¿Equipará Japón sus futuros submarinos con propulsión nuclear, al igual que sus vecinos regionales?
El ministro de Defensa japonés, Shinjiro Koizumi, ha solicitado un debate nacional abierto sobre la posible adopción de la propulsión nuclear para la próxima generación de submarinos, en respuesta a un entorno de seguridad cambiante. Sus declaraciones ponen de relieve la creciente presión derivada de los acontecimientos regionales, incluidos los nuevos programas de submarinos de propulsión nuclear respaldados por Estados Unidos y China.
Shinjiro Koizumi dijo que aún no se había tomado una decisión sobre la propulsión de los submarinos de próxima generación, pero instó a un debate abierto dado que la balanza regional se inclina hacia las flotas de propulsión nuclear. Sus declaraciones se produjeron tras su aparición en la televisión nacional el 10 de noviembre, donde afirmó: «Hay novedades, y todos los países vecinos están a punto de poseer submarinos nucleares», añadiendo que los submarinos nucleares «no son nada particularmente inusual».
Planteó la cuestión con franqueza: «El entorno que rodea a Japón se ha vuelto tan adverso que debemos debatir si continuar utilizando propulsión diésel para los submarinos, como hasta ahora, o si pasarnos a la propulsión nuclear».
Los comentarios de Koizumi se produjeron al hacer referencia a los informes de las conversaciones de los líderes del 29 de octubre en la APEC de Gyeongju, donde destacó la aprobación de Estados Unidos para que Corea del Sur construya su propio submarino nuclear de ataque (SSN). En Asia Oriental, China está incorporando progresivamente submarinos de ataque y ampliando las operaciones de sus submarinos nucleares lanzamisiles (SSBN), mientras que Corea del Norte ha declarado su intención de desplegar submarinos de propulsión nuclear en el marco de su plan quinquenal de defensa de 2021.
La tendencia regional es clara y la estrategia de Tokio se está adaptando en consecuencia. En su rueda de prensa del 7 de noviembre, Koizumi reiteró la postura oficial: «Por el momento, no se ha decidido nada con respecto a la próxima generación de sistemas de propulsión para submarinos».
El contexto político en Japón evoluciona en paralelo con la situación de seguridad. Un comité de expertos convocado por el Ministerio de Defensa en septiembre recomendó explorar sistemas de propulsión de última generación para submarinos equipados con sistemas de lanzamiento vertical (VLS), capaces de disparar misiles de largo alcance y permanecer sumergidos durante largos periodos. En la rueda de prensa posterior, las autoridades mencionaron las baterías de estado sólido y las pilas de combustible como principales candidatas, sin descartar la propulsión nuclear.
Existen tres vías viables para el desarrollo nuclear japonés si Japón pasa del estudio a la necesidad. Una solución basada en el submarino nuclear de ataque AUKUS, diseñado por el Reino Unido, integraría a Japón en una iniciativa aliada en desarrollo, centrada en un casco compacto con la tecnología de reactores británica más avanzada y sistemas de combate estadounidenses, ofreciendo así modelos comunes de entrenamiento, gestión y seguridad.
Maximizaría la integración aliada para patrullas en el Mar de Filipinas y a lo largo de la primera cadena de islas, si bien las limitaciones de acceso, plazos y transferencia de tecnología serían considerables. La opción francesa, basada en un derivado del Barracuda, ofrece una plataforma silenciosa de propulsión a chorro de aproximadamente 5300 toneladas en inmersión, con reactores K15, alta velocidad y gran autonomía en zona de operaciones, y una capacidad de carga de torpedos F21 y misiles de crucero lanzados desde tubos, con el atractivo adicional de una importante participación industrial en astilleros japoneses.
París nunca ha exportado sistemas de propulsión nuclear naval, por lo que el régimen de salvaguardias sería complejo. Una opción estadounidense centrada en la clase Virginia, especialmente en el Bloque V con el Módulo de Carga Útil Virginia, ofrece capacidad de ataque en todo el teatro de operaciones, inteligencia, vigilancia y reconocimiento (ISR) y una estrecha interoperabilidad con las redes estadounidenses, pero se enfrentaría a las barreras más severas en materia de control de exportaciones y capacidad de los astilleros.
La ventaja para la Fuerza Marítima de Autodefensa de Japón es evidente. Los submarinos antibuque (SSK) Taigei de iones de litio actuales se encuentran entre los submarinos convencionales más silenciosos, con una impresionante autonomía sumergida de varios días, recarga rápida y un excelente rendimiento en la negación costera. Sin embargo, aún necesitan un sistema de snorkel para generar energía y no pueden mantener altas velocidades sumergidas durante largos trayectos ni en misiones multieje.
Un submarino nuclear permanece sumergido durante meses, mantiene una velocidad superior a 25 nudos durante el tiempo que la misión lo requiera y puede seguir a grupos de superficie enemigos, cazar submarinos y posicionarse para un ataque terrestre en un solo ciclo de patrulla. En la práctica, la propulsión nuclear transforma una presencia episódica en una presión continua.
Los obstáculos siguen siendo considerables. La Ley Básica de Energía Atómica y el legado de los Tres Principios No Nucleares moldean la opinión pública, que se endureció aún más tras el desastre de Fukushima. Cualquier decisión relacionada con la tecnología nuclear se somete a un riguroso escrutinio por parte de los organismos reguladores y las comunidades locales que albergan bases navales. Desde el punto de vista industrial, Mitsubishi Heavy Industries y Kawasaki Heavy Industries requerirían nueva infraestructura nuclear, un programa nacional de formación para oficiales e ingenieros con cualificación nuclear y un régimen de seguridad integral.
Sin embargo, el mensaje de Koizumi es que Japón debe sopesar estos costes frente a un entorno estratégico que evoluciona rápidamente. El debate no gira en torno a si la propulsión nuclear es inusual, sino a si Japón puede permitirse seguir siendo la única gran potencia marítima de su región sin ella.
Evan Lerouvillois



Japón no necesita submarinos nucleares, con un buen sistema AIP y baterías mejoradas de estado sólido puede cumplir casi como uno nuclear a un coste mucho menor y sin los problemas de opinión pública que genera la nuclear en Japón.
Típica contestación, los japos ya no quieren sip, y la autonomía que da un submarino nuclear, jamás la dará un diesel electrico con sip y las mejores baterías del mercado, aparte con China y Corea del Norte de vecinos, ho si pudiera los tendria
Japón hasta ahora ha sido el país que se considera tiene los SSK más avanzados del mundo. Pero si el nuevo contexto es que los SSN van a ser más numerosos en la región es normal que se plantee tener SSN. Un SSN puede desplazarse de modo silencioso a mayor velocidad que un SSK. Es más caro pero también ofrece más ventajas. Cierto que el SSN se ve como arma ofensiva, algo que Japón se supone no debe tener. Sería irónico si van por SSN y los ponen en servicio antes que los australianos.
No lo veo, por cuestión de coste y beneficio, sería cambiar todo el ecosistema. Mejor submarinos de propulsión convencional mas grandes con apoyo de otros tipo Orca.
Ningún país tiene mayor resguardo hacia la energía nuclear militar que Japón, así que no extrañaría que el debate interno sea furibundo. Los SSN no son considerados armas nucleares, pero deben superar los resguardos de la OIEA, puesto que el combustible de los reactores PWR, en general, utilizan uranio U_235 de grado militar (90% o superior), que puede utilizarse para fabricar armas nucleares. Los países del Consejo de Seguridad de la ONU no necesitan someterse a estos controles, pero el resto, como Australia, Corea, del Sur o Brasil, que tienen en marcha programas de SSN, si deberán hacerlo. Japón entraría en este grupo. India, que también ha lanzado un proyecto similar y ya posee SSBN no ha firmado el TNP, por lo que la OIEA no tiene facultades para establecer controles. Corea del Norte igual, puesto que se retiró del tratado (en 2006). Las ventajas inherentes a la propulsión nuclear en los submarinos no hay ni tan siquiera que discutirlas, y Japón tiene un importante desarrollo tecnológico de tractores nucleares civiles. Habrá que ver, si Tokio se decide porque la propulsión nuclear sea la que equipe a su próxima generación de submarinos, emprenda el desarrollo local de reactores compactos para SSN, o bien se sume a un grupo establecido. La cooperación con Francia es muy lejano, ya que Tokyo y París no tienen ninguna experiencia en cooperación tecnológica, menos aún militar. Pero esta sí es amplia con UK, por lo que en este caso, sería la más plausible. La capacidad de los astilleros japoneses serían un gran impulso para AUKUS, por lo que si Japón pudiera entrar en la alianza, sin dudas que sería la elección correcta. Lo de la cooperacion con EEUU podría ser más largo para acordar transferencias tecnológicas, además de las de AUKUS, porque no sería una alianza, sino un tercero, y podría encontrar mayores obstáculos en el congreso. Además, condicionaría a Japón en el uso y, quizá, en el mantenimiento de los SSN Virginia. Un aspecto positivo de esto último es que estos poseen VLS, y según lo leído, a Japón le interesa que su nueva generación de submarinos tenga celdas para misiles de largo alcance, tal como la clase coreana KSS-III. Indudablemente que los tubos lanzatorpedo pueden dispara misiles de crucero perfectamente utilizables para ataques terrestres, más allá de función antibuque. Pero las celdas VLS otorgan flexibilidad, puesto que su mayor tamaño permite utilizar misiles de mayor diámetro , más pesados y de mayor alcance, como los misiles balísticos, además de los de crucero. Hasta el momento el proyecto SSN AUKUS no ha contemplado la opción de VLS. Pero, probablemente, la hipotética inclusión de Japón en la alianza, influirá en este sentido. Concluyendo: es muy probable que las necesidades defensivas decanten a Tokyo a incluir la propulsión nuclear en su próxima generación de submarinos, o quizá prefiera una flota mixta de SSK y SSN. La forma de ahorrar tiempo y dinero para llegar a obtenerlos podría ser la inclusión de Japón en la alianza AUKUS. La asociación con EEUU la consideramos más compleja, mientras que la asociación con Francia, si bien tendría muchas ventajas industriales, lo vemos más complejo dese el punto de vista político, además que no hay antecedentes de cooperación con París en el plano tecnológico, y menos en tecnología militar.