Suecia enviará 18 unidades de artillería Archer a Ucrania.
Suecia ha anunciado sus planes de enviar otros 18 sistemas avanzados de artillería Archer a Ucrania, junto con cinco sistemas de radar contra-batería ARTHUR, como parte de su apoyo continuado a Kiev en medio del conflicto con Rusia.
Esta decisión, anunciada en el día de hoy, marca una escalada significativa en la ayuda militar de Suecia a Ucrania, destinada a reforzar la capacidad del país para contrarrestar el fuego de artillería ruso.
El paquete, valorado en unos 271 millones de dólares, será adquirido y donado a través de la administración sueca de defensa, y se espera que las entregas comiencen en 2026 en el caso de los Archer y ya en 2025 en el de los radares.
La medida subraya el compromiso de Suecia de mejorar las capacidades defensivas de Ucrania en una guerra que se ha prolongado hasta su tercer año, destacando un esfuerzo internacional más amplio para proporcionar a Kiev armamento sofisticado.
El sistema de artillería Archer, desarrollado por BAE Systems Bofors en Suecia, es un moderno obús autopropulsado diseñado para el despliegue rápido y los ataques de precisión. Montado sobre un chasis todoterreno Volvo A30D 6×6 modificado, lleva un cañón de 155 mm con una longitud de cañón de 52 calibres, capaz de disparar a distancias superiores a 60 kilómetros con munición estándar.
Cuando está equipado con munición especializada como el M982 Excalibur, un proyectil guiado por GPS, su alcance se amplía a casi 37 millas. La automatización del sistema lo diferencia de muchas plataformas de artillería tradicionales. Una tripulación de tres o cuatro personas lo maneja completamente desde una cabina blindada, protegida contra el fuego de armas ligeras y los fragmentos de proyectiles.
El cañón puede disparar hasta ocho proyectiles por minuto, con un cargador de 21 proyectiles, y cuenta con una capacidad única conocida como Impacto Simultáneo de Múltiples Proyectiles. Esto permite a un solo Archer disparar hasta seis proyectiles a la vez contra un objetivo ajustando el ángulo de disparo y la carga, una característica que maximiza su potencial destructivo.
Además de su potencia de fuego, el diseño sobre ruedas del Archer le confiere una velocidad máxima de unos 43 kilómetros por hora en carretera, y puede pasar del modo de desplazamiento al de disparo en menos de 30 segundos, y reubicarse con la misma rapidez después de una salva.
Complementando a los Archers en este paquete de ayuda están los sistemas de radar ARTHUR, también de diseño sueco, especializados en la localización de artillería enemiga. Estos radares móviles, montados en camiones, pueden detectar proyectiles entrantes y calcular su punto de origen en cuestión de segundos, proporcionando coordenadas para contraataques a distancias de hasta 25 millas o más, dependiendo de las condiciones.
La capacidad del sistema para rastrear múltiples objetivos simultáneamente lo convierte en una valiosa herramienta para identificar y neutralizar amenazas como obuses o lanzacohetes rusos. Juntos, los radares Archer y ARTHUR forman un binomio sinérgico que permite a las fuerzas ucranianas detectar posiciones enemigas y responder con fuego preciso de largo alcance.
Un vídeo de finales de 2023 mostraba estos obuses en acción contra objetivos rusos, marcando su debut en combate en el conflicto. La decisión de enviar estos ocho primeros obuses se tomó tras meses de deliberaciones en Estocolmo, en las que el ministro de Defensa sueco, Pål Jonson, destacó su importancia para la movilidad y precisión de Ucrania en el campo de batalla.
Con este nuevo compromiso de 18 más, el número total de Archer de Ucrania ascenderá a 26 una vez completadas las entregas, ampliando significativamente su acceso a esta avanzada tecnología. El Reino Unido también desempeñó un papel en el ecosistema Archer más amplio, adquiriendo 14 sistemas de Suecia en 2023 para reemplazar obuses más antiguos donados a Ucrania, aunque ninguno de ellos ha sido redirigido a Kiev.
Los expertos occidentales han elogiado las capacidades del Archer, destacando a menudo su combinación de velocidad, precisión y capacidad de supervivencia. Michael Kofman, investigador principal de la Fundación Carnegie para la Paz Internacional, lo ha descrito como «un sistema sobresaliente en la guerra de artillería moderna», señalando que su automatización y rápido redespliegue reducen la exposición de la tripulación al fuego de contrabatería, una amenaza persistente en este conflicto.
Señaló que su alcance y precisión dan a las fuerzas ucranianas una ventaja a la hora de apuntar a posiciones rusas desde una distancia segura. Por otro lado, los analistas militares rusos han ofrecido una visión más escéptica.
Viktor Murakhovsky, coronel retirado y editor de la revista Arsenal de la Patria, ha reconocido la sofisticación técnica del Archer, pero ha argumentado que su eficacia depende en gran medida de la formación de la tripulación y del apoyo logístico, áreas en las que, según él, Ucrania tiene dificultades. «Es un arma excelente sobre el papel», dijo en una entrevista reciente, “pero en el caos de esta guerra, sus ventajas pueden erosionarse sin un mantenimiento y una coordinación adecuados”.
Se espera que la incorporación de estos sistemas aumente la eficacia operativa de Ucrania, sobre todo a la hora de contrarrestar la estrategia rusa de artillería pesada. El ejército ucraniano ha confiado en una mezcla de cañones de la era soviética y obuses suministrados por la OTAN, pero el Archer aporta un nivel de automatización y movilidad que pocos igualan.
Las especulaciones sobre dónde podría desplegar Ucrania estos nuevos sistemas siguen siendo eso, especulaciones, pero algunas regiones se perfilan como posibles candidatas. El frente oriental, especialmente en torno a Donetsk y Luhansk, ha sido testigo de intensos intercambios de artillería desde el comienzo de la guerra, en los que las fuerzas rusas han aprovechado su ventaja numérica en cañones para presionar a las defensas ucranianas.
El terreno llano y abierto de la zona podría adaptarse a las capacidades de largo alcance del Archer, permitiéndole atacar en profundidad las zonas controladas por los rusos mientras se mantiene fuera de su alcance. Alternativamente, el frente sur cerca de Zaporizhzhia, donde Ucrania ha intentado recuperar territorio, podría beneficiarse de la movilidad y precisión del sistema, especialmente si se combina con operaciones ofensivas.
Los analistas afirman que Kiev también podría reservar algunas unidades para la frontera norte, cerca de Kharkiv, donde la artillería rusa ha bombardeado periódicamente posiciones ucranianas. Aunque no se han revelado planes oficiales de despliegue, la versatilidad de los sistemas sugiere que podrían distribuirse en múltiples sectores para maximizar su impacto.
La decisión de Suecia de proporcionar esta ayuda refleja una tendencia más amplia de apoyo occidental a Ucrania, aunque viene acompañada de consideraciones internas. El país ya ha donado 2.000 millones de dólares en ayuda militar desde que comenzó la invasión rusa en 2022, y este último paquete se suma a ese total.
La donación de 18 más a Ucrania dejará a Suecia con 24 en servicio activo, un equilibrio que, según los oficiales, mantiene la seguridad nacional al tiempo que ayuda a un aliado.
B.Nikolov



Bravo por Suecia que sabe que es mejor usar las armas a 2.000km de casa que esperar a que llegue la guerra a casa y tener que luchar en tu propio suelo.
Realmente es un concepto militar con miles de ejemplos a lo largo de la historia.
Mientras Suecia es valiente, USA le tiene miedo a Rusia y no se atreve a responder al ataque que sufrio su petrolero con combustible de aviacion, por parte de un buque con capitan ruso y tripulacion rusa.
ya no saben que mandar a esta guerra cuando la derrota ya está enla puerta de casa y eso que le dieron lo mejor en armamentos contra las armas anticuadas y mal entrenados y dirigidos rusos
Decir que les dieron las mejores armas es falso y malintencionado, como todos los comentarios de éste señor