Suiza planea comprar por el momento 30 aviones de combate F-35 en lugar de 36.
Este verano, la actualidad militar suiza estuvo marcada por la acalorada polémica en torno a la compra de treinta y seis cazabombarderos F-35A Block 4 a Lockheed Martin, y el Ministerio de Defensa, Protección Civil y Deportes [DDPS] admitió finalmente que estos aviones costarían mucho más de los seis mil millones de francos suizos [CHF] previstos, debido a un malentendido sobre la noción de “precio fijo” con las autoridades estadounidenses.
Cabe recordar que, para Washington, un “precio fijo” significa que Suiza deberá pagar la misma cantidad que el Pentágono pagó a Lockheed Martin por sus F-35A. Sin embargo, el DDPS entendió que solo tendría que pagar el monto total indicado en la cotización presentada durante el proceso de licitación.
En cualquier caso, esta polémica ha crecido después de que la administración estadounidense decidiera elevar los aranceles a las exportaciones suizas a Estados Unidos al 39%.
Tres bandos aún se oponen hoy. En primer lugar, quienes abogan por la cancelación del pedido del F-35A, incluso si, para algunos, como el historiador militar Mauro Mantovani, esto significa delegar la protección del espacio aéreo de la Confederación a Francia, ya que «tendría pleno interés en garantizar que Suiza no sirva de puerta de entrada a un posible agresor».
Otros, por el contrario, creen que se deberían encargar más F-35A para apaciguar a la administración estadounidense y, al mismo tiempo, fortalecer la fuerza aérea suiza. «En el futuro, cincuenta cazas serán la cantidad adecuada para Suiza», declaró el exastronauta suizo Claude Nicollier, opinión compartida por Stefan Holenstein, oficial de la milicia y presidente de la Asociación de Sociedades Militares Suizas (ASMS).
Finalmente, considerando que es demasiado tarde para lanzar una nueva licitación, dado que los F/A-18 Hornet suizos pronto llegarán al final de su vida útil, algunos creen que debería mantenerse la decisión tomada en 2021, reduciendo el número de aviones pedidos para respetar el presupuesto autorizado para el programa Air 2030. El actual director del DDPS, Martin Pfister, se encuentra entre ellos.
Así, en agosto se creó un comité para verificar si “los requisitos actuales de defensa aérea todavía corresponden a la base sobre la que se basó la evaluación del F-35A” y para reevaluar “el equipo de defensa aérea objetivo, teniendo en cuenta la situación financiera y la política de seguridad”.
Por último, y aunque se ha llegado a un acuerdo con Washington sobre los aranceles aduaneros [que se reducirán del 39 al 15%], Pfister estudia adquirir treinta F-35A en lugar de treinta y seis, lo que le permitiría respetar el límite presupuestario impuesto.
Pero esta cifra no es definitiva, ya que, según el periódico suizo Blick, se planea realizar un nuevo pedido de diez aviones más en el futuro. Por lo tanto, si se dispone de la financiación necesaria, la Fuerza Aérea Suiza podría llegar a contar con cuarenta F-35A.
Menos cazas inicialmente, para obtener más a largo plazo: la maniobra del Pfister podría resultar acertada. Por un lado, evita la previsible oposición de la izquierda si gasta más de seis mil millones. Por otro lado, la posibilidad de una compra adicional posterior apacigua a los expertos civiles y militares que piden una fuerza aérea más poderosa, resume el Blick.
Ahora le toca a Pfister convencer al Consejo Federal [el gobierno] de que adopte esta estrategia. ¿Hay otra opción? En una entrevista con el sitio web de noticias Watson.ch, el director de Armasuisse, Urs Loher, sugirió que no hay otras opciones.
En cuanto al número de aviones [F-35A], en principio existen tres opciones: o Suiza compra menos, o se concede un crédito adicional, o se renuncia a los principios de compensación.
Laurent Lagneau


