Un dron ucraniano FPV derriba un helicóptero ruso Mi-8 en Donetsk.
Las fuerzas armadas ucranianas derribaron un helicóptero de transporte ruso Mi-8 Hip utilizando un dron kamikaze FPV en un ataque sin precedentes en la mañana del 29 de septiembre de 2025, en la región de Donetsk.
El incidente, confirmado por imágenes difundidas por Kiev y canales militares rusos en Telegram, representa apenas la segunda vez desde el inicio de la invasión a gran escala que un helicóptero tripulado es destruido por este tipo de arma improvisada.
El ataque fue llevado a cabo por el 1.er Batallón de Sistemas No Tripulados «Khyzhaky vysot» (Halcones de las Alturas), perteneciente a la 59.ª Brigada de Asalto Separado de Ucrania. El dron utilizado fue un Shrike-10, una plataforma FPV de 25 cm (10 pulgadas) equipada con una ojiva PG-7M, originalmente diseñada para lanzagranadas.
La munición impactó al Mi-8 en vuelo, provocando una explosión que lo obligó a aterrizar chocando contra el suelo.
Los informes indican que cinco militares rusos se encontraban a bordo. Tres murieron en el acto, mientras que otros dos sufrieron quemaduras graves y permanecen en estado crítico. Fuentes rusas confirmaron que la tripulación fue evacuada tras el accidente. El helicóptero, ampliamente utilizado para el transporte de tropas, carga y evacuaciones médicas, se considera uno de los principales vehículos utilitarios de la aviación rusa.
Más tarde, el servicio de prensa de la brigada aclaró que el enfrentamiento tuvo lugar cerca de la aldea de Kotliarivka, en el distrito de Pokrovsk, región de Donetsk. Las imágenes muestran el momento en que el dron FPV ucraniano impacta contra la aeronave, provocando su destrucción.
El incidente pone de relieve la creciente vulnerabilidad de las aeronaves de Moscú a los drones FPV de bajo coste, cada vez más utilizados por Ucrania contra objetivos de alto valor. Normalmente utilizados contra tanques, vehículos blindados y posiciones de artillería, estos drones se pilotan remotamente en primera persona y transmiten vídeo en tiempo real. Si bien es difícil alcanzar objetivos aéreos en movimiento, este ataque demuestra que, en condiciones favorables, pueden neutralizar incluso helicópteros de transporte.
Este es apenas el segundo caso confirmado de derribo de un helicóptero por un dron FPV en la guerra. El incidente debería obligar a Rusia a revisar sus tácticas de vuelo a baja altitud y a acelerar la inversión en contramedidas electrónicas y sistemas de defensa antidrones. Por lo tanto, el derribo del Mi-8 representa no solo una victoria simbólica para Kiev, sino también una advertencia estratégica para Moscú sobre la rápida evolución del uso de sistemas no tripulados en el campo de batalla.
Fernando Valduga