Un dron ucraniano FP-1 Deep Strike derriba un helicóptero ruso Mi-8 a 190 km del frente.
Las Fuerzas de Operaciones Especiales de Ucrania han informado del derribo de un helicóptero ruso Mi-8 en vuelo sobre la región rusa de Rostov por un dron de largo alcance de “ataque profundo”. El incidente, presuntamente ocurrido cerca de Kuteynykove, a unos 190 km de la línea del frente, fue presentado por el servicio de prensa de las Fuerzas de Operaciones Especiales como la primera interceptación exitosa de un helicóptero por parte de un sistema de este tipo.
Según su comunicado, el dron utilizado fue el FP-1, un dron de ataque de largo alcance de fabricación ucraniana, conocido por sus ataques contra objetivos en el interior del territorio ruso. De confirmarse, esta operación marcaría una nueva etapa en el uso de sistemas no tripulados, donde los drones se emplean no solo contra infraestructuras estáticas, sino también como cazas activos de la aviación enemiga. Por el momento, no se ha verificado de forma independiente las afirmaciones de las Fuerzas de Operaciones Especiales ni se ha recibido una respuesta oficial del Ministerio de Defensa ruso, pero el suceso ya se está debatiendo en círculos militares y analíticos como un posible cambio en el equilibrio de riesgos para las operaciones aéreas rusas.
En el centro de este desarrollo se encuentra el FP-1, un dron de ataque unidireccional de largo alcance, diseñado por la empresa ucraniana Fire Point. Originalmente concebido como un arma de ataque profundo para atacar depósitos de munición, infraestructura de combustible y centros de mando a distancias cercanas a los 1600 kilómetros, el FP-1 integra una estructura aerodinámica con una ojiva modular que pesa aproximadamente entre 60 y 120 kilogramos y sistemas de guiado diseñados para resistir interferencias electrónicas.
En operaciones anteriores, los drones FP-1 se emplearon predominantemente en funciones de ataque estratégico convencional, atacando refinerías de petróleo e instalaciones logísticas en las profundidades del territorio ruso, a menudo en oleadas coordinadas destinadas a saturar las redes de defensa aérea. Sin embargo, el ataque reportado sobre Rostov destaca una evolución táctica: en lugar de evadir las defensas aéreas para atacar objetivos estáticos, el FP-1 se emplea para perseguir un helicóptero lanzado específicamente para interceptar drones ucranianos.

Según las Fuerzas de Operaciones Especiales, estas misiones exigen configuraciones técnicas personalizadas, una planificación meticulosa y tripulaciones altamente capacitadas, lo que subraya que cada despliegue representa una operación de precisión personalizada en lugar de un ataque rutinario de largo alcance.
La información disponible apunta a la destrucción de helicópteros Mi-8, Mi-26 y Mi-28, así como de un sistema de defensa aérea Pantsir-S1, seguida de detonaciones secundarias durante la noche. En este contexto, el uso de un dron de ataque profundo para atacar a un helicóptero en el aire parece menos una maniobra puntual y más el siguiente paso lógico en una doctrina que busca degradar la aviación rusa no solo en tierra, sino en toda la profundidad operativa. Los funcionarios ucranianos y los actores de la industria han destacado repetidamente cómo los sistemas no tripulados como el FP-1 permiten acciones coordinadas entre diferentes ramas de las fuerzas armadas, desde operaciones especiales y artillería hasta defensa aérea y guerra electrónica, creando nuevos patrones de interacción que eran raros al comienzo de la guerra.
El FP-1 ofrece varias ventajas en comparación con generaciones anteriores de drones de largo alcance, incluyendo los utilizados por Rusia, como los sistemas tipo Shahed suministrados por Irán. Si bien las especificaciones detalladas permanecen clasificadas, fuentes abiertas y declaraciones de la compañía convergen en la imagen de una plataforma de producción en masa, de costo relativamente bajo, con un largo alcance, una ojiva configurable y una resistencia mejorada a las interferencias, producida en cantidades que, según se informa, superarán las cien unidades diarias para mediados de 2025.
Mientras que muchos drones antiguos están optimizados para impactar infraestructura estática, la combinación de resistencia, precisión de guiado y entrenamiento de operadores ahora permite a las tripulaciones ucranianas usar estos sistemas en funciones más dinámicas, incluyendo el seguimiento de objetivos en movimiento. Históricamente, los helicópteros se han visto amenazados principalmente por misiles tierra-aire, artillería antiaérea o aviones de combate; un dron de ataque de largo alcance utilizado en una función de “emboscada aérea” introduce una herramienta más económica, más prescindible y políticamente más flexible para lograr un efecto similar. Se ha observado que esta adaptación se asemeja a cambios anteriores en la guerra, incluida la transición de bombarderos tripulados a misiles de crucero y de aviones de reconocimiento pilotados a vehículos aéreos no tripulados avanzados, donde sistemas no tripulados menos costosos asumieron gradualmente funciones que antes desempeñaban plataformas mucho más caras.
El supuesto derribo de un helicóptero Mi-8 sobre Rostov por un dron FP-1 de “ataque profundo” y ataques previos a aeródromos como Kirovske ilustran cómo Ucrania está transformando sistemáticamente los drones, de herramientas auxiliares a instrumentos centrales de su postura operativa y estratégica. Aunque aún no se cuenta con confirmación independiente, la narrativa y las imágenes disponibles difundidas por las Fuerzas de Operaciones Especiales subrayan un mensaje claro a Moscú: cada salida de helicóptero, cada concentración de recursos aéreos y cada nodo crítico en la retaguardia cae ahora dentro del alcance potencial de los sistemas no tripulados ucranianos.
A medida que el conflicto se prolonga, esta evolución sugiere que el equilibrio entre plataformas tripuladas y no tripuladas seguirá cambiando, con fuerzas armadas que pueden combinar drones de producción masiva, doctrina flexible y estructuras de mando integradas obteniendo una ventaja creciente sobre adversarios que aún dependen de la relativa invulnerabilidad del poder aéreo tradicional.
Teoman S. Nicanci



Pero si no ha habido imagenes del aparato derribado. Hay imagenes desde un dron ucraniano que impacta contra un helicóptero, y ya. Si lo hubiesen derribado, habría imágenes.
Puede ser, pero para ver imágenes del helicóptero cayendo hace falta un dron de observación que este mirando, cosas difícil si el ataque es tan dentro de Rusia. Si es en una poco poblada no siempre hay gente con un móvil.
A ver, el FP-1 tiene entre 60 y 120 kgs de explosivo… en serio, si solo un FPV con una granada antitanque ya ha derribado alguno, cómo no lo va a derribar el FP-1 que está diseñado para reventar objetivos en tierra… en serio, es que parecéis cortos.
David Barahona López. Si un dron ucraniano impacta contra un helicóptero, ¿cuál es la lógica de exigir que ese dron también le saque fotos a la aeronave derribada? Su comentario carece de lógica. También es lógico, que Rusia lo niegue, incluso con estúpidos argumentos.
Meses afirmando que un dron puede abrir como una lata un Abrams con sus sesenta toneladas, pero con un Mi-8 de diez toneladas vaya por dios nos surgen las dudas.
A ver,que no es un petardito, son entre 60-120 Kg de explosivo,aparte de la energía cinética que lleve el dron . Si impacta derriba cualquier helicóptero. No pone nada sobre si era el primer intento o ya habían intentado usar ese dron para lo mismo antes fallando ,y no he encontrado información al respecto. Si alguien ha visto esa información ,sería interesante que la compartiera.Gracias de antemano.