Ucrania confirma que el buque de inteligencia Simferopol fue hundido en el primer ataque con un dron naval de Rusia.
El ataque ciertamente marca un cambio confirmado en las tácticas de Rusia, pero la Marina de Ucrania tiene muy pocos objetivos que atacar.
El portavoz de la Marina ucraniana, Dmytro Pletenchuk, ha confirmado que el buque de inteligencia Simferopol fue atacado en el delta del Danubio por un buque de superficie no tripulado (USV) ruso de alta velocidad.
El ataque causó la muerte de dos marineros, varios heridos y la búsqueda de tripulantes desaparecidos, mientras que la mayoría de la tripulación fue rescatada. El Ministerio de Defensa ruso y los medios de comunicación rusos informaron que el buque se había hundido tras el impacto, pero Pletenchuk declaró que “no podía confirmar esta información” por el momento. Las versiones contradictorias dejaron en la incertidumbre el estado exacto del buque inmediatamente después, a pesar de que el material de video corroboraba el impacto, mostrando la aproximación del dron antes de la detonación.
El ataque ocurrió a pocos metros de aguas rumanas, lo que pone de relieve la sensibilidad geográfica de las operaciones navales en los accesos fluviales. Los analistas describieron la plataforma como un buque auxiliar lento, especialmente expuesto a este tipo de amenazas en aguas confinadas. Pletenchuk confirmó que las operaciones de búsqueda del personal desaparecido continuaban incluso después de haberse reconocido el ataque, lo que pone de relieve la naturaleza incompleta de los informes de bajas en los primeros momentos posteriores.
And here’s footage from the Russian unmanned surface vehicle (USV) that struck the Ukrainian reconnaissance ship «Simferopol» last night. https://t.co/ib3i7UbnjF pic.twitter.com/4sRaD3O48U
— Status-6 (Military & Conflict News) (@Archer83Able) August 28, 2025
El incidente provocó un seguimiento regional, con aviones de patrulla marítima P-8A de la Armada estadounidense avistados sobre el oeste del Mar Negro el día anterior al ataque, lo que refleja una mayor vigilancia en respuesta a la creciente actividad de naves navales no tripuladas. Estos elementos se combinaron para situar el ataque no solo como una pérdida táctica, sino también como una señal de los crecientes riesgos en las zonas marítimas en disputa que bordean el territorio de la OTAN.
El Simferopol (A505), designado oficialmente como buque de reconocimiento mediano, se construyó como parte del programa Laguna sobre el casco inacabado de un arrastrero pesquero del Proyecto 502EM en el astillero Kuznia na Rybalskomu de Kiev. Fue botado el 23 de abril de 2019, posteriormente transportado a Odesa por vías navegables interiores, e inició las pruebas en 2020, antes de recibir su nombre oficial en diciembre de ese mismo año. El buque entró en servicio en 2021, representando una incorporación relativamente reciente a la flota auxiliar de Ucrania. La conversión del casco incompleto de un arrastrero comercial en una plataforma de reconocimiento reflejó la adaptación de Ucrania de los recursos disponibles a la capacidad de recopilación de inteligencia de campo en el mar.
La misión del buque se centraba en el reconocimiento radioeléctrico, radiotécnico, radar y electroóptico, con el sistema de inteligencia de radio pasiva Melchior como su principal activo. Esta estación podía detectar emisiones a distancias de hasta 450 kilómetros y rastrear simultáneamente hasta 200 objetivos marítimos, aéreos o costeros. El equipo de apoyo incluía el radar de navegación Delta-M y radiogoniómetros digitales de banda ancha importados, adquiridos en 2019.
En julio de 2023, el buque estaba armado con un único sistema de artillería AK-306 de 30 mm para defensa a corta distancia, y también estaba equipado con lanzadores portátiles de defensa aérea. Este armamento limitado subrayaba la función de inteligencia especializada de la plataforma, más que su orientación al combate. Sus características técnicas incluían una eslora de 54,8 metros, una manga de 9,8 metros, un calado de algo más de cuatro metros, un desplazamiento estándar de 1.220 toneladas, una velocidad máxima de 11,6 nudos, una autonomía de 28 días, una autonomía máxima de 7.200 millas náuticas y una tripulación de 29 personas.
El ataque ruso representó el primer uso operativo confirmado de un dron naval contra un buque ucraniano, lo que marca una nueva fase en la adopción de sistemas no tripulados por parte de Moscú. Rusia había anunciado previamente medidas organizativas para incorporar drones navales, incluyendo unidades dedicadas y entrenamiento de cadetes, y presentó prototipos en julio de 2025.
Fuentes públicas señalaron que algunas aeronaves no tripuladas rusas tenían alcances de control limitados, lo que impulsó experimentos con redes de retransmisión para ampliar su alcance. El exitoso ataque contra Simferópol demostró que dichos sistemas habían alcanzado la madurez necesaria para su uso operativo. Ese mismo día, la agencia de inteligencia militar de Ucrania informó sobre daños a un buque ruso con misiles Buyan-M en la bahía de Temryuk con drones aéreos y aeronaves de asalto, lo que demuestra que ambas partes ahora integran sistemas no tripulados en operaciones marítimas ofensivas.
El ataque confirmado, que podría haber provocado el hundimiento del Simferopol, reduce significativamente la ya limitada flota ucraniana de buques de reconocimiento especializados. La Marina ucraniana no opera varios buques de este tipo, lo que significa que la pérdida elimina una de las pocas plataformas de inteligencia electrónica del país, diseñadas específicamente para extender la vigilancia más allá de los radares costeros y los puestos fijos en tierra.
Buques espía como el Simferopol ofrecen una capacidad de recopilación móvil más cerca de las zonas en disputa que los satélites o las instalaciones fijas, lo que los hace cruciales para monitorear los movimientos de la flota enemiga, rastrear emisiones y recopilar señales de los sistemas rusos en la región del Mar Negro. Sin este buque, Ucrania se enfrenta a una reducción en su capacidad para recopilar y analizar señales electrónicas en el mar, lo que obliga a una mayor dependencia de drones, estaciones terrestres y el apoyo de inteligencia aliado. Por lo tanto, la destrucción del buque no solo reduce numéricamente la flota, sino que también debilita una función de inteligencia especializada difícil de sustituir a corto plazo.
Rudis03ARG