Estados Unidos sopesa la transferencia de misiles de crucero Tomahawk a Ucrania.
Washington ha confirmado que está examinando la posibilidad de proporcionar a Ucrania misiles de crucero Tomahawk de origen estadounidense, una medida que marcaría un cambio significativo con profundas consecuencias operativas y políticas. La solicitud, motivada por la necesidad de Kiev de presionar la logística y el poder aéreo rusos mucho más allá del frente, ampliaría la capacidad de Ucrania para mantener en riesgo objetivos distantes y complicaría la postura de defensa aérea de Rusia.
El vicepresidente J. D. Vance afirmó que el presidente Donald Trump tomaría la decisión final, subrayando la sensibilidad de la decisión y el riesgo de escalada, según Reuters.
El Tomahawk es un misil de crucero subsónico de ataque terrestre de largo alcance, diseñado para penetrar a baja altitud siguiendo el terreno contra objetivos fijos y planificados. Modernizado en las variantes del Bloque V, combina navegación y planificación de misiones actualizadas con opciones de ataque marítimo y una ojiva convencional multiefectos.
Referencias públicas y materiales de la Marina de los Estados Unidos sitúan el alcance de ataque terrestre del Tomahawk en más de 1000 km, generalmente alrededor de 1600 km según la variante y el perfil, lo que permite lanzamientos desde zonas muy alejadas de los densos cinturones de defensa aérea.
En servicio en la década de 1980, el Tomahawk ha sido empleado repetidamente por las armadas estadounidenses y aliadas desde buques de superficie y submarinos desde la Guerra del Golfo de 1991.
La flota actual, recertificada del Bloque IV y mejorada al Bloque V, refleja una transición de misiones de ataque profundo puramente fijas a tareas más flexibles, incluyendo ataques marítimos guiados por buscadores, conservando al mismo tiempo su sello distintivo de enrutamiento programable y distancia de seguridad persistente. Estas mejoras iterativas y su amplio uso en servicio explican por qué el misil se considera a menudo un referente en ataque de precisión convencional a larga distancia.
Frente al arsenal actual de Ucrania, el Tomahawk ampliaría considerablemente el alcance y la potencia de fuego más allá de los sistemas ATACMS y Storm Shadow/SCALP, que suelen utilizarse en la clase de ~250-300 km. Sin embargo, en la práctica, las vías de empleo son cruciales. Ucrania carece de lanzadores navales orgánicos para el Tomahawk: sus próximas corbetas Ada/MİLGEM no están configuradas con las celdas del Sistema de Lanzamiento Vertical Mk-41, utilizadas por el Tomahawk, y su modernización sería técnicamente compleja y políticamente delicada.
El lanzamiento desde buques o submarinos aliados de la OTAN es teóricamente posible, pero políticamente remoto, dados los riesgos de escalada y las restricciones legales en el régimen del Mar Negro bajo la Convención de Montreux. En principio, existe una ruta de lanzamiento terrestre a través de la Capacidad Typhon/Mid-Range del Ejército de EE. UU., que adapta el Tomahawk para el lanzamiento terrestre. Sin embargo, se trata de una nueva capacidad estadounidense desplegada para las prioridades estadounidenses en el Indopacífico, algo difícil de transferir al teatro de operaciones ucraniano.
Incluso si se superaran los obstáculos políticos, construir una empresa terrestre ucraniana exigiría integración, capacitación, almacenamiento seguro y un C2 robusto bajo fuego.
Si se implementara una solución de lanzamiento ejecutable, los efectos geoestratégicos y tácticos dentro de Rusia serían significativos. Con trayectorias de distancia de aproximadamente 1600 km, los ataques de la clase Tomahawk podrían amenazar centros de bombarderos estratégicos, nodos de mando e infraestructura crítica de energía e industria de defensa en la retaguardia rusa, forzando la dispersión y el fortalecimiento de las defensas en áreas alejadas del frente.
Los ataques ucranianos de largo alcance documentados este año contra aeródromos estratégicos e infraestructura petrolera en regiones como Sarátov (Engels), Riazán, Múrmansk, Irkutsk y otras, ubicadas a cientos y más de mil kilómetros de Ucrania, ilustran el tipo de objetivos distantes que los misiles de mayor alcance podrían alcanzar bajo una cobertura de ojivas más fiable y robusta.
El enrutamiento programable y el enmascaramiento del terreno del Tomahawk aumentarían la presión sobre las zonas de cobertura del radar ruso, mientras que los puntos de mira de mayor valor podrían incluir bases de bombarderos estratégicos que apoyan campañas de misiles de crucero, importantes refinerías y nodos de combustible como Riazán, cuellos de botella ferroviarios y centros de mando y control cuya interrupción agrava los efectos en el campo de batalla con el tiempo.
La señal estratégica sería igualmente importante: permitir ataques convencionales profundos eleva el umbral de escalada y obliga a Rusia a reasignar las defensas aéreas del frente y los territorios ocupados al interior, alterando el cálculo del coste de los continuos bombardeos de largo alcance contra Ucrania.
Estados Unidos está debatiendo abiertamente las opciones del Tomahawk para Ucrania, pero las variables decisivas siguen siendo la autorización política y la existencia de una ruta de lanzamiento creíble y aceptable. Si se superan estos obstáculos, el alcance, la capacidad de ruta y la ojiva del Tomahawk darían a Ucrania la capacidad de desafiar la retaguardia rusa, poniendo en riesgo bases de bombarderos, infraestructura energética y nodos de mando críticos. Esto impondría una presión persistente sobre las defensas interiores de Moscú y alteraría la dinámica de la guerra, pero también aumentaría el riesgo de escalada, lo que explica por qué los funcionarios estadounidenses insisten en que la decisión final recae en el presidente.
Teoman S. Nicanci
Si se confirma la noticia estaría muy bien, pero acaban de entrar en producción los FP-5 Flamingo (misiles de crucero ucranianos de largo alcance) por lo que la importancia de los Tomahawk se reduce bastante.
Juan Antonio, un 10 por tu entusiasmo los neptuno, tienen yn sistema de guía avanzado, no l9s puedes comparar con los tomahawk, entre otras cosas poruqe ni conoces nada de su sistema de guía.
Ni tú ni yo
Pensar que unos cuantos tomahawk, cambiamos la guerra en Ucrania , es lo mismo que cua do decían que los F-16 Serían definitivos, y en eso estamos
Más allá de su posible uso, que incluso en el mejor de los casos no sería pronto, debido tanto a consideraciones técnicas como políticas, lo que se pretende probablemente es enviar señales a Rusia de que Trump se está cansando y puede que la época de la zanahoria con Putin se está acabando y ahora podría venir la del palo.
Si Putin sigue así puede que deje de tener un amigo en Trump.