Bélgica confirma la compra de más F-35A y pone en duda su futura participación en el SCAF.
Con solo treinta y cuatro cazabombarderos F-35A adquiridos al grupo estadounidense Lockheed-Martin en 2018, el componente aéreo de la defensa belga tendrá dificultades para cumplir su contrato operativo y responder a las peticiones de la OTAN.
Por tanto, el anuncio hecho por el primer ministro belga, Bart De Wever, a los miembros del parlamento el miércoles 23 de abril no es ninguna sorpresa.
El gobierno de Bruselas pretende aumentar su gasto militar al 2% del PIB este año [lo que significa encontrar 4.000 millones de euros más], Bélgica «tendrá que cumplir las capacidades impuestas por la OTAN. Esto incluye aviones de combate adicionales. Y como ya se han comprado treinta y cuatro F-35A estadounidenses, tendrán que volver a ser F-35», confirmó De Wever.
Según la RTBF, el Ministerio de Defensa belga está estudiando la compra de otros once F-35A.
Y, como había sugerido Theo Francken, ministro de Defensa belga, De Wever declaró que estos aviones podrían «construirse en Italia». El «proyecto F-35 es multilateral y no exclusivamente estadounidense», señaló.
«No porque el señor Trump piense que puede hacer la guerra contra todo el mundo puede acabar de un plumazo con la globalización económica», añadió el jefe del Gobierno belga, en referencia a la “batalla” arancelaria lanzada por la Casa Blanca a principios de mes.
En declaraciones a RTBF, Francken justificó la decisión argumentando que las fuerzas aéreas belgas necesitan más F-35A ahora. Para la era posterior al F-35, «hay dos programas europeos» que verán la luz en «veinte o treinta años», prosiguió, refiriéndose al Sistema de Combate Aéreo del Futuro [SCAF] y al Programa de Combate Aéreo Global [GCAP]. «En el futuro, espero disponer de un avión de combate europeo de alto nivel, el mejor del mundo», concluyó.
Los comentarios de Francken arrojan dudas sobre las intenciones de Bélgica respecto al SCAF, al que se unió con estatus de observador en junio de 2024 y para el que ha liberado un presupuesto de 60 millones de euros. El proyecto está liderado por Francia, Alemania y España.
Este estatuto de observador «nos permitirá seguir de cerca el desarrollo de este programa, crucial para el futuro de la defensa belga y, sobre todo, europea, y tomar una decisión informada sobre nuestra posible participación en las fases de desarrollo posteriores», comentó entonces Ludivine Dedonder, ministra belga de Defensa.
En aquel momento, en la oposición, la Alianza Neoflamenca [Nieuw-Vlaamse Alliantie – NVA], de la que procede Francken, criticó a la coalición gubernamental por comprometerse «a la ligera».
Así pues, ahora que la situación política en Bruselas ha cambiado, ¿confirmará Bélgica su interés por el SCAF? ¿O recurrirá al GCAP, liderado por el Reino Unido, Italia y Japón? Tal hipótesis no puede descartarse totalmente.
En 2023, el almirante Hofman, entonces jefe del Estado Mayor de la Defensa belga, declaró que «es un hecho que quizás deberíamos considerar ambos programas», antes de subrayar que «la interoperabilidad con el F-35A» iba a ser «un factor determinante». Sin embargo, dijo, «las flechas apuntan de momento al SCAF» y «políticamente, es el SCAF el que atrae la atención y los esfuerzos».
Para la industria aeroespacial belga, no importa qué programa se elija, lo principal es no quedarse al margen y «no repetir el error que cometimos hace veinte años con el F-35», como explicó uno de sus representantes en diciembre de 2020.
En cualquier caso, en una comparecencia en el Parlamento, Francken dijo que le gustaría ver una fusión de los dos proyectos. «Quizá podríamos empezar por tener un programa europeo», dijo, antes de criticar a… Dassault Aviation.
«La principal preocupación de Dassault es la autonomía estratégica francesa. Hay mucha resistencia. Está la retórica política, pero sobre el terreno, con los actores tecnológicos, es otra historia. Lo lamento, pero hay que tener las cosas claras», declaró el ministro belga. Cabe señalar que Italia ha lanzado el mismo tipo de críticas al Reino Unido, del que dice que es «reacio» a compartir sus tecnologías en el marco del GCAP.
Laurent Lagneau
A estos paises pequeños es muy facil «convencerlos»
pues la represalias economicas van a ser enormes.
Mann . ¿Cuáles represalias económicas les impondrían los gringos a los belgas que no serían las mismas que a la UE?
Los belgas no quieren esperar entre 20 a 30 años hasta que Europa construya algo mejor que los Mirages, Eurofighter y los Gripen
Por lo visto, los belgas están conscientes que ninguno de los proyectos europeos de un caza de 6.ª generación, entrará en servicio antes de 20 años. Así que, a quedarse con cazas de 4.ª generación completamente nuevos, a precio de uno de 5.ª generación. Esperemos que Marruecos no se les adelanten a los que siempre mencionan ese país, y compren F-35…
No se nos olvide, dentro de 30 años, posiblemente los cazas de 6.ª generación estadounidenses y chinos, ya estarán a mediados de su vida útl y con problemas de diseño resueltos…
El eurofiter tranch 4 , vuela más rápido y más alto kl f35,dnd es mejor el f35 s n atakes a suelo y zonas de alta intensidad n l aire aire, creo k es x k l f35 puede planear e ir más lento y recuperar velocidad más rápido. Si tenemos k esperar 20 años para k salga un 6a generación,dentro d veinte años china tendrá ya d 8a o 9a generación,k ya tienen un misil d match 10,y el mejor tunel d viento dl mundo k alcanza match 30.
Angel. Pocos conocen el radio de acción del Eurofighter totalmente armado, apenas supera los 600 km en misiones lo-lo-lo (vuelo al ras de la superficie) para evitar ser detectado por el radar enemigo.
En cuanto al túnel de viento hipersónico JF-22 en Sichuan, este es de solo cuatro metros de diámetro y se le acaba el aire comprimido en un máximo de tres minutos. No sirve para probar aviones a escala real, tan solo 1:6.
«La principal preocupación de Dassault es la autonomía estratégica francesa. Hay mucha resistencia. Está la retórica política, pero sobre el terreno, con los actores tecnológicos, es otra historia.» (Referido a SCAF) «…Italia ha lanzado el mismo tipo de críticas al Reino Unido, del que dice es «reacio» a compartir sus tecnologías en el marco del GCAP.» Este tema lo hemos tocado en profundidad en otro artículo reciente sobre Bélgica. Decíamos entonces, que si bien Europa está consciente de la necesidad de unirse para enfrentar los tremendos desafíos que plantea el futuro, los nacionalismos, como fuerza centrípeta, son aún más fuertes que la unión signada por la necesidad, como fuerza centrífuga. Hoy Francia es Dassault, y UK es BAES. Ambas naciones están cómodas liderando ambos grupos tecnológicos. Pareciera muy claro la necesidad de que ambos grupos se unan para ganarle al tiempo, puesto que parece lógico que si hoy EEUU y China ya poseen desarrollos tecnológicos de sexta generación (aunque solo se han visto prototipos, los chinos incluso en vuelo, nadie duda de la base tecnológico-industrial que los sustenta) y Europa no tiene tan siquiera aviones propios de 5ta gen (excepto Rusia, el país menos «europeo» de todos), cuando SCAF/GCAP entren en servicio, quizá ya estén desfasados en algunos aspectos respecto al resto. A pesar de esta clarividencia, nada indica que Francia y UK sigan defendiendo la necesidad de proteger sus secretos tecnológicos, escudados en sus nacionalismos, puesto que esos conocimientos son su principal activo estratégico. En fin, esta es la problemática. Un país como Bélgica, que está fuera de cualquier estructura lo puede visualizar; pero también Italia, que está dentro de GCAP; o España y Alemania, que están en SCAF. Cuántos quebraderos de cabeza y demoras ha producido Francia, demorando el inicio de SCAF? Y GCAP, que parecía haber vencido esos problemas inicialmente, ahora surgen con fuerza inusitada. Esto está más allá del problema de la ruptura de la globalización que propone Trump, porque es intrínseco a Europa, no está ocasionado por factores externos, sino internos.
Respecto a Bélgica, el incremento del número de F-35 estaba planificado de antemano, siempre que el Parlamento autorizaste el aumento del porcentaje para defensa, tal como ha sido. Aquí se mencionan 11 aviones, pero otros informes aseguran 14 unidades. La intención de Bruselas de fabricar los aviones en Italia es un intento de desligar la producción íntegramente en EEUU, es «europeizarla»; y por otro lado conseguir mejores contrapartidas industriales, ya que la política belga fue muy escueta al respecto cuando formalizó el primer pedido con L-M lo que ha traído fuertes quejas de los representantes del sector aeroespacial.