La Fuerza Aérea francesa reacia a desplegar el A400M de forma permanente en el Índico.

En octubre, en su dossier de prensa relativo al proyecto de Ley de Finanzas para 2024, el Ministerio de las Fuerzas Armadas francesas indicaba que cinco aviones de transporte A400M “Atlas” reforzarían los “medios” militares en los territorios de ultramar durante el periodo 2024-30. Esto se ajustaba a la última Ley de Programación Militar [LPM], promulgada unas semanas antes.

“Nuestras fuerzas de soberanía se beneficiarán de un esfuerzo generalizado en términos de capacidades [protección, intervención y apoyo, infraestructuras] y constituirán un primer escalón reforzado inmediatamente disponible [presencia, protección y acción humanitaria] para desalentar cualquier intento de desestabilización o depredación […]. […] Las capacidades reforzadas de intervención terrestre serán más reactivas y se beneficiarán, de aquí a 2030, de la posibilidad de efectuar transportes aéreos entre teatros con la cobertura permanente de los A400M en el océano Índico”, reza el texto.

Sin embargo, el jefe del Estado Mayor del Aire y del Espacio [CEMAAE], el general Stéphane Mille, parece reacio a la idea de desplegar permanentemente A400M en los territorios de ultramar, cuando los aviones actualmente en servicio allí -los CASA CN-235- llegarán pronto al final de su potencial. De ahí la importancia del programa europeo FMTC [Futur Cargo Médian], destinado a sustituirlos.

“Con respecto al FMTC Futuro Cargo Mediano, […] la cuestión que se nos plantea es el fin del avión Casa, que es actualmente el avión de referencia en nuestros territorios de ultramar. Los C-130 utilizados para operaciones especiales también llegarán al final de su vida útil”, empezaba subrayando el general Mille en una audiencia en el Senado el pasado mes de noviembre [las actas se publicaron más de dos meses después].

“Para sustituir esta categoría de aviones, una posibilidad es aumentar la presencia del A400M en los territorios de ultramar, pero este avión no me parece el alfa y el omega para estos territorios”, prosiguió el jefe del Estado Mayor del Aire.

Para él, desde un punto de vista exclusivamente operativo, sólo el FMTC es adecuado, ya que permitiría recuperar “las capacidades de aterrizaje en terreno accidentado que se han perdido” con la retirada de los C-160 Transall. Esto “nos daría acceso a un gran número de emplazamientos, especialmente en los territorios franceses de ultramar”, insistió el General Mille.

El A400M no le parece el avión más adecuado para las operaciones en el extranjero.

“Limitándonos a utilizar aviones A400M, perderíamos parte de nuestra capacidad de aterrizaje, no sólo por la distancia limitada de las pistas, sino también porque la resistencia del suelo sería insuficiente para absorber el aterrizaje de aviones tan pesados como el A400M”, explicó el jefe del Estado Mayor del Aire, antes de asegurar que esta cuestión se estudiaría “con mucha atención”.

Además, a menos que se disponga de más medios, la idea de preposicionar aviones de combate Rafale en los territorios franceses de ultramar, en particular en la región Indo-Pacífica, no cuenta claramente con el favor del general Mille…

“Quisiera señalar […] que mantener un avión al otro lado del planeta es un reto logístico y económico importante: nos damos cuenta de ello todos los días y si mañana se posiciona un Rafale en el Pacífico o en la Isla Reunión, no estoy seguro de que sea fácil organizar el mantenimiento. Esa es mi opinión, y lo mismo ocurre en los Emiratos Árabes Unidos, salvo que es más fácil traer aviones de vuelta de los Emiratos”, declaró el jefe del Estado Mayor del Aire a los senadores.

Además, prosiguió, “el estacionamiento de aviones de combate requiere importantes obras de infraestructura porque, por ejemplo, hay que protegerlos de los peligros climáticos que sufren determinados territorios”. Por lo tanto, cree que la misión de tipo PEGASE [Proyección de un dispositivo aéreo EnverGure en el Sudeste Asiático], que ahora se realiza cada año, es suficiente.

“Al final, toda la cuestión es si es necesario estar presente todo el tiempo o demostrar la capacidad de estar presente cuando se quiera: no tengo una respuesta definitiva sobre este tema, pero puedo garantizarles que, en 48 horas, podemos estar en Nouméa (Nueva Caledonia)”, concluyó el general Mille.

Laurent Lagneau