Primer avión de combate Rafale B indonesio avistado en la pista de Burdeos.
El primer avión de combate biplaza Rafale B de Indonesia ha sido avistado en la pista de las instalaciones de Dassault Aviation en Burdeos, Francia, mientras se disponía para lo que se cree que es su vuelo inaugural. Según las fuentes, Yakarta se prepara para incorporar 66 cazas multifunción Rafale F4, lo que cambiará el equilibrio estratégico del sudeste asiático.
Se estima que el avión, identificado como Rafale B con número de serie T-0301, estará entre los primeros seis aviones programados para ser entregados a Indonesia el año próximo, lo que marca la fase inicial de la histórica adquisición por parte de Yakarta de cazas franceses de cuarta generación y media.
Este avistamiento sigue a la primera imagen pública de un Rafale B indonesio que apareció en agosto, mostrando el avión acompañado por cuatro pilotos de la Fuerza Aérea Indonesia (TNI-AU) y doce tripulantes técnicos recibiendo entrenamiento en Francia.
El Rafale T-0301 representa parte del pedido inicial de 24 aviones de Indonesia firmado bajo el primer tramo de la adquisición, y Yakarta seleccionó específicamente el Rafale B biplaza optimizado para misiones de ataque, entrenamiento táctico y operaciones conjuntas complejas.
Dassault Aviation está ensamblando actualmente los primeros seis aviones indonesios, mientras que a principios de este año se confirmaron 18 Rafales adicionales, lo que eleva el pedido en firme actual a 42 cazas.
En la primera mitad de 2025, Dassault informó la finalización de siete Rafales: tres para la Fuerza Aérea Francesa y cuatro para clientes de exportación, incluida Indonesia.
La aparición del T-0301 se produce en un momento en que Indonesia está finalizando un paquete de defensa ampliado con Francia que incluirá otros 24 Rafales agregados, duplicando la adquisición posterior planificada por Yakarta de 12 a 24 aviones.
Este acuerdo se basa en el contrato de febrero de 2022 para 42 Rafales, estructurado en tres tramos de 6, 18 y 18 unidades, activados en 2022, 2023 y 2024 respectivamente.
Una vez completadas las entregas, Indonesia operará 66 Rafale F4, lo que la convertirá en uno de los mayores operadores no europeos del caza multifunción francés.
Yakarta tiene la intención de basar sus Rafales en dos bases aéreas estratégicas: la base aérea Roesmin Nurjadin en Pekanbaru, Riau, y la base aérea Supadio en Pontianak, Kalimantan Occidental.
Estos despliegues reemplazarán a los viejos cazas ligeros BAE Hawk 100/200 que actualmente vuelan en Skadron Udara 1 en Pontianak y Skadron Udara 12 en Pekanbaru.
Los analistas creen que el posicionamiento de los Rafale en Pekanbaru refleja la intención de Indonesia de reforzar la vigilancia aérea sobre el estrecho de Malaca, mientras que su estacionamiento en Pontianak señala una mayor vigilancia sobre las aguas de Natuna, ricas en recursos.
Ambas bases aéreas han sido objeto de mejoras que incluyen hangares reforzados, almacenamiento seguro de municiones e infraestructura de apoyo para acomodar los Rafale avanzados.
Los observadores de defensa interpretan la adquisición del Rafale como la respuesta de Yakarta a la intensificación de las operaciones en la “zona gris”, las intrusiones en el espacio aéreo y la militarización en el Mar de China Meridional y el Estrecho de Malaca.
La flota de combate actual de Indonesia, una combinación de F-16, Su-27 y Su-30, se ha visto obstaculizada por su antigüedad, problemas de mantenimiento e interrupciones en la cadena de suministro geopolítica.
Los datos disponibles públicamente indican que TNI-AU opera menos de 50 cazas en las categorías de caza (FTR) y caza de ataque terrestre (FGA), lo que es insuficiente para defender el archipiélago más grande del mundo.
El estándar Rafale F4 ofrece a Yakarta un salto transformador con un radar AESA de largo alcance, fusión de sensores avanzada, contramedidas electrónicas mejoradas y el formidable conjunto de guerra electrónica Spectra.
La integración con los misiles aire-aire Meteor, de alcance más allá del visual y con las municiones de ataque de precisión de largo alcance garantiza que Indonesia pueda interceptar amenazas antes de que violen su espacio aéreo.
Ese alcance del enfrentamiento es fundamental para salvaguardar las vías marítimas vitales de Indonesia, en particular el estrecho de Malaca, a través del cual fluye una parte importante del comercio y la energía mundiales.
El programa Rafale se complementa con una cooperación de defensa franco-indonesia más amplia, incluidas negociaciones sobre submarinos de clase Scorpène con propulsión independiente del aire (AIP), que refuerzan la capacidad de guerra submarina de Yakarta.
Operar una flota uniforme de Rafale proporcionará entrenamiento optimizado, logística unificada y flexibilidad operativa para misiones que van desde patrullas en tiempos de paz hasta combates de alta intensidad.
Geopolíticamente, esta actualización aumenta la autonomía estratégica de Indonesia, reforzando su postura de no alineación y al mismo tiempo exigiendo respeto dentro de un Indopacífico cada vez más militarizado.
Para Francia, Indonesia se convierte en una piedra angular de su estrategia indopacífica, ofreciendo un contrapeso a la creciente presencia militar y económica de China a través de sólidos vínculos de defensa marítima.
Con las primeras entregas programadas para principios de 2026, TNI-AU evolucionará desde una flota fragmentada a una de las fuerzas aéreas más modernas y preparadas para el combate de la región.
Esta transformación será seguida de cerca desde Hanoi a Canberra, mientras los estados regionales reevalúan sus prioridades de adquisiciones a la luz del aumento del poder aéreo de Yakarta.
Al reemplazar las plataformas heredadas, Indonesia reforzará su soberanía, proyectará su poder marítimo y contrarrestará las amenazas de la zona gris con una eficiencia sin precedentes.
Con un precio de aproximadamente 130 millones de dólares (610 millones de ringgits) por unidad, el programa completo (incluyendo armas, repuestos, capacitación y compensaciones industriales) se estima en más de 8.500 millones de dólares (40.000 millones de ringgits).
Más que una compra, el acuerdo por el Rafale es una declaración estratégica de la intención de Indonesia de dar forma a la arquitectura de seguridad del Indo-Pacífico para la próxima década.
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