Cuidado con lo que compra: las armas militares chinas son de baja calidad.

Un alto funcionario estadounidense del Departamento de Estado advirtió ayer a potenciales compradores extranjeros que deben comprar armas estadounidenses y no armamentos chinos de baja calidad que corren el riesgo de matar no solo a su enemigo sino también a su propio personal militar.

Estados Unidos entrega alrededor de 10.000 millones de dólares anualmente en subvenciones de seguridad y defensa a los aliados de todo el mundo, pero China se está metiendo en el mercado de armas en un intento por debilitar la influencia de Estados Unidos mediante la aplicación de precios muy reducidos, financiación depredadora y sobornos, según R Clarke Cooper, subsecretario de estado para asuntos político-militares.

“Elegir a Estados Unidos como socio de seguridad sigue siendo la mejor opción para las naciones de todo el mundo”, explicó Cooper a embajadores y agregados militares durante una reunión en el Meridian International Center, a un grupo diplomático.

“China está utilizando las transferencias de armas como un medio para poner el pie en la puerta, una puerta que, una vez que se abre, China explota rápidamente tanto para ejercer influencia como para reunir inteligencia”.

Cooper señaló casos en los que la decisión de no comprar armas estadounidenses resultó mortal.

Cuando Kenia compró los vehículos blindados de transporte de tropas Norinco VN-4, el representante de ventas de China se negó a sentarse dentro de los vehículos durante unos disparos de prueba, relató.

Kenia siguió adelante en 2016 con la compra de todos modos y “lamentablemente, decenas de miembros del personal keniano han muerto en esos vehículos”, dijo. El VN-4, apodado “Rinoceronte”, es fabricado por la empresa estatal china Chongqing Tiema Industries.

Cooper citó un editorial en el periódico The Standard de Kenia: “Es lamentable que incluso después de tales muertes, nuestros oficiales continúen patrullando la frontera en camionetas y simulando vehículos blindados de fabricación china, que no protegen, a pesar del peligro omnipresente de los IED (artefactos improvisados explosivos)”.

Según el Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo, Estados Unidos fue el mayor exportador de armas del mundo entre 2014 y 2018, seguido de Rusia, Francia, Alemania y China. Las ventas en los Estados Unidos aumentaron un 29 por ciento durante este período en comparación con el 2.7 por ciento de China.

Cooper dijo que las ambiciones de China se extienden mucho más allá de sus relativamente modestas exportaciones de hardware, con ventas que encierran a los aliados estadounidenses con trampas de deuda y otras formas de explotación.

Si bien Cooper se refirió al papel de Rusia, incluidas sus ventas de sistemas de defensa aérea S-400 de alta calidad, la mayor parte de su discurso se dedicó a China, citando las compras en el Oriente Medio de drones armados CH-4 chinos que se rompieron en cuestión de meses, con clientes que “ahora no saben como deshacerse de ellos”.

El funcionario del Departamento de Estado luego centró su atención a la formación y la atención posterior del servicio. Los países que compran armas estadounidenses pueden enviar oficiales militares al programa de Educación y Entrenamiento Militar Internacional de Estados Unidos, donde reciben la misma formación que sus homólogos estadounidenses.

“No es así en China”, dijo, donde los estudiantes extranjeros pueden ser agrupados con oficiales de menor calidad de todo el mundo en el Centro Internacional de Intercambio de Educación Militar de China.

Actualmente, Estados Unidos suministra el 36 por ciento de las exportaciones mundiales de armas en comparación con el 21 por ciento de Rusia y el 5,2 por ciento de China, según datos del instituto de investigación de Estocolmo. El principal cliente de Washington es Arabia Saudita, para Rusia es India y para China es Pakistán.

El presidente Donald Trump ha sido particularmente entusiasta por impulsar las ventas de armas de Estados Unidos. Estados Unidos exportó armas por un valor de 55.600 millones de dólares en el año fiscal 2018, un aumento masivo del 33 por ciento con respecto a 2017, según el Pentágono, ya que su administración ha dado luz verde al Pentágono y al Departamento de Estado para vender más, más rápidamente.

También se ha resistido a los intentos de bloquear la venta de armas a gobiernos autoritarios. 

MA El-Erian, un asesor de los gobiernos de Oriente Medio en material de comercio de armas, dijo que estos argumentos de venta son comunes en la industria global de armas.

“Si no les vendemos nosotros, los chinos lo harán”, afirmó. “Como todo lo demás, los chinos son cada vez más competitivos. Y a diferencia de nosotros, están dispuestos a enviar a su gente a puntos conflictivos mundiales. No estamos dispuestos a poner a nuestra gente en ese tipo de peligro”.

El funcionario del Departamento de Estado reconoció el jueves que Estados Unidos ha sido criticado como un proveedor caro y engorroso, especialmente en un momento en que las decisiones de aprobación de Washington parecen cada vez más políticas y polarizadas.

“Si rascamos la superficie de las ofertas presentadas por nuestros adversarios, encontramos sistemas fallidos, entrenamiento defectuoso, gangas falsas. Una asociación con Estados Unidos ofrece algo que una compra de Rusia o China nunca ofrecerá”.

Mark Magnier