Rusia anuncia la finalización de las pruebas de su misil nuclear 9M730 Burevestnik.
En marzo de 2018, el presidente ruso, Vladímir Putin, presentó seis nuevos proyectos armamentísticos que se suponía serían «invencibles». Algunos ya se han puesto en servicio, como el torpedo nuclear «dronizado» Poseidón [código OTAN: Kanyon] y el misil aerobalístico hipersónico Kinjal, que no lograron marcar una diferencia decisiva en el curso de la guerra en Ucrania.
Dicho esto, uno de los proyectos que discute el Kremlin, posiblemente el más ambicioso, acaba de completar su fase de pruebas. De hecho, el 26 de octubre, durante una reunión con los principales líderes militares rusos, Putin celebró el éxito de la prueba «final» del 9M730 Burevestnik [nombre de la OTAN: SSC-X-9 Skyfall], un misil de crucero de propulsión nuclear que podía superar cualquier sistema de defensa antimisiles.
Durante la prueba, que según se informa tuvo lugar el 21 de octubre, un Burevestnik 9M730 [Petrel de Tormenta] recorrió 14.000 km y permaneció en vuelo durante unas 15 horas, según declaró el general Valery Gerasimov, jefe del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas Rusas. «Las características técnicas del Burevestnik permiten su uso con precisión garantizada contra objetivos altamente protegidos a cualquier distancia», añadió.
«Recuerdo perfectamente que, cuando anunciamos el desarrollo de semejante arma, incluso especialistas altamente cualificados me dijeron que era, sin duda, un objetivo loable, pero irrealizable a corto plazo. Esta era la opinión, repito, de especialistas altamente cualificados. Y ahora se han completado las pruebas decisivas», comentó el líder del Kremlin, quien, para la ocasión, se puso uniforme militar.
«Es una creación única que nadie más en el mundo posee», añadió, antes de dar la orden de «preparar la infraestructura para poner esta arma en servicio en las fuerzas armadas».
Vale la pena señalar que, por el momento, ningún funcionario ruso ha indicado dónde se estrelló el misil Burevestnik después de su vuelo de 15 horas.
Según fuentes rusas, el misil realizó todas las maniobras verticales y horizontales requeridas durante la prueba, demostrando una sólida capacidad de evasión contra las defensas aéreas destacando que la distancia y la duración del vuelo alcanzadas no reflejaban su máximo potencial, ya que, en teoría, el misil tiene un alcance ilimitado gracias a su sistema de propulsión nuclear compacto.
El desarrollo del 9M730 Burevestnik no ha estado exento de problemas. Las pruebas iniciales del misil no fueron concluyentes, e incluso se sugirió que uno se perdió en el mar de Barents, concretamente cerca de la isla de Yuzhny, en 2018. Al menos, el inusual despliegue del buque grúa KIL-143, entre otros siete buques, alimentó la especulación al respecto.
Un año después, una explosión en la base de Nyonoksa, en el óblast de Arkhangelsk, conocida por albergar una instalación de pruebas de misiles para submarinos rusos, provocó un aumento repentino de la radiactividad, lo que sugiere que una prueba del motor 9M730 Burevestnik había salido mal. De hecho, en 2020, Putin afirmó que los cinco empleados de Rosatom fallecidos en el incidente trabajaban en el desarrollo de una nueva arma basada en una tecnología sin precedentes.
Teóricamente subsónico, el 9M730 Burevestnik tiene un alcance ilimitado [o puede permanecer en vuelo durante varios días] gracias a su modo de propulsión, que se basaría en un «ramjet nuclear» que combina un motor cohete de propulsante líquido para la fase de lanzamiento y un reactor nuclear.
Citando al periódico ruso «Correo Militar-Industrial» [VPK], el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos [IISS] sugirió en 2021 que la altitud teórica de vuelo del 9M730 Burevestnik, «entre 50 y 100 metros», dificultaría su detección por los radares de defensa aérea. Sin embargo, su «invencibilidad» es relativa: cuanto más tiempo vuela un misil subsónico, mayor es la probabilidad de que sea detectado.
Rusia no era el único país interesado en misiles de propulsión nuclear. En la década de 1950, Estados Unidos intentó desarrollar un arma similar, llamada SLAM (Misil Supersónico de Baja Altitud), a través del programa Plutón. Dos prototipos, el Tory-IIA y el Tory-IIC, se probaron en el desierto de Nevada. El proyecto se abandonó oficialmente en 1964, tras una inversión de 2000 millones de dólares.
DIE



Me fascina que Rusia invierta en misiles nucleares y cosas así mientras sus tropas atacan con motos y patinetes las trincheras ucranianas…vale que la vida de un soldado ruso no es muy importante (para Putin) pero podrían disimular un poco más.
Cuando veo vídeos de los Lada sin puertas ni tapa de maletero y con ruedas en el techo como única protección anti dron me pregunto como son tan valientes (o inconscientes) de atacar de esa manera.