La ayuda a Ucrania agota rápidamente las reservas de munición de Polonia.
El principal comandante militar de Polonia ha hecho sonar una alarma que resuena en todo el flanco oriental de la OTAN: las reservas de municiones del país han disminuido significativamente debido a su amplio apoyo a Ucrania desde que comenzó la invasión de Rusia en 2022.
El mayor general Maciej Klisz, comandante operativo de las fuerzas armadas de Polonia, reveló en una reciente entrevista televisiva compartida en línea el 30 de marzo que las reservas del país han sufrido un golpe sustancial, lo que genera preocupaciones sobre su preparación para enfrentar posibles amenazas.
Con Polonia posicionada como un aliado de primera línea contra la agresión rusa, esta admisión subraya un desafío más amplio para Varsovia: equilibrar su papel como apoyo clave de Kiev con sus propias necesidades de defensa. Sin embargo, bajo la superficie se esconde una historia de transformación, a medida que Polonia destina recursos sin precedentes a la reconstrucción de su poderío militar.
La revelación llega en un momento crucial para Polonia, una nación que se ha consolidado como uno de los más firmes defensores de Ucrania. Desde el estallido de la guerra, Polonia ha entregado más de 320 tanques T-72 de la era soviética, docenas de obuses autopropulsados Krab y miles de proyectiles de artillería, según datos recopilados por el Instituto Kiel para la Economía Mundial.
Esta ayuda, valorada en miles de millones de dólares, ha ayudado a Ucrania a mantener su lucha contra las fuerzas rusas, en particular en los durísimos duelos de artillería que definen el conflicto. Pero el coste para Polonia ha sido elevado.
La declaración del general Klisz, emitida en un programa de televisión polaco, destaca cómo estas transferencias han puesto a prueba la capacidad del país para mantener sus propias reservas de munición, un componente crucial de la resistencia en combate de cualquier ejército. Si bien las cifras exactas sobre las existencias restantes siguen siendo confidenciales, la sincera evaluación del general señala una vulnerabilidad que Polonia se apresura a abordar.
Esa vulnerabilidad se siente con mayor intensidad en el ámbito de la artillería, donde las contribuciones de Polonia a Ucrania han sido sustanciales. El AHS Krab, piedra angular del arsenal moderno polaco, ejemplifica esta tensión.
Desarrollado por Huta Stalowa Wola, el Krab es un obús autopropulsado de 155 milímetros montado sobre un chasis K9 Thunder surcoreano, propulsado por un motor MTU de 1000 caballos de fuerza. Con un alcance de 40 km con munición estándar, o de hasta 55 km con munición de alcance extendido, puede disparar seis proyectiles por minuto, con una potencia de fuego devastadora.
Con un peso de 52 toneladas y una tripulación de cinco soldados, el Krab integra un sofisticado sistema de control de fuego, lo que lo convierte en un arma versátil tanto para operaciones ofensivas como defensivas. Polonia ha desplegado más de 80 Krabs desde su adopción en 2016, y planea adquirir docenas más para 2026.
Sin embargo, la eficacia del sistema depende de un suministro constante de proyectiles de 155 mm, muchos de los cuales se han redirigido a Ucrania, lo que deja a las unidades polacas potencialmente con recursos insuficientes.
El papel del Krab en la estrategia militar de Polonia se ve reforzado por su compatibilidad con la munición estándar de la OTAN, un cambio con respecto a los calibres de 122 mm y 152 mm de la era soviética que dominaban su arsenal. Esta transición refleja una mayor adhesión de Polonia a las normas militares occidentales, pero también expone una dependencia de las líneas de producción que han tenido dificultades para satisfacer las demandas de la guerra.
En Ucrania, la artillería representa hasta el 70 % de las bajas, y ambos bandos disparan decenas de miles de proyectiles a diario, según estimaciones del Royal United Services Institute. Las donaciones de Polonia —estimadas en más de 50 000 proyectiles para mediados de 2023— han agotado sus reservas, obligando al país a depender de la producción nacional y las importaciones.
El grupo estatal PGZ ha aumentado la producción, pero un informe de noviembre de 2024 de Army Recognition señaló que Polonia asignó 3.000 millones de zlotys [alrededor de 750 millones de dólares] para acelerar la fabricación de municiones, una clara señal de que las reservas habían alcanzado niveles críticos.
La situación de Polonia no es sólo un desafío logístico; es un desafío táctico que podría afectar su capacidad para disuadir la agresión a lo largo de su frontera de 650 millas con Bielorrusia y el enclave ruso de Kaliningrado.
La potencia de fuego del Krab, combinada con la creciente flota polaca de tanques K2 Black Panther, procedentes de Corea del Sur, constituye la columna vertebral de sus fuerzas terrestres. El K2, un gigante de 55 toneladas con un cañón de ánima lisa de 120 mm, presume de un blindaje avanzado y una velocidad máxima de 69 kilómetros por hora.
Polonia encargó 180 K2 en 2022, con planes de adquirir 820 más para 2030, según The Defense Post. Estos sistemas están diseñados para contrarrestar los T-90 rusos y los T-72 modernizados, pero sin suficientes proyectiles y munición antitanque, su potencial de combate podría verse reducido.
La admisión del general Klisz sugiere que las actuales reservas de Polonia podrían no sostener un conflicto de alta intensidad, una preocupación compartida por Dariusz Lukowski, jefe de la Oficina de Seguridad Nacional de Polonia, quien enfatizó que la guerra en Ucrania ofrece una ventana para reconstruir la capacidad militar.
Esa oportunidad se está aprovechando con urgencia. Polonia gasta actualmente el 4,7 % de su PIB en defensa, más que cualquier otro miembro de la OTAN, incluido Estados Unidos, según cifras publicadas por el gobierno polaco a principios de este año. Esto se traduce en unos 35 000 millones de dólares anuales, superando con creces el objetivo del 2 % establecido por la alianza.
B.Nikolov
que clase de estrategas tiene Polonia de que sirve tener cientos de obuses, tanques y otras armas si no tienes las municiones además los rusos no son tontos si atacan a algún miembro de la alianza se arriesga demasiado y en última instancia a un ataque nuclear