Japón inicia pruebas de mar con una nueva arma láser de 100 kW desde un barco.
Japón ha dado un paso importante hacia el despliegue de armas de energía dirigida, avanzando con las pruebas marítimas de su nuevo sistema láser de alta energía de 100 kilovatios, instalado a bordo del buque de pruebas Asuka de la Fuerza de Autodefensa Marítima de Japón (JMSDF).
El láser, desarrollado por la Agencia de Adquisiciones, Tecnología y Logística (ATLA), se está preparando para su evaluación marítima en el astillero de Japan Marine United (JMU).
La instalación marca un hito en el esfuerzo de una década de Japón por desarrollar sistemas de defensa láser de desarrollo propio capaces de contrarrestar amenazas aéreas rápidas y de bajo coste.
Funcionarios del ATLA confirmaron en una reciente sesión informativa técnica que el arma destruyó con éxito proyectiles de mortero y vehículos aéreos no tripulados (UAV) durante pruebas terrestres realizadas a principios de este año. Estos resultados de rendimiento allanaron el camino para su integración en una plataforma naval.
La nueva arma láser, alojada en dos módulos de 40 pies del tamaño de un contenedor, presenta una arquitectura de fibra láser de fabricación nacional. Según ATLA, diez láseres de fibra de 10 kW se fusionan en un solo haz de más de 100 kW, un nivel de potencia considerado crítico para quemar rápidamente objetivos duros como carcasas metálicas o fuselajes de drones.
El diseño compacto del sistema incluye óptica de control de haz, un sistema de refrigeración y una unidad de potencia dedicada. Las fotos del astillero JMU muestran el distintivo director de haz en forma de cúpula, montado en la cubierta de popa del Asuka, conectado a espejos de gobierno rápido, cámaras termográficas y sensores de seguimiento de precisión. Este conjunto está diseñado para mantener un seguimiento estable de objetivos aéreos en rápido movimiento, incluso en el constante movimiento del buque en el mar.
Los ingenieros de ATLA afirman que la transición de los prototipos de láser químico a la tecnología de láser de fibra permitió a Japón lograr una operación más segura, un mantenimiento más sencillo y una mayor escalabilidad. Japón presentó por primera vez su láser de 100 kW en febrero de 2023, presentándolo como la culminación de múltiples generaciones de prototipos, incluyendo demostradores anteriores de 50 kW.
Una de las principales ventajas operativas del láser es su «profundidad ilimitada del cargador», limitada únicamente por la disponibilidad de energía eléctrica. Al no consumir munición convencional ni interceptores, ATLA destaca que el coste por impacto es considerablemente menor que con los sistemas antidrones o antimortero convencionales.
“Con suficiente potencia, el sistema puede seguir atacando objetivos sin quedarse sin munición”, declaró ATLA. Los funcionarios compararon cada disparo con el coste del consumo de electricidad, lo que hace que el arma sea especialmente atractiva para contrarrestar ataques masivos de drones o lanzamientos repetidos de proyectiles de bajo coste.
Esta rentabilidad se ha convertido en una prioridad global a medida que los ejércitos se enfrentan a un volumen creciente de sistemas no tripulados de bajo costo en el campo de batalla. La iniciativa de Japón se suma a los programas paralelos de armas de energía dirigida en marcha en Estados Unidos, Israel, Corea del Sur y Europa.
Las próximas rondas de pruebas en el mar a bordo del Asuka examinarán el rendimiento del láser contra objetivos voladores en condiciones marítimas reales: factores como la humedad atmosférica, el rocío del mar, el balanceo del barco y la distorsión térmica pueden afectar significativamente la propagación y la precisión del láser.
Los ingenieros probarán la capacidad del sistema para detectar, localizar y destruir drones y amenazas similares a diferentes distancias y altitudes mientras el buque esté en navegación. Estas pruebas ayudarán a validar la eficacia del arma como parte de un conjunto de defensa naval estratificado.
Japón planea ampliar las pruebas en 2026 para incluir la interceptación de proyectiles de alta velocidad, impulsando aún más el sistema hacia funciones de contracohetes, artillería y morteros (C-RAM).
Según la hoja de ruta de ATLA, el programa de pruebas actual sienta las bases para las ambiciones a largo plazo de integrar armas láser en la futura arquitectura de defensa antimisiles de Japón. Sin embargo, las autoridades advierten que las aplicaciones de defensa antimisiles aún están a varios años de distancia, lo que requiere niveles de potencia considerablemente mayores, un control de haz avanzado y una integración sofisticada con los sistemas de combate naval.
Por ahora, la atención se centra en perfeccionar la misión a corto plazo del láser: neutralizar drones, enjambres de vehículos aéreos no tripulados y proyectiles de mortero, amenazas que están configurando cada vez más los conflictos modernos.
Mientras Asuka se prepara para abandonar el muelle para sus primeras evaluaciones en vivo, el programa de energía dirigida de Japón está entrando en su etapa más crítica hasta el momento, lo que indica la intención del país de unirse al pequeño pero creciente club de naciones que utilizan armas láser de alta energía operativas en el mar.
Parth Satam


