Embraer amplía las funciones del A-29 Super Tucano para combatir drones.
Embraer ha presentado un nuevo concepto operativo para su A-29 Super Tucano, transformando el avión de ataque ligero turbohélice en una plataforma antidrones especializada, dirigida a la creciente demanda de soluciones asequibles para neutralizar los sistemas aéreos no tripulados.
El fabricante brasileño afirma que el concepto se basa principalmente en los sensores y armamento ya integrados en el A-29, combinados con tácticas, técnicas y procedimientos actualizados. El paquete está diseñado para permitir a los operadores actuales y futuros incorporar tareas de contramedidas contra sistemas aéreos no tripulados (UAS) a sus perfiles de misión sin necesidad de grandes cambios estructurales ni una renovación completa de la aviónica.
Según Embraer, la configuración antidrones utiliza enlaces de datos dedicados para recibir las coordenadas iniciales del objetivo y dirigir la aeronave hacia las posibles trayectorias de los UAS. Una vez en las proximidades, un sensor electroóptico/infrarrojo proporciona identificación, seguimiento y designación láser.
El Super Tucano también está equipado con el sistema de armas de precisión avanzada AGR-20 de BAE Systems (APKWS), un kit de guiado láser para el cohete Hydra 70 o sus ametralladoras de calibre .50 montadas en las alas para atacar los drones visualmente o mediante guiado por sensores.
El sistema APKWS ha demostrado ser un arma eficaz y de bajo coste para derribar UAS, ofreciendo capacidad de ataque de precisión a aproximadamente un tercio del coste de los misiles tradicionales.
“Continuamos ampliando las capacidades del A-29 para abordar los desafíos más recientes que enfrentan muchas naciones en todo el mundo”, ha declarado Bosco da Costa Junior, presidente y director ejecutivo de Embraer Defensa y Seguridad. “Los desafíos constantes de la guerra moderna y los recientes conflictos a nivel mundial han evidenciado la urgente necesidad de soluciones para combatir los drones. El A-29 es la herramienta ideal para contrarrestar los sistemas aéreos no tripulados (UAS) de manera eficaz y a bajo costo, sumándose a su ya extenso conjunto de misiones, que incluye apoyo aéreo cercano, reconocimiento armado, entrenamiento avanzado y muchas otras”.

Ventajas prácticas de los turbohélices para la intercepción de drones
Una de las principales ventajas del A-29 en misiones contra sistemas aéreos no tripulados (UAS) es su velocidad, o mejor dicho, su falta de ella. Muchos drones pequeños de reconocimiento y merodeo vuelan lentamente y a baja altitud, lo que los convierte en blancos difíciles para cazas de alto rendimiento. Los aviones de combate rápidos suelen ser demasiado veloces para usar sus cañones con seguridad contra estos objetivos, y el lanzamiento de misiles aire-aire puede resultar prohibitivo al enfrentarse a drones baratos y fácilmente destructivos como la serie Shahed de Irán.
En cambio, un avión turbohélice como el Super Tucano puede permanecer en vuelo durante largos periodos, maniobrar con mayor facilidad alrededor de objetivos lentos y operar a un coste por hora de vuelo mucho menor. Esta combinación lo hace idóneo para patrullas persistentes y enfrentamientos visuales contra pequeños drones que, de otro modo, agotarían los arsenales de sistemas avanzados de defensa aérea.
Lecciones de caza con drones de Ucrania
La eficacia de estas aeronaves ya se ha demostrado en Ucrania, donde se han adaptado para la caza con drones improvisada. Una unidad modificó un avión fumigador Zlin para transportar misiles R-73 guiados por infrarrojos. Otra unidad utiliza entrenadores Yakovlev Yak-52, con artilleros asomados desde cabinas abiertas, armados con fusiles o escopetas.
Algunas tripulaciones incluso han intentado embestir drones enemigos. Ucrania ha atribuido a estos equipos el derribo de varios drones Orlan y Zala, demostrando la eficacia de las aeronaves lentas y ágiles para contrarrestar las amenazas aéreas no tripuladas.
Rusia también ha experimentado con el uso de aviones básicos de pistón o de entrenamiento para interceptar drones ucranianos, y varios de estos últimos fueron destruidos posteriormente por municiones merodeadoras ucranianas mientras estaban estacionados en aeródromos avanzados.
Estas operaciones improvisadas ponen de manifiesto la necesidad de soluciones aéreas asequibles contra sistemas aéreos no tripulados (UAS), pero también evidencian las limitaciones de los aviones de entrenamiento con equipamiento básico. La propuesta de Embraer busca profesionalizar este concepto, ofreciendo características de vuelo y ventajas de coste similares, pero con sensores integrados, sistemas de puntería y armamento de precisión optimizados para la defensa contra drones.

Los turbohélices desempeñan un papel activo en la defensa aérea.
Para los países que ya utilizan el A-29 para entrenamiento, ataque ligero o seguridad fronteriza, el nuevo concepto anti-UAS de Embraer podría ofrecer un conjunto adicional de misiones sin grandes inversiones. En lugar de desplegar cazas de alta gama o utilizar costosos misiles tierra-aire para cada incursión de drones, los operadores podrían recurrir a aeronaves de bajo coste diseñadas para ofrecer autonomía y precisión.
Ante la creciente presencia de drones de bajo coste en los campos de batalla modernos, desde Ucrania hasta Oriente Medio, la evolución del Super Tucano hacia una plataforma anti-UAS podría indicar un cambio más amplio en el poder aéreo. Los turbohélices, antes destinados principalmente al apoyo aéreo cercano y a funciones de vigilancia, podrían estar desempeñando ahora un papel activo en la defensa aérea.
Clement Charpentreau


