Corea del Norte construye dos nuevas fragatas mientras amplía sus capacidades navales con ayuda rusa.
Corea del Norte está llevando a cabo una modernización sin precedentes de su flota naval con la construcción simultánea de dos fragatas distintas en el astillero de Nampo. Estos nuevos buques de superficie marcan un cambio estratégico en la doctrina marítima de Pyongyang, encaminada a reforzar su proyección de poder y sus capacidades de defensa en respuesta a las amenazas regionales.
Durante una visita de inspección el 8 de marzo de 2025, Kim Jong-Un revisó el progreso de estos proyectos y reafirmó la importancia del poder naval en la defensa nacional, enfatizando la necesidad de una flota capaz de operar en condiciones de guerra naval modernas.
Las imágenes difundidas por los medios estatales muestran dos buques en construcción, cada uno en una sección diferente del astillero. El primero, que parece estar en una fase avanzada, presenta una gran superestructura con un diseño aparentemente pensado para reducir la señal de radar.
Se espera que integre sistemas modernos, incluido un radar de panel fijo, una configuración nunca antes vista en la Armada norcoreana, y un sistema de lanzamiento vertical (VLS) capaz de desplegar tanto misiles de crucero como misiles tierra-aire guiados avanzados. Con un desplazamiento estimado de más de 3.000 toneladas, esta fragata sería el mayor buque de combate de superficie jamás construido por Corea del Norte.
Su diseño sugiere un esfuerzo por alinearse con los estándares tecnológicos de las armadas más desarrolladas, al tiempo que mejora las capacidades del país en alta mar.
La segunda fragata, que todavía se encuentra en construcción en otra nave del mismo astillero, parece ser parte de un programa aparte. La instalación de una nueva estructura revestida en esta sección, identificada por los analistas el año anterior, indica que la construcción de este buque se ha acelerado recientemente. Su diseño y configuración son menos avanzados que los del primer buque, lo que sugiere que puede ser una variante más convencional, probablemente diseñada para misiones de patrulla y defensa costera.
Sin embargo, también incorpora elementos modernizados, lo que refleja un esfuerzo más amplio por mejorar la flota de superficie norcoreana.
Este ambicioso programa naval forma parte de una iniciativa de modernización más amplia, que también incluye la construcción de un submarino estratégico de propulsión nuclear de 7.000 toneladas. Actualmente en construcción en Sinpo South, se espera que este submarino lleve hasta diez misiles balísticos, lo que proporcionará a Pyongyang una capacidad de ataque submarino más difícil de detectar.
La puesta en servicio de este submarino fortalecería significativamente la estrategia de disuasión nuclear del país y marcaría un punto de inflexión en sus capacidades submarinas.
La aceleración simultánea de estos proyectos navales se atribuye en parte a la creciente cooperación con Rusia. Históricamente, Corea del Norte ha recibido transferencias tecnológicas de China y la ex Unión Soviética para desarrollar sus capacidades navales. Hoy, la presunta participación rusa en estos proyectos podría explicar la rápida integración de tecnologías avanzadas, en particular el VLS y los modernos sistemas de radar. Este desarrollo sugiere una intensificación de los vínculos entre Moscú y Pyongyang, reforzando la armada de Corea del Norte en medio de crecientes tensiones geopolíticas.
En la actualidad, la Armada Popular de Corea se apoya principalmente en una flota envejecida, dominada por fragatas de las clases Najin y Nampo. Las fragatas de la clase Najin, introducidas en la década de 1970, han sido objeto de modernizaciones parciales, incluida la integración de misiles antibuque Kh-35 en ciertas unidades.
Sin embargo, con un desplazamiento de alrededor de 1.500 toneladas, estos buques presentan claras limitaciones tecnológicas frente a las amenazas modernas. Las fragatas de la clase Nampo, más recientes pero producidas en cantidades limitadas, permanecen en gran parte sin documentar debido al secretismo que rodea a los programas navales de Corea del Norte. En comparación, las nuevas fragatas en construcción representan un salto tecnológico significativo, mejorando la capacidad del país para llevar a cabo operaciones navales más efectivas.
Junto a estos avances, Corea del Norte ha incorporado a su flota una fragata modernizada, la Patrol Ship No. 661, de la clase Amnok. Esta embarcación, una de las más avanzadas de la Armada norcoreana, presenta un diseño inspirado en modelos extranjeros y un sistema de armas diversificado. Está equipada con ocho misiles antibuque, seis misiles tierra-aire de corto alcance, un cañón naval de 76 mm, dos sistemas antiaéreos de tiro rápido y lanzacohetes antisubmarinos, lo que proporciona a Corea del Norte una capacidad operativa marítima y costera mejorada.

La puesta en servicio de esta fragata coincidió con la participación de Corea del Norte en los ejercicios navales rusos «Ocean-2024», un evento que marcó la primera participación de este tipo del país y puso de relieve la creciente colaboración militar entre Moscú y Pyongyang.
El desarrollo simultáneo de estas fragatas y del submarino nuclear estratégico se produce en un momento de crecientes tensiones regionales, en particular debido a que Estados Unidos y Corea del Sur están intensificando sus ejercicios militares conjuntos. Antes de los ejercicios Freedom Shield, Corea del Norte parece estar dando señales de su capacidad para modernizar su armada a pesar de las sanciones internacionales y las presiones diplomáticas.
Esta modernización acelerada de la armada marca una ruptura con la doctrina militar tradicional de Pyongyang, que históricamente se ha centrado en la disuasión terrestre y submarina. La puesta en servicio de estos nuevos buques de guerra representa una importante transformación para la Armada Popular de Corea, que durante mucho tiempo se ha limitado a operaciones asimétricas y costeras, pero que ahora parece estar cambiando hacia una mejora más amplia de sus capacidades en alta mar.
Con estas fragatas y su programa de submarinos, Corea del Norte está dejando atrás una postura puramente defensiva para establecer una flota naval más diversificada y sofisticada. Esta evolución, combinada con el apoyo técnico y estratégico de Rusia, podría alterar el equilibrio naval regional y obligar a Estados Unidos y Corea del Sur a reevaluar sus estrategias de defensa y presencia marítimas.
Rudis04