Es probable que Stoltenberg prorrogue su mandato mientras se busca sucesor.
Desacuerdos políticos, vetos y reticencias personales hacen cada vez más probable que se pida al secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, que permanezca en su puesto un año más en la cumbre de la OTAN que se celebrará en Lituania el mes próximo.
Sería la tercera vez que se pide al ex primer ministro noruego que prorrogue su mandato de casi 10 años.
Al parecer, el presidente francés, Emmanuel Macron, junto con los líderes de otros Estados miembros de la UE, sigue siendo reacio a aceptar a otro candidato no comunitario como secretario general, una postura que de hecho descarta al secretario de Defensa británico, Ben Wallace, cuyo nombre se ha barajado.
Stoltenberg, de 64 años, podría permanecer en el cargo si no se llega a un consenso sobre un candidato de la UE, preferiblemente una mujer, antes de la cumbre. Estados Unidos también tiene dudas sobre Wallace, ya que algunos militares están resentidos por la forma en que ha forzado el paso en Ucrania.
Wallace aspira al puesto de secretario de Defensa de una de las principales potencias europeas en este ámbito y ha manifestado que quiere el puesto. Las relaciones del Ministerio de Defensa británico con las fuerzas armadas ucranianas, incluso a nivel de inteligencia, son probablemente más estrechas que las de cualquier otro país de Europa.
Sin embargo, se argumenta que el nuevo secretario general tendrá que buscar la manera de construir un brazo de defensa de la UE más fuerte -algo por lo que abogan los franceses- sin duplicar ni socavar el papel de la OTAN.
Wallace nunca se ha opuesto a una mayor integración de la defensa de la UE y, de hecho, el año pasado presentó un documento en el que exponía cómo se podría avanzar en este sentido junto con una modernización de la propia estrategia de defensa de la OTAN, pero ha expresado sus temores acerca de la cooperación en materia de defensa de la UE, incluida la adquisición de armamento, si excluye a Estados miembros de la OTAN que no pertenecen a la UE, como el Reino Unido.
Los secretarios generales de la OTAN se nombran por consenso de los 31 miembros de la organización, y haría falta una decisión firme de Joe Biden de respaldar a Wallace para que el secretario de Defensa se convirtiera en líder ante las reticencias de la UE.
La primera ministra danesa, Mette Frederiksen, considerada en su día como la favorita, insistió este mes en que no aspiraba a ocupar el máximo cargo de la OTAN. Y ello a pesar de haberse reunido con el presidente de Estados Unidos y con el director de la CIA, William Burns. En lo que pareció una entrevista de trabajo, pasó casi dos horas con Biden, y recientemente había aumentado el gasto danés en defensa para acercarlo al 2% del PIB que preconiza la OTAN.
Sin embargo, perseguido a diario por los medios de comunicación daneses sobre la cuestión, Frederiksen afirmó que una prórroga para Stoltenberg sería una excelente solución, si se le pudiera convencer.
Entre los países más orientales de la OTAN también existe un fuerte apoyo a la enérgica primera ministra estonia, Kaja Kallas, y ella no se ha descartado a pesar de haber sido reelegida recientemente.
Kallas ha sido una crítica clara y apasionada de Rusia, ejerciendo a menudo una influencia desmesurada para un país de sólo 1,3 millones de habitantes. Ha liderado ideas para aumentar la producción armamentística de la UE que Bruselas ha adoptado posteriormente, y aboga por que el bloque no se limite a congelar los activos rusos sujetos a sanciones, sino que los embargue. Sin embargo, su papel de vanguardia quizá no la convierta en la candidata ideal para un puesto que exige primar la unidad dentro de la alianza, limar asperezas y negar públicamente cualquier discordia.
Entre los socialdemócratas daneses, el partido que lidera Frederiksen, sigue habiendo cierto escepticismo sobre su negativa a interesarse por el puesto. Per Stefansen, presidente del distrito socialdemócrata de Ringkøbing, en la región de Jutlandia Central, insistió en que Frederiksen era candidata al cargo, que anteriormente ocupó un primer ministro danés, Anders Fogh Rasmussen.
El líder del Partido Conservador danés, Søren Pape Poulsen, declaró: «No hay nadie que dude realmente de que sea candidata. Estoy totalmente de acuerdo en que no puede hablar de ello. También es justo, porque no se puede hacer eso en este tipo de trabajo».
Si Stoltenberg siguiera en el cargo un año más, daría continuidad a la alianza antes de la cumbre del 75 aniversario que se celebrará el año que viene en Estados Unidos. La OTAN no coordina directamente los paquetes de armas enviados a Ucrania, sino que actúa como defensora.
Stoltenberg pareció mantener abiertas sus opciones cuando declaró a principios de semana: «Soy responsable de todas las decisiones que debe tomar esta alianza, excepto de una. Y se trata de mi futuro. Eso lo decidirán los 31 aliados».
Patrick Wintour