El dron furtivo GJ-11 de China vuela con el avión de combate J-20 en su primera exhibición pública.

La fuerza aérea china ha publicado nuevas imágenes que muestran a su dron furtivo GJ-11 volando junto con un caza furtivo J-20 y un avión de guerra electrónica J-16D, lo que supone la primera demostración pública de vuelo coordinado entre estas aeronaves.

Las imágenes comienzan con el GJ-11 saliendo de un hangar, despegando y uniéndose a los dos aviones tripulados en formación. Se trata de las primeras imágenes disponibles públicamente de estas tres aeronaves operando juntas en una misión coordinada.

El GJ-11, anteriormente apodado Espada Afilada, lleva el nombre Xuanlong, que significa Dragón Oscuro, mientras que el J-20 ostenta el nombre Weilong, o Dragón Poderoso, reflejando su integración en el mismo marco operativo de sigilo. La participación del J-16D destaca un componente de ataque electrónico que complementa la capacidad furtiva de la aeronave.

Otras secuencias incluyen el lanzamiento de un misil aire-aire por parte de un J-20 y el disparo de un misil tierra-aire HQ-20 desde una plataforma terrestre, lo que sugiere coordinación entre los sistemas de defensa aérea y antimisiles. El vídeo combina estos elementos en una única representación operativa de las capacidades de combate aéreo modernizadas, mostrando la creciente sincronización de las aeronaves chinas de reconocimiento, ataque y guerra electrónica. Para China, la combinación de estas tres aeronaves subraya una transición hacia la colaboración entre sistemas tripulados y no tripulados y la ejecución coordinada de misiones.

La configuración del GJ-11 sugiere múltiples funciones potenciales, incluyendo ataques de penetración profunda, vigilancia y operaciones de señuelo contra redes avanzadas de defensa aérea. Por su parte, el equipo de guerra electrónica del J-16D, que se cree incluye inhibidores de banda ancha y cápsulas de detección de radar, puede suprimir las emisiones de radar enemigas para proteger aeronaves furtivas como el J-20 y el J-35.

La secuencia de vuelo muestra una posible estructura en la que cazas tripulados (como el J-20S) gestionan vehículos aéreos de combate no tripulados (UCAV) mediante enlaces de datos encriptados, lo que permite a un solo piloto controlar o coordinar varios drones, imitando a otras fuerzas aéreas que utilizan drones de apoyo. La posición del GJ-11 junto a un J-20 y un J-16D también implica la creación de grupos de ataque donde las aeronaves furtivas realizan ataques, los inhibidores aerotransportados degradan los sensores defensivos y los drones amplían el alcance de combate. Juntos, podrían formar una unidad combinada optimizada para penetrar sistemas integrados de defensa aérea y mantener operaciones en espacio aéreo altamente disputado.

Por ejemplo, la configuración de ala volante del GJ-11 minimiza las señales de radar al eliminar los estabilizadores verticales y suavizar el perfil del fuselaje. El dron tiene una envergadura aproximada de 14 metros y una longitud de 12 metros, con dos bahías internas que se estima pueden albergar entre cuatro y seis municiones de planeo de precisión de pequeño diámetro o cargas útiles electrónicas. La salida de escape blindada reduce la firma infrarroja, mientras que las puertas de las bahías dentadas y los materiales compuestos limitan la reflexión del radar.

La plataforma probablemente utiliza un único motor turbofán que genera alrededor de 50 kilonewtons de empuje, lo que proporciona velocidades de crucero subsónicas con un radio de combate que posiblemente supere los 1200 kilómetros. La autonomía estimada oscila entre 4 y 6 horas, dependiendo de la configuración de la carga útil. Estas especificaciones permiten realizar misiones de reconocimiento de larga duración y de ataque de precisión manteniendo una baja detectabilidad. La estructura general corresponde a una aeronave capaz de operar de forma autónoma o bajo guiado remoto en entornos electrónicos complejos.

La actividad registrada en los últimos dos años muestra que el GJ-11, también conocido como Espada Afilada, ha pasado de la validación del concepto a pruebas sostenidas y un uso operativo limitado. Se han observado varias unidades realizando vuelos coordinados en importantes instalaciones de prueba como Dingxin y Malan, lo que indica ejercicios de control de formación y secuenciación de misiones. Las operaciones desde aeródromos de gran altitud en la frontera suroeste sugieren una adaptación a la menor densidad del aire y a los desafíos del terreno, importantes para las misiones en regiones de meseta.

Estos despliegues implican una evaluación continua del alcance, la firma de radar y la estabilidad de las comunicaciones a largas distancias. Los patrones de salidas repetidas y aeronaves simultáneas indican que se están probando conjuntos de misiones coordinadas, que potencialmente simulan enjambres autónomos. Es probable que continúen las evaluaciones de autonomía, las pruebas de separación de armamento y la integración del enlace de datos como parte de la evaluación de la preparación para el combate. Si bien no se ha emitido una confirmación oficial del servicio operativo, la frecuencia y la distribución de las actividades apuntan a una fase de pruebas avanzada previa a la introducción limitada de escuadrones.

Para China, la aparición del GJ-11 Dark Dragon junto al J-20 y el J-16D simboliza la creciente integración de tecnologías furtivas, de guerra electrónica y de sistemas no tripulados en fuerzas cohesionadas. Esta demostración coordinada evidencia un claro avance hacia el combate en red, donde los drones operan como extensiones de las aeronaves tripuladas, combinando sus fortalezas en penetración, recopilación de datos y puntería de precisión.

El énfasis del vídeo en el movimiento coordinado y la integración de capacidades multicapa refleja un plan de modernización integral basado en entrenamiento con inteligencia artificial, arquitectura de mando digital y desarrollo de plataformas modulares. Las características del GJ-11, sus repetidas pruebas y su potencial adaptación naval indican que se acerca a una fase operativa. La representación coordinada de las fuerzas aéreas y de misiles en una misma producción subraya la aparición en China de una estructura de mando integrada diseñada para operaciones simultáneas de defensa aérea y terrestre.

Jérôme Brahy

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