Rusia transfiere el primer sistema de defensa aérea Pantsir a Corea del Norte.
Rusia ha entregado al menos un sistema móvil de defensa aérea Pantsir-S1 a Corea del Norte, junto con sofisticados equipos de guerra electrónica capaces de emitir interferencias de radiofrecuencia. Técnicos militares rusos también han brindado asistencia directa a Pyongyang para modernizar los sistemas de guía y apuntado de los misiles balísticos norcoreanos. Esto marca un momento crucial en la alianza estratégica de defensa entre Moscú y Pyongyang, que se ha profundizado significativamente tras la guerra en Ucrania.
Este envío de armas forma parte de un marco de apoyo militar más amplio y recíproco que se ha expandido desde 2023. En apoyo a la campaña militar rusa en Ucrania, Corea del Norte ha enviado, según informes, más de 11.000 militares —aparentemente identificados como unidades de ingeniería o logística— y ha proporcionado al menos 100 misiles balísticos, así como más de nueve millones de cartuchos de artillería y municiones para cohetes.
Estas transferencias representan una flagrante violación de múltiples resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Sin embargo, ambas naciones han optado por reforzar sus vínculos de defensa, desafiando las sanciones internacionales, y han armonizado sus estrategias y capacidades militares en una relación mutuamente beneficiosa.
El Pantsir-S1 (OTAN: SA-22 Greyhound), entregado a Corea del Norte, es un sistema de defensa aérea de corto a medio alcance altamente móvil. Diseñado para contrarrestar una amplia gama de amenazas aéreas, como drones, helicópteros, aeronaves de vuelo bajo y misiles de crucero, cuenta con un sistema doble de cañones antiaéreos de 30 mm y 12 misiles tierra-aire 57E6 listos para su lanzamiento.
Los sistemas integrados de orientación radar-óptica permiten al Pantsir rastrear y destruir múltiples objetivos simultáneamente en un radio de 20 kilómetros y hasta 15 kilómetros de altitud. Su despliegue en Corea del Norte mejora significativamente la capacidad del régimen para proteger objetivos de alto valor de los ataques aéreos modernos y señala un cambio en el enfoque de Pyongyang hacia la defensa aérea integrada.
Antes de esta adquisición, el arsenal de defensa aérea de Corea del Norte dependía principalmente de sistemas soviéticos heredados, como el 9K35 Strela-10 (SA-13 Gopher), el 9K32 Strela-2 (SA-7 Grail) y el 9K310 Igla-1 (SA-16 Gimlet) de sus fuerzas terrestres, así como de sistemas estratégicos como el S-75 Dvina (SA-2 Guideline), el S-125M1 Pechora-M1 (SA-3 Goa) y el S-200 Angara (SA-5 Gammon) de la red de defensa aérea. Estos sistemas, aunque aún operativos, están tecnológicamente obsoletos e insuficientes contra las amenazas aéreas contemporáneas, como las municiones guiadas de precisión y los aviones de quinta generación.
Cabe destacar que la cooperación en materia de defensa entre Rusia y Corea del Norte no comenzó con la guerra de Ucrania. Su relación militar tiene profundas raíces históricas que se remontan a la Guerra Fría, cuando la Unión Soviética era el principal proveedor de defensa de Corea del Norte. Tras un período de menor interacción tras el colapso de la Unión Soviética, la cooperación se reanudó en la década de 2010.
Cabe destacar que Rusia ayudó a modernizar la infraestructura de vigilancia por radar de Corea del Norte, modernizó algunos de los sistemas de artillería de Pyongyang y, según informes, suministró componentes para vehículos blindados y armas antitanque guiadas.
En 2019, observadores militares identificaron electrónica naval de origen ruso a bordo de lanchas patrulleras norcoreanas, y se observó a técnicos norcoreanos recibiendo entrenamiento en Rusia. Ese mismo año, informes de inteligencia de agencias de defensa del este de Asia indicaron la transferencia de tecnología de drones de doble uso y sistemas de navegación a Pyongyang. Estas actividades se mantuvieron deliberadamente en secreto para evitar repercusiones diplomáticas, pero sentaron las bases de la actual asociación estratégica abierta.
Esta colaboración en constante evolución se formalizó en junio de 2024 con la firma del Tratado de Asociación Estratégica Integral entre el presidente ruso, Vladímir Putin, y el líder supremo norcoreano, Kim Jong-un. El tratado prevé una mayor cooperación en defensa, intercambio de inteligencia y desarrollo de tecnología militar. Ha redefinido eficazmente la relación bilateral, pasando de una de apoyo táctico a una de alineamiento estratégico, incluyendo una cláusula de defensa mutua y mecanismos para proyectos de desarrollo conjunto.
Con la entrega del Pantsir-S1 y otras tecnologías militares, Corea del Norte obtiene acceso a capacidades que podrían utilizarse no solo en la defensa nacional, sino también como modelo para sistemas nacionales.
Dada la conocida práctica norcoreana de aplicar ingeniería inversa a armas importadas, los expertos anticipan que el Pantsir podría servir de modelo para una nueva generación de plataformas de defensa aérea autóctonas. El apoyo técnico ruso acelera aún más este proceso, especialmente en ámbitos como la orientación por radar, la integración de sistemas de guerra electrónica y la telemetría de misiles balísticos.
La entrega del sistema de defensa aérea de misiles y cañones Pantsir, de fabricación rusa , y otras tecnologías avanzadas a Corea del Norte marca una grave escalada que podría alterar el cálculo estratégico en la península de Corea. También ilustra cómo el aislamiento geopolítico está impulsando a los Estados sancionados a forjar sistemas de defensa alternativos, lo que pone en entredicho la eficacia de los regímenes internacionales de control de armamentos vigentes.
Rudis04