Vuelos secretos de vigilancia siguen de cerca a Rusia y Ucrania a vista de pájaro.

A lo lejos, Ucrania lucha por su supervivencia. Visto desde aquí arriba, en la cabina de un avión de vigilancia de las fuerzas aéreas francesas que sobrevuela la vecina Rumania, los paisajes cubiertos de nieve parecen engañosamente pacíficos.

Los muertos de la guerra rusa, las ciudades ucranianas destruidas y los campos de batalla destrozados no son visibles a simple vista a través de las nubes.

Pero los técnicos militares franceses que viajan más atrás en el avión, controlando las pantallas que muestran la palabra “secreto” cuando están inactivas, tienen una visión mucho más penetrante. Con un potente radar que gira seis veces por minuto en el fuselaje y una panza llena de equipos de vigilancia, el avión puede detectar lanzamientos de misiles, bombardeos aéreos y otras actividades militares en el conflicto.

Cuando se acerca el segundo aniversario de la invasión rusa de Ucrania el 24 de febrero de 2022, The Associated Press obtuvo un acceso excepcional y exclusivo a bordo del gigantesco avión AWACS (Airborne Warning and Control System). Con 26 militares y un periodista de AP a bordo, voló en una misión de reconocimiento de 10 horas desde el centro de Francia hasta el espacio aéreo rumano y viceversa, observando con ojos electrónicos el sur de Ucrania y el Mar Negro hasta la Crimea ocupada por Rusia y más allá.

Volando en círculos con el piloto automático a 34.000 pies (10 kilómetros), el avión con un orgulloso gallo pintado en la cola proporcionaba información en tiempo real a los mandos en tierra.

La presencia continuada del avión sobre el este de Rumanía -viendo y siendo visto por las fuerzas rusas- pone de manifiesto hasta qué punto la OTAN vigila intensamente sus fronteras y a Rusia, preparada para actuar si fuera necesario en caso de que la agresión rusa amenazara con extenderse más allá de Ucrania.

ESCUDOS PARA LA OTAN, TROZOS DE HISTORIA DE LA AVIACIÓN

Los vuelos regulares de vigilancia, junto con las patrullas de cazas, los radares terrestres, las baterías de misiles y otros equipos a disposición de la OTAN, forman lo que el comandante del escuadrón francés AWACS describió como “un escudo” contra cualquier posible desbordamiento.

El “objetivo final es, por supuesto, la ausencia de conflicto y la disuasión”, declaró el comandante, un teniente coronel llamado Richard. Por razones de seguridad, la AP sólo pudo identificarle a él y a otros militares por su rango y nombre de pila.

“Tenemos que demostrar que tenemos el escudo, demostrar a los demás países que la OTAN es una defensa colectiva”, continuó. “Tenemos la capacidad de detectar en todas partes. Y no estamos aquí para un conflicto. Estamos aquí para demostrar que estamos presentes y preparados”.

Los cuatro AWACS franceses forman parte de una serie de aviones de vigilancia, entre ellos aviones no tripulados, que recopilan información para la OTAN y sus países miembros. El teniente coronel Richard dijo que los AWACS franceses de tipo E-3F ven a cientos de kilómetros (millas) con sus distintivas cúpulas de radar de techo blanco y negro, aunque no quiso ser preciso.

Los E-3 son Boeing 707 modificados. El 707 voló por primera vez en 1957, pero dejó de transportar pasajeros comercialmente en 2013, por lo que los E-3 son también ejemplos voladores de la historia de la aviación.

“Podemos detectar aviones, podemos detectar UAV, podemos detectar misiles y podemos detectar barcos. Eso es cierto, sin duda, en Ucrania, especialmente cuando estamos en la frontera”, dijo el teniente coronel Richard.

Mientras el avión merodeaba y escaneaba, la tripulación detectó un AWACS ruso distante sobre el Mar de Azov, a muchos cientos de kilómetros de distancia, en el lado oriental de la península de Crimea. Al parecer, el avión ruso también vio al AWACS francés: Los sensores situados a lo largo del fuselaje captaron señales de radar rusas.

“Sabemos que nos ven, saben que les vemos. Digamos que es una especie de diálogo entre ellos y nosotros”, declaró el copiloto francés, el comandante Romain.

LOS OJOS DE HALCÓN DE LA AWACS.

La OTAN también cuenta con su propia flota de 14 AWACS, también E-3. Pueden detectar objetivos en vuelo rasante dentro del radio de acción de los aviones. Según la Alianza, pueden detectar objetivos que vuelen a baja altura en un radio de 400 kilómetros (250 millas) y objetivos que vuelen a más altura en un radio de 120 kilómetros (75 millas). Un AWACS puede vigilar una zona del tamaño de Polonia; tres pueden cubrir toda Europa central.

Capaces de volar durante 12 horas sin repostar, los AWACS franceses no se limitan a misiones de vigilancia, comunicaciones y control del tráfico aéreo para la OTAN. Esperan ser desplegados como parte de la operación de seguridad masiva para los Juegos Olímpicos de París, proporcionando vigilancia de radar adicional con lo que el teniente coronel Richard llamó su “vista de Dios”.

Los pilotos rusos han dejado claro en ocasiones que no les gusta que les vigilen.

En 2022, un caza ruso lanzó un misil cerca de un avión de vigilancia RC-135 Rivet Joint de las fuerzas aéreas británicas que volaba en espacio aéreo internacional sobre el Mar Negro, según informó el gobierno británico. En marzo de 2023, el gobierno estadounidense hizo público un vídeo en el que un caza ruso arrojaba combustible sobre un avión no tripulado de vigilancia de las Fuerzas Aéreas estadounidenses. El dron se estrelló en el Mar Negro.

Los Rivet Joints son aviones espía especialmente capaces, y las autoridades rusas “odian de verdad” su capacidad para husmear en la guerra de Ucrania, dijo Justin Bronk, investigador del think tank de defensa Royal United Services Institute de Londres.

Además de recopilar “inteligencia en tiempo real que teóricamente podría compartirse con los socios ucranianos”, los aviones también proporcionan una visión “fantástica” sobre “cómo operan realmente las fuerzas rusas en una guerra real”, dijo Bronk en una entrevista telefónica.

“Así que, por supuesto, los rusos están furiosos”, dijo.

EN LOS CIELOS, ENCUENTROS REGULARES

La OTAN también envía aviones de combate para vigilar los vuelos rusos. Dice que los aviones aliados surcaron los cielos más de 500 veces en 2022 para interceptar aviones rusos que se aventuraron cerca del espacio aéreo de la OTAN. El número de tales encuentros se redujo a más de 300 en 2023, según la alianza con sede en Bruselas.

El refuerzo de las defensas aéreas ucranianas con armamento occidental puede explicar en parte el descenso, ya que los derribos parecen hacer que los pilotos rusos se vuelvan más cautelosos. El año pasado, la OTAN observó una menor actividad de los vuelos tripulados rusos sobre la zona occidental del Mar Negro. La OTAN afirma que “la gran mayoría de los encuentros aéreos entre aviones de la OTAN y rusos fueron seguros y profesionales” y que las incursiones rusas en el espacio aéreo de la OTAN fueron raras y generalmente breves.

A bordo del vuelo francés, el copiloto, el comandante Romain, dijo que los aviones rusos no han interceptado un AWACS francés “desde hace mucho tiempo” y que, si lo hicieran, los pilotos franceses intentarían rebajar cualquier tensión.

John Leicester