Operación Martillo de Medianoche: EEUU ataca y China vigila de cerca.
Como parte de la Operación Martillo de Medianoche, las fuerzas estadounidenses atacaron el sábado las instalaciones de enriquecimiento de uranio de Irán en Fordo, Natanz e Isfahan. Los medios de comunicación informaron que la Marina Popular China ya había desplegado dos modernas plataformas de reconocimiento electrónico en el Golfo Pérsico.
Algunos observadores suponen que los chinos están ayudando a Irán proporcionando resultados de reconocimiento, pero puede que éste no haya sido el motivo principal de las actividades de los buques de reconocimiento chinos.
Según un comunicado del Departamento de Defensa estadounidense, siete bombarderos furtivos B-2 Spirit que transportaban un total de 14 bombas GBU-57 Massive Ordnance Penetrators atacaron los objetivos de Fordo, Natanz, dentro de la oleada de ataques conocida como Operación Martillo de Medianoche.
La instalación de Isfahan fue atacada por una docena de misiles de crucero lanzados desde submarinos, según el general Dan Caine, jefe del Estado Mayor Conjunto. Las fuerzas armadas estadounidenses demostraron así ante los ojos del mundo cómo llevan a cabo primeros ataques convencionales con armas estratégicas y atacan objetivos de alto valor especialmente endurecidos o de poca altura. Algo que será de candente interés para el reconocimiento chino.
Sin embargo, observar atentamente las actividades de enemigos o rivales en y desde los océanos del mundo, tanto en guerra como en paz, no es nada nuevo. La Marina alemana ha estado operando barcos de servicio naval con este propósito desde la década de 1960. El espionaje de una o varias partes beligerantes como tercera parte supuestamente no implicada también tiene una larga tradición, como demostraron los barcos espía soviéticos que rodearon a la flota británica durante la Guerra de las Malvinas en 1982.
Los buques de reconocimiento chinos Tipo 815 desplegados actualmente en el Golfo Pérsico tampoco son novatos en esta profesión. Los buques ya han vigilado pruebas de misiles de las fuerzas armadas taiwanesas y maniobras de la marina australiana.
El objetivo de los esfuerzos chinos es, presumiblemente, profundizar en los procesos del ataque estadounidense. La operación Martillo de Medianoche podría ser especialmente reveladora en el espectro electromagnético. Aunque la detección de los B-2 Spirit pueda considerarse extremadamente difícil, los bombarderos contaron con el apoyo de otras aeronaves en su misión.
Por tanto, la composición y el perfil de vuelo de estos sistemas son de interés, al igual que las medidas de guerra electrónica que llevaron a cabo para suprimir las defensas iraníes. La presencia de los B-2 en el espacio aéreo iraní se confirmó a más tardar cuando se lanzó el GBU-57. Esto dio a la parte china la oportunidad de practicar la detección por satélite. Es bien sabido que el método de detección y seguimiento por satélite de plataformas furtivas enemigas es una prioridad para las fuerzas armadas chinas.
En los días siguientes, sin embargo, el interés seguirá centrándose en los detalles del ataque, y no sólo entre los expertos chinos y no sólo desde el mar. Es de suponer que la parte rusa también estará sumamente interesada en analizar, por ejemplo, los radios de dispersión de las GBU-57 o la capacidad de lanzar sucesivamente dos o más de las bombas de penetración profunda sobre un objetivo para sumar la profundidad de penetración.
No sólo cabe suponer que la parte estadounidense también es consciente de estos esfuerzos de reconocimiento y que se han tomado contramedidas al respecto. Por ejemplo, las fuerzas armadas estadounidenses han anunciado que se han utilizado numerosos traslados de aviones y movimientos de flota para engañar durante días.
Kristóf Nagy
El día 13 de junio el ministro de Asuntos Exteriores irani, el dr. Abbas Araghchi, envío una carta al Director General de la OIEA, el argentino Rafael Grossi, en la que especificaba que su país tomaría las «adoptará medidas especiales para proteger los equipos y materiales nucleares» refiriéndose seguramente al traslado a otros centros o sitios el material de uranio enriquecido. Es de hacer notar que por el protocolo se salvaguarda que Irán ha firmado con la OIEA, debe informar este traslado, y hasta el momento no lo ha hecho. Estoy implica la desobediencia y quizá, la antepuerta de la salida de los controles internacionales y la búsqueda de un programa nuclear militar al descubierto. Hasta el momento lo ha realizado en forma encubierta, casi a las narices de los controles de la OIEA.