Hungría y Suecia llegan a un acuerdo para adquirir más cazas Gripen, a la espera de la aprobación para la OTAN.

Hungría ha sido el tercer país, por detrás de Suecia y la República Checa, en operar los aviones Gripen C/D, adquiridos inicialmente en régimen de leasing por 12 monoplazas (Gripen C) y un par de biplazas (Gripen D).

Hungría ha encargado cuatro cazas polivalentes Saab JAS 39 Gripen C/D en un acuerdo no revelado, que se sumarán a una flota existente de 14 aviones, según ha anunciado hoy el fabricante.

El acuerdo se anunció mientras el primer ministro sueco, Ulf Kristersson, se encuentra en Budapest para reunirse con el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, en lo que Suecia espera que sea el impulso final necesario para que el gobierno de Hungría apruebe la candidatura de Estocolmo a la OTAN.

Parece que ha tenido éxito: según The Guardian, Orbán ha indicado hoy a la prensa que el acuerdo Gripen ha ayudado a restablecer la “confianza” entre ambas partes y ha señalado que el Parlamento húngaro podría ratificar el ingreso en la OTAN tan pronto como este lunes.

El acuerdo para la adquisición de aviones adicionales se alcanzó tras una enmienda al contrato original entre la Administración de Material de Defensa sueca (FMV) y Budapest, firmado por primera vez en 2001.

“Con esta nueva modificación del contrato, Hungría operará un total de 18 aviones Gripen C/D para proteger y defender el espacio aéreo húngaro y de la OTAN”, declaró Saab.

La empresa señaló que ya tiene un contrato de apoyo con FMV para los aviones Gripen de la Fuerza Aérea húngara y que está “dispuesta a proporcionar mejoras” para que los aviones sigan volando más allá de 2035.

Paralelamente, Saab y Hungría también firmaron un Memorando de Entendimiento que cubre “el desarrollo de áreas industriales de alta tecnología y capacidades de aviones de combate”.

Hungría fue el tercer país, por detrás de Suecia y la República Checa, en operar los aviones Gripen C/D, adquiridos inicialmente mediante un contrato de arrendamiento de 12 monoplazas (Gripen C) y un par de biplazas (Gripen D). Los aviones pertenecen al escuadrón Puma de las Fuerzas Aéreas húngaras, con base en la base aérea de Keskemét, y se encargan de proteger el espacio aéreo nacional y esloveno y de participar en las misiones de policía aérea de la OTAN en el Báltico.

Los Gripen C/D pueden ir armados con misiles aire-aire de corto y largo alcance, misiles pesados aire-tierra y bombas guiadas, según la documentación de la empresa Saab. Los aviones también se han exportado a Sudáfrica y Tailandia.

Saab recibió un contrato de 500 millones de coronas suecas (48 millones de dólares) en 2022 para modernizar la flota de Gripen C/D de las Fuerzas Aéreas suecas, de modo que puedan seguir en servicio hasta 2035. El fabricante también está produciendo 60 de los más avanzados Gripen E/F para Estocolmo.

El fabricante también esperaba recibir un pedido de Gripen E/F de la República Checa para sustituir 14 aviones Gripen C/D alquilados, pero perdió ante Lockheed Martin después de que Praga optara por firmar un acuerdo estimado en 5.600 millones de dólares por 24 cazas de despegue y aterrizaje convencional F-35A.

Un cliente potencial del Gripen sigue siendo Ucrania, pero la situación es más complicada que un simple acuerdo de exportación de armas.

Pål Jonson, ministro de Defensa sueco, expuso la postura del gobierno en octubre de 2023, afirmando que, basándose en “razones de seguridad interna”, el ingreso en la OTAN debe producirse antes de que pueda tener lugar cualquier transferencia de Gripen a Kiev. Junto con Turquía, Hungría ha retrasado durante mucho tiempo la votación parlamentaria para ratificar la entrada de Suecia en la alianza.

Un informe de 2022 del think tank de defensa británico Royal United Services Institute afirmaba que el Gripen era “con mucho, el candidato más adecuado” entre los jets de combate de fabricación occidental capaces de satisfacer las necesidades operativas de Ucrania en su lucha contra Rusia.

Tim Martin