Las diferencias entre Biden y Netanyahu plantean dudas sobre las armas de EE.UU. a Israel.
El creciente distanciamiento entre el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en torno a las líneas rojas sobre Gaza ha abierto la puerta a un posible enfrentamiento entre ambos líderes y ha suscitado dudas sobre si Washington podría restringir la ayuda militar en caso de que Israel siga adelante con una ofensiva terrestre en el sur del enclave.
Las tensiones entre ambos líderes han dado un nuevo impulso a los debates en el seno de la administración estadounidense sobre cómo podría utilizar su influencia para convencer a Israel de que haga más para facilitar la ayuda humanitaria a Gaza y evitar más víctimas civiles palestinas en su ofensiva militar contra los palestinos en el enclave, según funcionarios estadounidenses.
La mayor fuente de influencia de Biden es el suministro de armas por parte de Estados Unidos. Se ha resistido a utilizarlo, a pesar de la desafiante respuesta de Netanyahu a las súplicas de Washington y de los crecientes llamamientos de algunos de los compañeros demócratas del presidente. Sin embargo, con Biden mostrando cada vez más signos de frustración con Netanyahu, los funcionarios estadounidenses no han descartado un posible cambio de política que podría incluir la imposición de condiciones a la ayuda militar si Israel lleva a cabo su amenaza de invasión de Rafah, en el sur de Gaza.
La candidatura del presidente estadounidense a la reelección en 2024 ha complicado sus esfuerzos por diseñar una estrategia. Sus ayudantes reconocen que necesita evitar dar a los republicanos un tema que aprovechar con los votantes pro israelíes, al tiempo que frena la erosión del apoyo de algunos demócratas progresistas consternados por su fuerte respaldo a Israel. Cualquier decisión de Biden, sionista confeso, de endurecerse con Israel iría en contra de su trayectoria de décadas como ferviente defensor del país.
“Se mire, como se mire, Biden está en un aprieto sobre cómo afrontar esta crisis”, dijo Aaron David Miller, antiguo negociador en Oriente Medio para las administraciones republicana y demócrata.
No hay indicios de que se haya tomado ninguna decisión sobre las restricciones al suministro de armas en caso de invasión de Rafah, que Biden ha advertido que no debe producirse sin un plan israelí para proteger a la población civil. Más de la mitad de la población de Gaza se refugia en la zona de Rafah, la última de las denominadas “zonas seguras” del territorio palestino.
Biden puede haber insinuado lo que piensa en una entrevista en MSNBC el fin de semana cuando, tras insistir en que una invasión de Rafah sería una “línea roja”, dijo no obstante que la defensa de Israel es “crítica” y que de ninguna manera “voy a cortar todas las armas para que no tengan la Cúpula de Hierro [sistema de defensa antimisiles] para protegerlos”.
El presidente no se refirió explícitamente a las armas ofensivas, lo que hizo que los medios de comunicación especularan con la posibilidad de incluirlas si imponía condiciones a Israel, que depende en gran medida de equipos de fabricación estadounidense. Cualquier restricción a las armas ofensivas podría poner a Israel en mayor riesgo si estalla una guerra total con Hezbolá en Líbano, en su frontera norte, o si Irán, que respalda tanto a Hamás como a Hezbolá, entra en la contienda.
Preguntado por los posibles límites a las armas, el asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, dijo a los periodistas el martes que no entraría en “hipótesis” y que las noticias sobre el pensamiento de Biden al respecto eran “especulaciones desinformadas”.
Desestimando las estridentes críticas de Biden en la MSNBC, en las que habló de líneas rojas y dijo que Netanyahu estaba “perjudicando a Israel más que ayudando”, el primer ministro israelí ha prometido seguir adelante con la campaña militar en Rafah, la última parte de la Franja de Gaza donde las fuerzas israelíes no han llevado a cabo una ofensiva terrestre. “¿Saben cuál es la línea roja? Que el 7 de octubre no vuelva a ocurrir”, declaró Netanyahu el domingo.
Israel ha dejado claro a Estados Unidos que está dispuesto a soportar la condena internacional a la que esperaba enfrentarse por su respuesta militar al ataque de Hamás del 7 de octubre, según una persona de Washington familiarizada con el asunto. El Estado ocupante, que acusa a Hamás de utilizar escudos humanos, ha insistido en que toma precauciones para minimizar las víctimas civiles. Más de 31.000 palestinos, en su mayoría niños y mujeres, han muerto a manos de Israel desde el ataque de octubre, en el que murieron 1.200 israelíes, muchos de ellos no a manos de Hamás, sino de las Fuerzas de Defensa de Israel, según los medios israelíes.
Aunque funcionarios estadounidenses han afirmado que no hay indicios de un asalto inminente a Rafah, Biden y sus ayudantes han lanzado repetidas advertencias sobre la necesidad de que Israel actúe con moderación en la zona. Los países de la Unión Europea han afirmado que un ataque de este tipo sería “catastrófico”.
El mensaje público de Estados Unidos se ha agudizado desde que los soldados israelíes dispararon y mataron a más de 100 palestinos a principios de mes cuando se apresuraban a recoger alimentos de un convoy de ayuda en el norte de Gaza.
Irritado por la lentitud de la ayuda que Israel permitía entrar por tierra, el gobierno de Biden inició la semana pasada el lanzamiento desde el aire de suministros humanitarios y anunció planes para construir un puerto flotante que permita el transporte de ayuda desde barcos hasta la costa de Gaza. Washington ha visto que Israel coopera lentamente en la ayuda humanitaria, pero un funcionario estadounidense dijo que el progreso había sido incremental.
Ha habido conversaciones a puerta cerrada en el Departamento de Estado estadounidense sobre si Washington debería limitar la ayuda militar a Israel, dijo un segundo funcionario estadounidense, pero la idea no ha recibido el apoyo de los altos cargos. Las denominadas Leyes Leahy son leyes estadounidenses de derechos humanos que, como enmiendas de la Ley de Asistencia Exterior, prohíben al Departamento de Estado y al Departamento de Defensa de Estados Unidos proporcionar ayuda y asistencia militar a fuerzas de seguridad extranjeras que violen impunemente los derechos humanos. Dado que el Tribunal Internacional de Justicia ha dictaminado que es “plausible” que Israel esté cometiendo un “genocidio” en Gaza, la ayuda militar a las Fuerzas de Defensa de Israel infringe las propias leyes estadounidenses.
La mayoría de los analistas afirman que, dadas las consideraciones de Biden sobre el año electoral, se espera que actúe con mucho cuidado a la hora de decidir si presiona a Netanyahu mediante el uso de armas o retirando la protección diplomática de EE. UU. a Israel en el Consejo de Seguridad de la ONU. El candidato presidencial republicano, el expresidente Donald Trump, se abalanzaría sobre tales movimientos como amenazas a la seguridad de Israel.
La opción más segura para Biden sería mantener su estrategia de distanciarse gradualmente de Netanyahu, cuyos propios índices de aprobación han caído en picado entre los israelíes, mientras continúa su acercamiento al pueblo israelí, donde el presidente estadounidense es popular.
La reciente bienvenida a Washington del miembro del gabinete de guerra israelí Benny Gantz, un político supuestamente centrista que los funcionarios estadounidenses esperan que algún día sustituya a Netanyahu, se consideró un desaire para el primer ministro derechista, que todavía no ha sido invitado a la Casa Blanca de Biden. Gantz, ex jefe del Estado Mayor del Ejército, amenazó con invadir Rafah “antes del Ramadán” si no se liberaba a los rehenes israelíes retenidos en Gaza.
“Biden está llevando a cabo una amputación política, cortando a Netanyahu para salvar al paciente, el Estado de Israel”, declaró Laura Blumenfeld, analista de Oriente Próximo en la Escuela Johns Hopkins de Estudios Internacionales Avanzados de Washington.
Reuters
USA siempre estará del lado de Israel, nunca admitirá los crímenes contra inocentes en Gaza, ya no hablemos del genocidio…USA es la definición más clara de hipocresía. Cara a la galeria queda bien pegar «un tironcito a las orejas hebreas», la realidad es muy distinta
¿Y de quién se supone que tiene que estar al lado EE.UU., de Hizbolá, de Hamás?. Para hipocresía también está China, se lo puedes preguntar a los tibetanos. Mientras los huties no les toquen sus barcos cargados de coches eléctricos y baratijas, no mueven un dedo. Mucho entendimiento entre los pueblos, pero no cortan en atacar barcos filipinos y hostigar a todo el que puedan.
¿Pero qué dudas va a haber? Netanyahu dirá que necesita las armas para su defensa y se las daran sin mas. Biden tratará de distanciar su imagen con la de Netanyahu para minimizar el coste politico y eso será todo.
Es puro teatro, Biden finge presionar a Israel, finge enviar un poco de ayuda al pueblo palestino pero tras la cortina proporciona las bombas que matan miles de inocentes palestinos. La típica hipocresía occidental.