera que su política arancelaria tendería a continuar el estado de situación. Respecto a AUKUS, por supuesto que las condiciones pueden cambiar respecto al estado de necesidades propias respecto a sus responsabilidades con terceros, Trump ya lo ha demostrado en lo muy poco que lleva de gobierno. Así que si debe renunciar a entregar SSN a Australia, lo podría hacer, sin dudas. De todas maneras, AUKUS es un plan de larga duración, y no podemos vaticinar hacia adelante con la vista puesta en lo que hace o hará esta administración.

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