Las alas del caza secreto chino se transforman en drones en pleno vuelo.

Al parecer, ingenieros chinos han probado un nuevo avión furtivo de alas combinadas con alas desmontables para drones.

Con reminiscencias de los transformadores “combiner” o “mini-con” de los años ochenta y noventa, la nueva nave nodriza de caza furtivo convertida en dron fue probada en un aeropuerto no revelado en el extremo sur del desierto chino de Mu Us.

Si los informes son ciertos, la novedosa aeronave podría cambiar para siempre el combate aéreo. Se dice que el avión destaca por su fuselaje de alas mixtas y su diseño de ala delta, optimizado para operaciones furtivas a alta velocidad.

Según fuentes como el South China Morning Post (SCMP), durante la prueba, el avión demostró una capacidad única: secciones de sus alas se separaron para crear dos drones independientes de “alas voladoras”. Cada dron estaba supuestamente propulsado por sus propios ventiladores eléctricos en conducto.

Sin embargo, esta transformación provocó inicialmente un pequeño temblor en el caza debido al repentino cambio aerodinámico y del centro de gravedad. En el momento de escribir estas líneas, no se dispone de ningún vídeo o imagen fija de la prueba que confirme el acontecimiento.

Guerra aérea “redefinida”

Tras cierta inestabilidad inicial, el avión principal y los drones se estabilizaron rápidamente, demostrando la “eficiencia aerodinámica del diseño y la robustez de sus sistemas de control automático.” De ser cierta, esta prueba representa un avance significativo en el “nuevo concepto” de los futuros aviones de combate de la Fuerza Aérea china.

El ingeniero Du Xin, del Instituto de Tecnología Aeroespacial del Centro de Investigación y Desarrollo Aerodinámico de China (CARDC), destacó el éxito de la prueba. Du afirma que esta integración permite un funcionamiento coordinado entre el avión tripulado y los drones no tripulados.

En su opinión, esto resuelve eficazmente problemas como el desajuste de velocidad y las limitaciones de alcance que suelen observarse en las operaciones de drones autónomos. “Representa un modo avanzado de combate colaborativo tripulado/sin tripulación, en el que varias aeronaves con funciones diferentes se integran para un vuelo coordinado”, explicó Du.

“Esto puede resolver eficazmente problemas como el desajuste de velocidad y la incompatibilidad de alcance entre aviones tripulados y no tripulados, logrando ventajas complementarias”, añadió.

Yang Wei, diseñador jefe del avión J-20, ha declarado en múltiples ocasiones en los últimos años que China está desarrollando una nueva generación de cazas furtivos específicamente diseñados para trabajar en conjunción con drones. El J-20 es actualmente el caza furtivo más avanzado de China, y las Fuerzas Aéreas chinas están probando una variante biplaza, que permitirá a un piloto centrarse exclusivamente en interactuar con drones.

Sin embargo, la mayoría de los drones no pueden igualar la velocidad y el alcance de los cazas tripulados. Yang mencionó que el caza de nueva generación de China tiene una inesperada capacidad de cambio de forma.

Un caza furtivo que se transforma

Yang sugirió anteriormente que los aviones del futuro podrían parecerse a los transformers que se ven en las películas de ciencia ficción.

“Los aviones del futuro podrían parecerse a los transformers de las películas de ciencia ficción”, declaró Yang a la cadena estatal CCTV en 2020. En 2022, también dijo: “En un futuro próximo, pronto veremos el J-30 y el J-40 (como sucesores del J-20).”

A diferencia de intentos anteriores de fijar aviones a las puntas de las alas, el equipo de Du adoptó una “configuración de acoplamiento en el borde trasero”, conectando los bordes de ataque de los drones con el borde de salida del ala principal. Esta configuración permite un vuelo más estable, pero plantea desafíos importantes debido a los cambios drásticos en el centro de gravedad y el punto focal de la aeronave durante la separación.

El equipo de Du desarrolló un nuevo algoritmo para analizar con precisión diversas perturbaciones, incluidos los cambios de viento, durante la separación. Tanto el avión como los drones utilizan la computadora de control de vuelo FCC-100 de la Universidad Politécnica Northwestern, capaz de realizar cálculos complejos y un control confiable.

Este diseño hace que la aeronave sea más estable durante el vuelo, pero también plantea un reto a la hora de formular leyes de control, ya que el centro de gravedad y el enfoque de la aeronave pueden sufrir cambios drásticos antes y después del desprendimiento.

Los resultados se publican en la revista china Advances in Aeronautical Science and Engineering. En ellos se detalla la decisión estratégica del equipo del CARDC de instalar dos drones en el borde posterior de las alas del avión.

Además de esta nueva aeronave, los científicos chinos están probando otras nuevas tecnologías que podrían utilizarse en la próxima generación de cazas. Estas tecnologías incluyen la sustitución de los timones físicos por equipos de sigilo de flujo de aire y plasma, según información pública.

Sin embargo, como no se ha hecho pública ninguna comunicación oficial sobre la prueba, es prudente mantener la cautela sobre la veracidad de esta información, y habrá que esperar a posible información adicional por parte de las autoridades chinas.

Christopher McFadden