China quiere aprender lecciones de la abortada rebelión rusa de Prigozhin.
La rebelión armada en Rusia puede haber sido abortada por ahora, pero China está muy atenta a sus posibles efectos indirectos y a las lecciones que pueda extraer en materia de seguridad nacional, según los observadores.
El líder de los mercenarios Wagner, Yevgeny Prigozhin, suspendió su avance el sábado y, al parecer, llegó a un acuerdo con el Kremlin para exiliarse en Bielorrusia.
En un breve comunicado emitido el domingo por la noche, el Ministerio de Asuntos Exteriores chino afirmó que el «incidente del Grupo Wagner» era un asunto interno de Rusia.
«China apoya a Rusia para que mantenga la estabilidad nacional y logre su desarrollo y prosperidad», afirmó el ministerio.
Los comentarios se produjeron después de que el viceministro ruso de Asuntos Exteriores, Andrey Rudenko, viajara a Pekín para reunirse con el ministro chino de Asuntos Exteriores, Qin Gang, y su adjunto, Ma Zhaoxu.
En un comunicado separado, el Ministerio declaró que habían debatido «las relaciones chino-rusas y cuestiones internacionales y regionales de interés común».
Según el ministerio, Ma dijo que bajo la guía estratégica de los presidentes Xi Jinping y Vladimir Putin, China y Rusia habían profundizado continuamente la confianza política mutua y mejorado la cooperación práctica.
Debido a que la situación internacional era compleja y grave, era necesario seguir el consenso alcanzado por Xi y Putin, comunicarse entre sí de manera oportuna, garantizar la estabilidad de las relaciones entre los dos países y salvaguardar los intereses comunes de ambas partes, dijo Ma.
Según el Ministerio, Rudenko dijo que la relación Rusia-China se encontraba en su mejor momento de la historia, y añadió que Rusia estaba dispuesta a proseguir los esfuerzos conjuntos con China para promover una cooperación más fructífera y mutuamente beneficiosa.
Añadió que las dos partes habían acordado que la Organización de Cooperación de Shanghai desempeñaba un papel importante en el mantenimiento de la seguridad y la estabilidad regionales y que ambas partes trabajarían para promover el desarrollo continuo, sano y sin problemas, de la OCS.
Según el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, Pekín expresó su apoyo a los dirigentes rusos en la estabilización de la situación interna tras los sucesos del sábado y reafirmó su interés en reforzar la cooperación con Rusia.
Feng Yujun, director del Centro de Estudios sobre Rusia y Asia Central de la Universidad de Fudan, declaró: «Un incidente por sí solo no tendrá un impacto directo en la relación China-Rusia ni en la propia China.
«Pero la situación internacional general, incluyendo la futura dirección de la guerra entre Rusia y Ucrania, la incertidumbre del futuro desarrollo de Rusia, el desafío geopolítico y los cambios significativos en el entorno que rodea a China, tendrán un profundo impacto histórico en China».
En su opinión, la situación en Rusia puede haberse suavizado, pero las profundas divisiones políticas dentro del país siguen sin resolverse.
«Es importante reconocer que este acontecimiento no es más que el principio, y que es posible que se produzcan nuevas turbulencias», afirmó Feng.
Liu Weidong, del Instituto Americano de la Academia China de Ciencias Sociales, afirmó que China consideraba a Rusia un socio clave y que su estabilidad interna era muy importante para Pekín, sobre todo a medida que se deterioraban los lazos con Occidente.
«Pekín también reforzará la comunicación y el intercambio con Rusia y el presidente Putin», declaró Liu.
Según los analistas, Pekín también podría estar atenta a las lecciones políticas y militares, especialmente en relación con Taiwán.
«Un fracaso en el frente de una acción militar importante, como una para unificar Taiwán con el continente, podría ayudar a que surgieran grupos militantes no oficiales, un riesgo para el que los líderes chinos tienen que prepararse», dijo un investigador del continente que pidió el anonimato debido a lo delicado del tema.
«Rusia siempre ha sido un ejemplo para que China se prepare para los riesgos de seguridad nacional».
Dijo que la rebelión era un cuento con moraleja sobre cómo Pekín debe gestionar sus lazos con los militares.
El control de los dirigentes sobre las fuerzas armadas se ha reforzado desde que el presidente Xi Jinping asumió el poder y se ha dicho al Ejército Popular de Liberación que obedezca al Partido Comunista.
En mayo, Xi afirmó en una reunión de la Comisión de Seguridad Nacional que China necesitaba prepararse para «los peores y más extremos escenarios». En la reunión también se aprobó un sistema nacional para vigilar y alertar sobre los riesgos de seguridad.
«Aunque ahora no hay mercenarios en China continental, y el partido tiene un liderazgo unificado sobre el ejército, un ‘escenario extremo’ que los líderes tienen que considerar es si los fracasos en primera línea de una acción militar a gran escala podrían llevar a una división del poder militante», dijo el investigador.
Li Nan, investigador principal visitante en el Instituto de Asia Oriental de la Universidad Nacional de Singapur, dijo que los acontecimientos podrían ofrecer lecciones a Pekín sobre la relación entre el sector militar y el civil.
El gobierno ruso se hizo dependiente del Grupo Wagner para invadir Ucrania, pero el grupo mercenario se había quejado durante mucho tiempo de la falta de apoyo a sus combatientes, dijo.
«La guerra fue ordenada por Putin -él es el liderazgo político- y casi resultó ser un fracaso, o un estancamiento. Así que es un fracaso civil», dijo Li.
Pero China tiende a buscar lecciones en su propia historia de grandes rebeliones armadas y caudillismo, y muchos de los debates en las redes sociales buscan precedentes históricos.
Hu Xijin, ex redactor jefe del tabloide nacionalista Global Times, escribió en las redes sociales chinas: «Este levantamiento está a punto de crear reverberaciones y repercusiones en el panorama político de Rusia, ensombreciendo la estabilidad de las fuerzas militares rusas en el frente ucraniano».
Sylvie Zhuang
Lo que hay que aprender es a tener cuidado con quienes confunden sus objetivos personales con los del país y quieren en convertirse en salvadores sin que nadie les llame para ser salvados. En Europa me viene a la mente el ejército francés en Argelia. Y en Suramérica…..
Hay muchas cosas que aprender de los rusos…
1- Como NO invadir un país (de esto tanto Rusia como EEUU puede dar varias lecciones, por cierto).
2- Uso ineficiente e inútil de la Marina de guerra.
3- Uso ineficiente e inútil de las Fuerzas Aéreas.
4- Cómo NO hacer ofensivas (10 meses para tomar las ruinas de Bajmut, en serio?).
5- Uso ineficiente e inútil de los servicios de inteligencia…(te montan una revuelta militar y ni te enteras).
Podría seguir varias cosas más, pero con aprender todo esto los chinos ya van bien…
Todo se reduce a una: CORRUPCIÓN. Y me temo que de eso en China hay bastante en el gobierno y las fuerzas armadas. La gran incógnita es como afectaría la corrupción al ejercito chino en caso de guerra. Y el factor decisivo la disposición de los soldados chinos a luchar, ya que son los frutos de la política del hijo único. Y habría que ver como gestionan los gobernantes la impopularidad de que esos hijos únicos mueran en una guerra.
Prigozhin solo buscaba dinero con el que pagar a sus mercenarios y Moscú, arruinado, no se lo daba. Sin dinero no hay mercenarios y no hay guerra, por eso Rusia lo va a pagar caro en esta guerra, nunca podrá contra la mayoría del G20 que está contra él. O deja Ucrania en paz, o incluso partes de Rusia serán anexionadas por otros países y el mismo Putin cercenado y enterrado.