Los países de la OTAN están utilizando Ucrania como campo de pruebas para su armamento avanzado.

La guerra de Ucrania con Rusia está dando a los países de la OTAN la oportunidad de probar su armamento avanzado en un campo de batalla real, y están obteniendo valiosos conocimientos como resultado, informó el Financial Times.

Los miembros de la OTAN, incluidos Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Alemania y Francia, han estado proporcionando armas y entrenamiento a Ucrania desde que Rusia lanzó su invasión en febrero de 2022.

Y los tipos de armas que han entregado se han vuelto cada vez más avanzados desde que comenzó la guerra, con Ucrania presionando por tanques modernos, sistemas de defensa aérea y aviones.

El ministro de Defensa ucraniano, Oleksiy Reznikov, declaró al FT que, gracias a ello, los aliados de Ucrania «pueden ver realmente si sus armas funcionan, con qué eficacia lo hacen y si es necesario mejorarlas.»

«Para la industria militar mundial, no se puede inventar un campo de pruebas mejor», afirmó.

Reznikov recordó que Ucrania derribó en mayo un misil ruso Kinzhal con un sistema Patriot de fabricación estadounidense.

Los expertos habían pensado que era probable que el Patriot fuera capaz de derribar un Kinzhal, informó el FT, pero las tropas ucranianas pudieron demostrarlo. Rusia se había jactado anteriormente de que estos misiles eran imparables.

Desde entonces se han derribado más misiles Kinzhal sobre Ucrania.

Reznikov afirmó que Ucrania también estaba mostrando a los países de la OTAN cómo podía funcionar su armamento cuando se utilizaba conjuntamente.

Al mismo tiempo, afirmó que los intentos de Rusia de frustrar el armamento ucraniano con maniobras como la interferencia de señales suponían una actualización constante de tecnologías como las municiones guiadas por GPS y los aviones no tripulados, lo que de nuevo proporcionaba valiosas oportunidades de aprendizaje.

«Los rusos inventan una contramedida, nosotros informamos a nuestros socios y ellos crean una nueva contramedida contra esa contramedida», explicó Reznikov.

Petro Pyatakov, coronel retirado que ahora es consultor de la industria armamentística, declaró al FT que había un «interés activo de los fabricantes occidentales de artillería en recibir información de los artilleros ucranianos… para eliminar las deficiencias».

Dijo que los combates en Ucrania habían dejado al descubierto algunos problemas. «Durante las operaciones se ha puesto de manifiesto que estos sistemas no estaban pensados para una guerra tan intensa».

Un contratista de defensa alemán también declaró al citado medio que habían aprendido «realmente mucho de los soldados en Ucrania», que en cuanto observan algo «lo sugieren y nuestros ingenieros de software se sientan para poder actualizarlo».

Por su parte, Jack Watling, del think tank londinense Royal United Services Institute, declaró al FT que los combates también habían proporcionado a Occidente nueva información sobre el funcionamiento de las armas rusas.

Pero advirtió de que Occidente «ha expuesto muchas de sus propias capacidades a Rusia y China, y por tanto tendrá que cambiar la forma en que funcionan algunos de sus equipos para conservar la ventaja competitiva».

Sinéad Baker