El jefe de la industria armamentística ucraniana pide que su país sea el «arsenal del mundo libre».

Oleksandr Kamyshin, el hombre encargado de reactivar la industria armamentística nacional de Ucrania, tiene un sueño para el futuro de su país. Incluso cuando la guerra con Rusia haya terminado, cree que Ucrania debería centrarse en la producción de armas, convirtiéndose en el “arsenal del mundo libre” y suministrando armas para la exportación.

“Durante las próximas décadas, la defensa debería ser la principal industria de Ucrania. Después de la guerra, debería ser nuestro principal producto de exportación”, afirmó Kamyshin, en una entrevista reciente en su oficina de un edificio sin nombre del centro de Kiev.

Kamyshin comenzó la guerra como director de la red ferroviaria estatal de Ucrania, y se ganó el aplauso por la forma en que su equipo gestionó los esfuerzos para transportar a millones de refugiados a las fronteras occidentales en los primeros días de la guerra.

En marzo, el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskiy, le nombró ministro de Industrias Estratégicas. Según Kamyshin, el título es una denominación errónea: por ahora, sólo debería haber una industria estratégica en el país.

Su trabajo consiste en servir de enlace con el ejército y el Ministerio de Defensa, así como con las 70 empresas estatales de defensa de Ucrania, para intentar garantizar que el ejército obtiene lo que necesita. Los generales se han quejado de que, incluso con las entregas de armas occidentales, se enfrentan a una escasez crónica de las armas y municiones que necesitarían para hacer retroceder a los rusos.

Antes de la invasión a gran escala del pasado febrero, la industria armamentística ucraniana era un sector turbio de escándalos y tratos dudosos, y a pesar de los años de conflicto de baja intensidad en Donbás, las reservas de armas eran bastante limitadas cuando llegó la invasión a gran escala el año pasado.

“Teníamos algunas jabalinas, pero la mayoría eran soviéticas”, dijo Kamyshin. Una fuente de Defensa afirmó que en Ucrania no se fabricó ningún tipo de munición en 2021, el año anterior a la invasión.

Ahora, Kamyshin quiere reactivar el sector estatal, así como coordinar la miríada de pequeñas empresas privadas que han surgido para fabricar armas para el ejército ucraniano, desde grandes compañías hasta unas pocas personas que juguetean en un cobertizo. Según Kamyshin, ya hay más de 200 empresas ucranianas que fabrican drones, y muchas más con ideas prometedoras.

“El volumen de capacidades de este año es tres veces mayor que el del año pasado”, dijo. “En 2021, el 80% del sector era estatal, ahora es aproximadamente el 50/50. En cinco años debería ser 80/20 a favor del privado”.

A más largo plazo, las autoridades ucranianas quieren atraer a empresas occidentales para que fabriquen en el país. Kamyshin espera que una cumbre sobre producción armamentística en Washington ayude en este empeño. La cumbre, organizada por el Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, se celebrará los días 6 y 7 de diciembre y reunirá a altos funcionarios y empresas ucranianas con gobiernos occidentales y los principales fabricantes de armas del mundo.

“Normalmente, para hacer algo con las grandes empresas armamentísticas hay que invertir más de 10.000 millones de dólares, y luego puede que localicen parte de la producción”, dijo Kamyshin, señalando una reciente inversión de Polonia para comprar cerca de 500 sistemas de lanzamiento de misiles Himars a Lockheed Martin, que supondrá la apertura de una base de fabricación del gigante armamentístico en Polonia. “Pero podemos demostrar lo creativos que podemos ser. Cogemos misiles soviéticos y los ponemos en lanzadores occidentales. Estos tipos han visto que podemos ser creativos”, afirmó.

También existe el incentivo añadido de que las armas pueden probarse inmediatamente. “Nuestros socios obtendrían armas de mejor calidad, después de haberlas probado en condiciones reales de batalla, no sólo en condiciones experimentales”, dijo Mykhailo Podolyak, ayudante de Zelenskiy.

Mientras dure la guerra, toda la producción que se lleve a cabo en Ucrania se destinará a las necesidades del ejército ucraniano, pero Kamyshin tiene la idea de que, una vez acabada la guerra, Ucrania puede utilizar su tecnología recién adquirida para producir en masa y exportar armas, privando a Rusia de muchos de sus mercados de exportación tradicionales.

“Podemos decirles: ‘Sabemos cómo pasar de los estándares soviéticos a los de la OTAN. Venid con nosotros y compartiremos con vosotros los conocimientos que hemos aprendido, cambiaréis a los estándares de la OTAN'», afirmó Kamyshin.

De hecho, afirmó que las exportaciones de armas podrían convertirse en la tarjeta de visita del país en las próximas décadas. “Nos presentábamos como el granero de Europa, ahora queremos volver a presentarnos como el arsenal del mundo libre”, afirmó.

Está claro que Ucrania necesita armas desesperadamente, pero un futuro de producción armamentística, enviando armas a conflictos en todo el mundo, puede sonar a muchos como un sueño bastante deprimente para el futuro de un país. Kamyshin no está de acuerdo. “Eso es lo que me dice también mi mujer. Yo le digo que éstas son las armas que nos protegen”, afirma.

Shaun Walker