India inicia negociaciones con Rusia sobre los cazas Su-57 y el sistema de defensa aérea S-500.
India se está preparando para entrar en una fase decisiva de las negociaciones de defensa mientras se prepara para conversaciones cruciales con Rusia sobre la adquisición del avión de combate de quinta generación Sukhoi Su-57 y el sistema de defensa aérea de largo alcance S-500 Prometheus durante la esperada visita del presidente Vladimir Putin a Nueva Delhi esta semana.
Este acuerdo de alto perfil, con un valor potencial de varios miles de millones de dólares, demuestra la determinación de la India de preservar su autonomía estratégica, incluso mientras Washington intensifica la presión diplomática bajo la administración entrante de Trump. Para Nueva Delhi, esta posible adquisición representa un intento crucial de abordar las deficiencias persistentes en su flota de aviación de combate y su red de defensa antimisiles, en un momento en que se aceleran los cambios de poder en el Indopacífico.
La Fuerza Aérea India (IAF), que actualmente opera solo 31 escuadrones de cazas frente a los 42 requeridos, considera al Su-57 un importante multiplicador de fuerza. El diseño furtivo, la potencia de fuego de largo alcance y el avanzado conjunto de sensores del avión podrían proporcionar a la India una plataforma de quinta generación capaz de contrarrestar los crecientes despliegues de China a lo largo de la Línea de Control Real (LAC) y la continua modernización de la flota de Pakistán.
La crisis en la estructura de fuerzas de la IAF se ha profundizado a medida que las flotas de MiG-21, MiG-23 y MiG-27, cada vez más antiguas, se retiran con mayor rapidez que la llegada de reemplazos. Una revisión parlamentaria a finales de 2024 advirtió que el déficit podría comprometer la capacidad de la India para gestionar escenarios de conflicto simultáneos con China y Pakistán.
Los proyectos autóctonos de la India, como el HAL Tejas Mk1A, el Tejas Mk2 y el Avión de Combate Medio Avanzado (AMCA), siguen siendo prometedores, pero tardarán años en alcanzar su plena capacidad operativa. Mientras tanto, la licitación de 114 cazas extranjeros para el Avión de Combate Multifunción (MRFA) sigue enfrentando retrasos burocráticos y políticos.
En este contexto, el Su-57 se presenta como una solución viable a corto plazo debido a su compatibilidad con el ecosistema Su-30MKI y la infraestructura de origen ruso existente en la India.
Rusia sigue siendo el mayor proveedor de defensa de la India, habiendo suministrado más del 60% del armamento militar del país durante las últimas cinco décadas. Sistemas clave, como el Su-30MKI, los tanques T-90S, los submarinos clase Kilo y el S-400 Triumf, han conformado la capacidad bélica básica de la India.
El programa BrahMos ejemplifica esta asociación, combinando la propulsión rusa con la orientación y la fabricación indias bajo el marco “Make in India”.
Con la entrada en vigor del Acuerdo de Cooperación Técnica Militar (CTM) 2021-2031, ambas naciones continúan impulsando programas de codesarrollo, intercambio de tecnología y sostenimiento a largo plazo. Se espera que la próxima visita del presidente Putin, los días 4 y 5 de diciembre, fortalezca estos lazos, especialmente en materia de defensa, energía y seguridad regional.
La oferta de Moscú de proporcionar la transferencia completa de tecnología y los derechos de producción local para el Su-57 —valorado potencialmente entre 8.000 y 12.000 millones de dólares— subraya un nivel de confianza estratégica que rara vez se otorga a socios extranjeros. Si la India procede, podría encargar entre 36 y 72 aeronaves, con entregas previstas para finales de la década de 2020.
La preparación para la exportación del Su-57 se reforzó en 2025 cuando Argelia se convirtió en el primer comprador extranjero, lo que indica que Rusia ha superado los cuellos de botella iniciales de producción.
Uno de los mayores atractivos del Su-57 es su capacidad para desplegar el misil hipersónico de largo alcance R-37M, que se cree puede alcanzar objetivos a una distancia de hasta 400 km a velocidades superiores a Mach 6. Esta capacidad le daría a la India una importante ventaja competitiva sobre sus rivales regionales, en particular frente a activos de alto valor como los AWACS y los aviones de reabastecimiento aéreo.
Mientras que el Su-57 refuerza el poder aéreo ofensivo, el S-500 Prometheus aborda una necesidad diferente, pero igualmente crucial: la defensa antimisiles. Diseñado para interceptar misiles balísticos, planeadores hipersónicos, aviones furtivos e incluso satélites de órbita baja, el S-500 se encuentra entre los sistemas de defensa aérea más sofisticados del mundo.
El sistema ofrece un alcance de ataque de 600 km para objetivos aerodinámicos y de 500 km para misiles balísticos, con radares avanzados capaces de detectar amenazas a una distancia de hasta 3.000 km. Con un precio de entre 700 y 800 millones de dólares por batería, el S-500 mejoraría significativamente el sistema de defensa aérea multicapa de la India, complementando sus unidades S-400 existentes y los sistemas BMD autóctonos.
Esta capacidad es cada vez más importante a medida que China amplía su arsenal de misiles hipersónicos DF-17 y Pakistán prueba plataformas con capacidad MIRV como Ababeel.
Las negociaciones de la India con Rusia se producen en medio de una mayor presión estadounidense. La administración Trump ha amenazado con imponer sanciones a la CAATSA e introducido fuertes aranceles a los productos indios, alegando que la compra de crudo ruso con descuento por parte de Nueva Delhi apoya indirectamente los esfuerzos bélicos de Moscú.
Según se informa, altos funcionarios estadounidenses, incluido el asesor Stephen Miller, han calificado la posición de la India de “inaceptable”, lo que ha suscitado temores de una renovada tensión diplomática.
Sin embargo, Nueva Delhi se mantiene firme en que sus decisiones de defensa están dictadas por imperativos de seguridad nacional, no por alineamientos geopolíticos. La doctrina de alineamiento múltiple de la India —que permite vínculos profundos tanto con Washington como con Moscú— sigue siendo fundamental para mantener la flexibilidad estratégica en una región volátil.
Si se alcanzan los acuerdos finales durante la visita del presidente Putin, el Su-57 y el S-500 podrían transformar el poder aéreo y la defensa antimisiles de la India durante décadas. Las adquisiciones reforzarían la capacidad de la Fuerza Aérea India (IAF) para gestionar amenazas en dos frentes, mejorarían la estabilidad de la disuasión y consolidarían la posición de la India como una importante potencia militar en el Indopacífico.
Parth Satam


