Brasil avanza en la construcción de submarinos nucleares con Francia.
En 2008, Naval Group [DCNS en aquel momento] fue seleccionado por Brasilia para entregar cuatro submarinos diésel-eléctricos de la clase Scorpène a la Marina de Brasil [Marinha do Brasil] y para participar en la construcción de un submarino de ataque nuclear [SNA], como parte del contrato PROSUB [Programa de Desenvolvimento de Submarinos], por un valor de 6.700 millones de euros.
Como tenía que aceptar amplias transferencias de tecnología y conocimiento industrial, el Grupo Naval unió fuerzas con el grupo brasileño Odebrecht para crear la empresa conjunta Itaguaí Construções Navais, responsable de construir los cinco submarinos en Brasil.
Desde entonces, los dos primeros Scorpènes, el S-40 Riachuelo y el S-41 Humaitá, han sido aceptados en servicio en la Marina de Brasil. El tercero, el S-42 Tonelero, está finalizando sus pruebas de mar, mientras que la construcción del último, el S-43 Amiral Karam [ex-Angostura], continúa.
En cuanto al submarino nuclear “armado convencionalmente”, por utilizar la terminología de la Marina de Brasil, su construcción se inició en junio de 2024, con el corte de la primera chapa por parte de Itaguaí Construções Navais.
La propulsión nuclear de este futuro submarino, que se llamará “Almirante Álvaro Alberto”, obviamente no es responsabilidad del Grupo Naval, sino de la Dirección General de Desarrollo Nuclear y Tecnológico de la Armada de Brasil. Sin embargo, esta última acaba de notificar dos nuevos contratos al fabricante francés, por un importe total de 528,4 millones de euros.
Ambos fueron confirmados por el Diario Oficial de la Unión el 28 de agosto.
Por un valor de 246,3 millones de euros, el contrato n.º 21/2025 contempla servicios específicos de ingeniería para el montaje “electromecánico” de la “Central Auxiliar Controlada” [PAC] del Laboratorio de Producción Nuclear [LABGENE], siendo este último responsable de “probar todas las posibles condiciones de operación de una central nuclear”, según las explicaciones del Ministerio de Defensa brasileño.
Ubicado en Aramar [Estado de São Paulo], LABGENE es uno de los pilares del programa nuclear de la Marina, según especifica el sitio web especializado brasileño Poder Naval. Permite validar, en un entorno controlado, la operación, los sistemas de seguridad y la producción de electricidad del reactor antes de su instalación a bordo del submarino, añade.
El segundo contrato, por un valor de 282 millones de euros y una duración de 54 meses, se refiere a la prestación de “servicios técnicos y asesoramiento para sistemas complementarios” dedicados al futuro “Almirante Álvaro Alberto”.
Como recordatorio, durante una visita oficial a Brasilia en marzo de 2024, el presidente Macron prometió el apoyo de Francia al programa brasileño.
“Espero que abramos el capítulo de nuevos submarinos, el cuarto, el quinto, pero […] que abordemos la propulsión nuclear respetando plenamente los más rigurosos compromisos de no proliferación”, dijo. Añadió: “Este marco existe, es posible. Ustedes lo desean. Francia estará a su lado”.
Laurent Lagneau