Turquía inicia la producción del vehículo Altuğ 8×8 junto con el tanque Altay.
Turquía ha iniciado la producción a gran escala del vehículo blindado de combate Altuğ 8×8, en paralelo con el carro de combate principal Altay, en la nueva planta de BMC en Ankara. Este lanzamiento coordinado representa una modernización integral de las Fuerzas Terrestres Turcas, que combinan blindaje pesado con plataformas ágiles sobre ruedas para futuras operaciones.
Turquía celebró el 28 de octubre la entrega de sus primeros carros de combate principales Altay de producción en serie, al tiempo que presentó una visión de modernización más amplia para sus fuerzas terrestres. Durante la inauguración del nuevo complejo de producción de vehículos blindados de BMC, el presidente Recep Tayyip Erdoğan anunció que la planta producirá ocho carros de combate Altay y diez vehículos blindados de combate Altuğ 8×8 al mes.
Esta declaración confirmó que el programa Altuğ entra ahora en plena producción y se integra con el proyecto Altay, lo que garantiza que las Fuerzas Terrestres Turcas desplegarán simultáneamente plataformas pesadas de orugas y plataformas de ruedas de alta movilidad para mejorar la flexibilidad operativa en diferentes escenarios.
Lo que no quedó claro durante la ceremonia fue la variante exacta del Altuğ que ocuparía esos lotes de producción mensuales. BMC actualmente promociona tres versiones en su material oficial: el VCI Altuğ 8×8 equipado con una torreta no tripulada de 35 mm; el APC Altuğ 8×8 con armamento más ligero y mayor espacio para el personal; y el Altuğ 8×8 de apoyo de fuego de 105 mm, también conocido como «cazacarros».
Sin embargo, el vehículo que se exhibió y demostró el día del anuncio, junto al Altay y frente a las cámaras, fue la variante VCI. Esta elección es significativa: al destacar la versión con mayor capacidad de combate y mejor armada, BMC señaló que la necesidad inmediata de las Fuerzas Terrestres es infantería protegida capaz de seguir y asegurar los objetivos capturados por las unidades pesadas. Por lo tanto, es razonable suponer que los primeros lotes de producción priorizarán el VCI, que ofrece el mejor equilibrio entre potencia de fuego, protección y transporte de tropas.
El Altuğ 8×8 ha sido concebido como una plataforma de combate blindada de amplio espectro, no como un simple transporte de tropas. Su tracción 8×8, su potente motor y su dirección multieje le confieren una excelente movilidad en zonas urbanas y carreteras estrechas, mientras que su paquete de protección, diseñado conforme a los niveles STANAG 4569 y para resistir amenazas de minas y artefactos explosivos improvisados (AEI), responde a la experiencia operativa acumulada por Turquía en Siria, Irak y el Cáucaso.
El volumen interior y la estructura modular del techo permiten la instalación de diferentes kits de misión, desde una torreta no tripulada de 35 mm hasta refugios de mando y control (C2) y, si fuera necesario, el sistema de fuego directo de 105 mm. Con velocidades en carretera superiores a 100 km/h y una autonomía que permite largos desplazamientos sin necesidad de una pesada logística de apoyo, el Altuğ se sitúa en el mismo segmento de capacidades que otros 8×8 turcos de alta gama, pero con la ventaja distintiva de haber sido diseñado desde el principio para aceptar torretas más pesadas y futuras cargas útiles electrónicas, como sistemas antidrones, guerra electrónica o sistemas optrónicos en red.
Esto lo convierte en un candidato adecuado para convertirse en el vehículo de combate sobre ruedas estándar para la infantería mecanizada asignada a formaciones blindadas.
Al anunciar la producción del Altuğ en paralelo con la del Altay, Ankara también está perfilando una sinergia táctica entre ambas plataformas. Un carro de combate principal (MBT) proporciona una potencia de fuego decisiva y protegida, pero necesita infantería, vehículos de reconocimiento y escolta para operar en terrenos complejos y mantener las posiciones capturadas. Un vehículo de combate de infantería (VCI) 8×8 sobre ruedas, capaz de mantener el ritmo en carretera, desplegarse con mayor rapidez en zonas fronterizas, entrar en zonas urbanas con menor visibilidad y transportar tropas a pie bajo blindaje, es precisamente lo que una fuerza centrada en tanques necesita para convertirse en una fuerza de maniobra.
El Altuğ puede actuar como capa de sensores e infantería alrededor del Altay, proporcionando seguridad local contra equipos antitanque, drones y amenazas de vehículos blindados ligeros, mientras que el Altay se enfrenta a objetivos más pesados.
Si, posteriormente, también se produce la versión del Altuğ de 105 mm, las Fuerzas Terrestres Turcas dispondrán de una opción de fuego directo sobre ruedas que podrá acompañar a los tanques en situaciones de alto riesgo de ataques a corta distancia, sin necesidad de desplegar un MBT más costoso.
La decisión tiene una clara dimensión industrial y de exportación. La producción de 96 plataformas Altay al año y, en paralelo, hasta 120 vehículos Altuğ si se mantiene el ritmo de 10 unidades mensuales, ofrece a BMC y a Turquía una propuesta atractiva para los países socios que buscan una solución blindada integral. Algunos clientes tal vez no estén preparados, ya sea por motivos financieros, doctrinales o logísticos, para adquirir un carro de combate principal de 65 toneladas, pero sí estarán interesados en un 8×8 protegido contra minas de 30 a 35 toneladas con cañón de calibre OTAN, electrónica moderna y la posibilidad de ensamblaje local.
Al concentrar la producción del Altuğ en la misma planta moderna que la del Altay, ambos vehículos se benefician de los mismos controles de calidad, cadena de suministro y desarrollo nacional de sistemas de propulsión, lo que evita que el mercado nacional de 8×8 esté dominado exclusivamente por otros fabricantes turcos. Además, brinda a Ankara mayor margen para proponer paquetes que combinen vehículos de orugas y ruedas, plataformas de recuperación y logística, y sistemas de propulsión de fabricación nacional, todo bajo control turco.
Además, existe una ventaja estratégica. Un Altuğ 8×8 de fabricación nacional proporciona a Turquía un activo blindado de despliegue rápido que puede enviarse al norte de Siria, a la frontera con Irak, al Cáucaso, a Tracia o a zonas marítimas periféricas con mucha mayor rapidez y con una carga logística mucho menor que una unidad de tanques. Ofrece la movilidad protegida que resulta indispensable en escenarios donde abundan los drones, las municiones merodeadoras y los artefactos explosivos improvisados, y donde tanto actores estatales como no estatales emplean misiles guiados antitanque.
La capacidad de desplegar, mantener y, si fuera necesario, aumentar la producción de este tipo de vehículo a nivel nacional se alinea directamente con el objetivo declarado del presidente Erdoğan de lograr la autosuficiencia total en defensa. Asimismo, refuerza la posición de Turquía como proveedor de sistemas terrestres completos a países aliados, y no solo de plataformas aisladas.
Al mantener un ritmo de producción constante del Altuğ 8×8 junto con el Altay, Turquía se asegura de que su tanque insignia no avance solo, sino acompañado por los vehículos de combate sobre ruedas que hacen que las operaciones blindadas sean creíbles, flexibles y exportables. Esta medida consolida el papel de BMC, amplía la gama nacional de vehículos 8×8, mejora la capacidad de las Fuerzas Terrestres para operar simultáneamente en múltiples escenarios y envía una clara señal de que Ankara desea una flota blindada mixta y equilibrada, fabricada en el país y disponible para sus socios.
Teoman S. Nicanci



¡Qué sana envidia me da Turquía!.
¡Ojalá en España tuviéramos su mismo espirítu en cuanto a diseñar y fabricar casi todo su material (carros de combate, artillería, VCI, aviones de entrenamiento. cazas de quinta generación, drones, y así un largo etc.) en sus propias industrias nacionales!
¡Qué es España, que vende todo lo vendible a los extranjeros precio de saldo y teniendo nuestros ingenieros que ir a trabajar fuera y enviar a nuestros obreros de alta cualificación a engrosar el paro solo para que nuestros políticos se llenen los bolsillos ante su falta de patriotismo!.
Al «mismo» ritmo que nuestros Dragones…
Señores Turquía no le ha quedado otro remedio que intentar desarrollar sus propios armamentos, con un coste posiblemente elevadísimo. Y caeremos en ese mismo pozo con la compra del Hurjet, ya lo vemos en como ha subido el coste de adquisición. La autarquía es carísima y poco eficaz. La Otan padece muchos efectos de equipos distintos , incompatibles a nivel de repuestos y capacitación de tripulantes y escalón de mantenimiento. la logística es de pesadilla en caso de tener que operar juntos, o mantener operaciones largas. Ya lo vemos en Ucrania. Lo más razonable seria ir unificando modelos y repartir cargas de producción a una serie de factorías de montaje repartidas por Europa, pero no
Pero seguimos con sueños autárquicos…….
SI, sería lógico que todo estuviera unificado, que hubiera concursos públicos y se escogieran los mejores proyectos y luego se produjeran en algunas fábricas europeas. Pero eso sólo es posible si existiere una Hacienda europea común, que repartiere los beneficios de los impuestos esas empresas entre todos los países. Mientras tengamos 27 haciendas, lo lógico es que cada una quiera recoger su parte del pastel, ¿en qué beneficia a la hacienda española gastar dinero en un producto fabricado en Alemania?. Eso solo implica dinero español fuera, y trabajo y dinero para Alemania… O viceversa. El problema es que no estamos en una Unión Europea, aún seguimos en un mercado único europeo, y así nos va, sin peso y sin fuerza en lo internacional.
Pienso que la autarquía en cualquier sistema industrial complejo es prácticamente utópico. Pero buscar proveerse cuánto más posible sea de sistemas autóctonos tiene muchos aspectos positivos. Más allá que sea EEUU, Francia, China, Rusia, Corea del Sur, India, Turquía o España… Todos buscan crear un sistema industrial capaz de desarrollar sistemas de armas con la mayor cantidad de componentes de origen nacional, porque genera una sinergia económica muy importante, que crea activos financieros re invertibles, que se pueden redireccionar en I+D+i, que vuelven a generar avances tecnológicos, y así sucesivamente. Además de generar bienestar social a amplios sectores, no solo los muy cualificados, y a una multiplicidad de empresas proveedoras, que van desde mipymes hasta corporaciones internacionales. Este fenómeno puede reforzarse con la exportación de sistemas de armas a terceros, creando activos genuinos. En segundo lugar, otorga independencia, es decir, la posibilidad de no depender de la decisión de terceros respecto de las decisiones soberanas. Este es un aspecto muy espinoso, que puede afectar gravemente, no solo el mantenimiento o la actualización de material propio, sino también en la exportación. Esto no hay que explicarlo. Una de las razones que tomó acertadamente Charles de Gaulle de sacar a Francia de la estructura de la OTAN en 1966, y de no producir algunos excelentes productos Dassault, como los cazas Mirage F-2 y la serie G, muy superiores a los que podía producir Francia en esos momentos, fue justamente porque estaban propulsados por motores extranjeros (estadounidenses), que podían condicionar las exportaciones, esenciales para París, para amortizar los desarrollos nacionales. Permanecer en la OTAN implicaba para Francia enormes condicionamientos respecto a unificación de equipos y doctrinas. Para Francia hubiera sido más difícil poder desarrollar su propia doctrina nuclear, por ejemplo, si hubiera tenido que compatibilizar con los requerimientos OTAN. Gracias a esa decisión, Francia se convirtió en la mejor opción para países que no querían involucrarse con las súper potencias durante la guerra fría. Nadie duda que la unificación de material produce sinergias beneficiosas respecto a logística, entrenamiento y coordinación de doctrinas entre los distintos actores, pero ha sido aprovechado históricamente, en el caso de la OTAN, por EEUU, como primer proveedor de sistemas. Este es un punto de controversia entre Trump y Europa, en especial en este segundo mandato del magnate norteamericano. Por todo ello, a veces los costos necesarios para lograr soberanía estratégica en materia de defensa, no deben verse sino a largo plazo. La inversión depende del negocio, si este es grande, también lo será la cantidad de dinero que se necesita invertir. Países como Turquía, India o Corea del Sur, no miden las inversiones en defensa en función de la conveniencia a corto plazo, sino a largo plazo. Hoy nadie duda que Seúl ha hecho un «buen negocio» con la industria de armamento. Esto mismo está haciendo N. Delhi y Ankara, y hay muchos otros que están esperando su turno, como Riad. España no debe ver la apuesta en el Hürjet como una compra onerosa, sino como una inversión a futuro, una apuesta a crear un sistema de entrenamiento/combate ligero a largo plazo, en cooperación con Turquía, uno de los países emergentes en tecnología militar más importantes del mundo. El gobierno español ha decidido realizar esta apuesta, y en humilde opinión, promete ser excelente. El tiempo lo dirá.
El Altay sin la ayuda coreana no hubiera sido posible. Y el 8×8 supongo que también debe tener tecnología extranjera. El 8×8 español fue un intento de comprar un diseño extranjero y adaptarlo con tecnología española para luego ya desarrollar ya cosas aquí. Rumanía directamente compró el mismo diseño y lo fabricó. Cada cosa tiene sus riesgos. En el caso de España se fue de plazos y precios.
Los Piranya V costaban a Rumania 3.9 millones de euros en 2018 y a España 5.9 millones de euros. Supongo que por que venía más equipado al final después de 7 años Rumania tiene 377 operativos más 150 pedidos que tiene el ejercito español ? Pues 11 unidades y otras 22 esperando ser validades y Tess defence diciendo que los puede entregar por 16 millones de euros. no me vale que se diga como dice el presidentre de Indra que será un sistema de sistemas. No hay peor sistema que el que no se tiene y ademas diciendo que a final de año habrán entregado 77 unidades montadas en la nueva fabrica del Tallerón en Gijon una fabrica que aún no está reformada a un costo de 24 millones de euros y con las partes que tienen que venir de Santa Barbara. Sapa. Escribano. Amen de que los 150 trabajadores de la antigua Duro Felguera tendrán que pasar cursos de capacitación en Santa Barbara por 16 millones de euros. A quien nos quieren tomar el pelo?