Irán se jacta de que puede construir sus propios aviones de combate.
Irán se jacta una vez más de su capacidad para desarrollar y construir aviones de combate a nivel nacional en medio de crecientes señales de que Rusia está incumpliendo una venta de aviones de combate Su-35 Flanker que Teherán contaba con usar como una solución provisional para la flota de combate envejecida de su fuerza aérea.
“En algún momento, hicimos un trato para la compra (de los Su-35), pero llegamos a la conclusión de que tenemos la capacidad de producir (aviones de combate) en el país”, dijo el ministro de Defensa iraní, Mohammad-Reza Gharaei Ashtiani, el 25 de julio.
Sus comentarios aparentemente refuerzan el reportaje reciente de que Rusia no está cumpliendo con la entrega de los 50 Su-35 que Irán pagó antes de que comenzara la guerra actual en Ucrania en febrero de 2022. También pueden interpretarse como que Ashtiani exagera las capacidades de Irán para diseñar y construir aviones de combate autóctonos para desviar la atención de la indudable vergüenza de Teherán por el hecho de que Moscú no cumplió con su parte del acuerdo de los Flanker.
Irán necesitaba el Su-35, el avión más cercano que tiene Moscú a un caza avanzado de generación 4.5, para mejorar su antigua fuerza aérea. Irán no ha comprado ningún caza de cuarta generación desde que adquirió los MiG-29 Fulcrums soviéticos a principios de la década de 1990. Los únicos otros aviones de cuarta generación de Teherán son su flota de American F-14A Tomcats recibidos en la década de 1970 antes de la revolución. Irán es en la actualidad el único operador restante del venerable Tomcat.
El 23 de julio, Irán inició un simulacro de la fuerza aérea llamado Fadaeian Velyat-11 (Devotos del Líder Supremo-11), que coincidió con una concentración militar de EE. UU. en la región del Golfo Pérsico en respuesta al ataque y acoso de Irán a la navegación mercante. Once bases aéreas participan en el simulacro con 90 cazas y drones.
Al igual que con ejercicios similares de este tipo, el simulacro exhibirá una vez más la antigua flota de cazas de Irán, que ha sufrido un aumento notable de accidentes fatales en los últimos años. Por ejemplo, la noche en que comenzó el ejercicio, los medios estatales iraníes publicaron imágenes que mostraban bombarderos Su-24 Fencer de fabricación soviética y cazabombarderos estadounidenses F-4 Phantom II de la era de la Guerra de Vietnam destruyendo objetivos terrestres.
Si bien el Su-35 carece de las características críticas que se encuentran en otros cazas de generación 4.5, en particular un radar activo de matriz escaneada electrónicamente (AESA), la sugerencia de Ashtiani de que Irán podría construir aviones comparables de forma independiente es muy cuestionable.
Dejando a un lado la ridícula maqueta del caza furtivo Qaher-313 que Teherán presentó hace una década, Irán no ha sobresalido en la producción de nada más avanzado que los derivados del avión de combate ligero estadounidense Northrop F-5, un diseño que se remonta a finales de la década de 1950.
Iran Aircraft Manufacturing Industrial Company (HESA) ha estado construyendo variantes del F-5 desde finales de la década de 1990, comenzando con el Azarakhsh y seguido por el Saeqeh una década después.
En 2015, Irán introdujo una variante de dos asientos del último avión. Ese mismo año, un alto comandante de la fuerza aérea afirmó que Irán «fabricaría un avión en la plataforma Saeqeh que estaría equipado con aviónica de cuarta generación (e incluso superior)».
En marzo, Irán comenzó la producción de su avión de entrenamiento autóctono HESA Yasin, que también es capaz de realizar misiones de apoyo aéreo cercano. Teherán presentó el HESA Kowsar en 2018, que se ve idéntico al F-5F, alegando que sus actualizaciones autóctonas lo califican como un caza de cuarta generación.
Los medios iraníes han descrito el avión usando términos como «avión interceptor totalmente indígena de cuarta generación».
Si bien estos aviones sin duda tienen mejoras y actualizaciones significativas con respecto a los F-5 que Irán importó hace medio siglo, no son sustitutos de sus F-14 y MiG-29 ni de los aviones más nuevos de 4.5 generaciones, incluido el Su-35 a pesar de sus limitaciones. Y ciertamente tienen pocas o ninguna posibilidad de defenderse de los luchadores de quinta generación.
Ashtiani no estaba técnicamente equivocado cuando afirmó que Irán puede producir cazas. Lo que no mencionó fue que, hasta la fecha, Teherán ha demostrado ser incapaz de construir un caza de cuarta generación o 4,5 totalmente autóctono, que su fuerza aérea necesita con urgencia para evitar caer en la obsolescencia total en un futuro no muy lejano.
Paul Iddon
Bueno, la tecnología Iraní…bueno, Israel contento con esta noticia en vez de preocupada, y todos aprendiendo a derribar drones…
El MIG 29 es una buena base para desarrollar un nuevo avión de combate, con el permiso de Rusia claro. Seguro que más de uno lo ha pensado ya en Irán.
Ningún oponente de Irán se animaría a invadir una nación que ha convertido a su país en un bastión de guerra asimétrica. Produce localmente misiles y drones, artillería, municiones y minas – y un largo etcétera en casi todos los rubros de armamentos – con tecnología propia, la mayoría proveniente de copias de origen foráneo. Quizá podría asegurar una invasión por tierra. Pero tiene graves falencias en otros sectores, que dependen de desarrollos tecnológicos de punta. En el rubro aeroespacial puede copiar la célula del el F-5, sus sistemas y motores (J-85), lo cual no es poco, pero no suficiente. Irán necesita avanzar en su desarrollo tecnológico para asegurar su supervivencia, en especial contra Irael, con quien la diferencia tecnológicaces abrumadora.
(2): El país persa ha hecho milagros al mantener operativos sistemas de armas complejos como los F-14 Tomcat y los F-4 Phantom II. Si bien es sabido que muchos estadounidenses se han enriquecido a costa de un contrabandeo importante de componentes de ambos aviones provenientes de desguace y AMARC, y que Irán ha creado una red de empresas que se han encargado de adquirir repuestos en todo el mundo, también han desarrollado la tecnología local capaz de crear repuestos y componentes para mantener en servicio aviones muy antiguos, incluyendo no sólo las células, sino también los motores J-79 y TF-30, así como sus misiles, incluyendo el AIM-54 Phoenix y los sistemas de radar y control de fuego de ambos aviones.
(3): Esto es un éxito, indudablemente, pero se trata de tecnología muy anticuada y no es suficiente para realizar avances significativos. El acuerdo con Rusia por los Su-35, no sólo incluye la provisión de una cantidad indeterminada de aviones terminados (algunas fuentes citan 60 unidades), sino la instalación de cadenas productivas en Irán, que producirían el avión localmente, incluyendo algunos componentes de sus motores e incluso el ensamblaje de misiles AA y AS avanzados. Esto es lo que Irán necesita para salvar la brecha tecnológica que lo separa de la tecnología de los años ’60, ’70 y ’80 actual. Estos aviones impedirían que Israel se adueñara de los cielos iraníes en caso de conflicto y otorgaría una cierta capacidad defensiva en el estrecho de Ormuz, sus dos talones de Aquiles.