Francia y España reafirman su confianza en el caza de nueva generación, Alemania guarda silencio.
Tras la última reunión sobre el problemático Sistema Aéreo de Combate del Futuro (FCAS), Francia y España manifestaron su renovado compromiso con el programa de próxima generación, aunque Alemania, una de las partes interesadas clave, se negó a unirse a ellos con un comentario público.
La reunión del jueves, celebrada en Berlín, “nos permitió reafirmar nuestro compromiso de seguir trabajando juntos en el SCAF [nombre francés del FCAS] para disponer de un futuro avión y sistema de combate aéreo en 2040 y estudiar las condiciones para pasar a una nueva fase de desarrollo de un demostrador”, dijo un portavoz del Ministerio de las Fuerzas Armadas francesas.
Madrid compartió un mensaje similar en una publicación en X, citando las conversaciones conjuntas. «Seguimos trabajando y apostando por la autonomía estratégica europea y grandes proyectos como el SCAF», dijo.
Sin embargo, el Ministerio de Defensa alemán se negó a compartir ningún detalle sobre el resultado de la reunión y dijo: “Por favor, comprenda que el contenido de las discusiones [trilaterales] de ayer será tratado como confidencial”.
La reunión había sido anunciada como una oportunidad para resolver cuestiones pendientes relacionadas con el inestable proyecto, y se produjo el mismo día que Bloomberg informó que Berlín podría descartar el desarrollo conjunto del futuro caza, reduciendo potencialmente la cooperación para trabajar en aviones no tripulados de apoyo o en una nube de combate. El portavoz del Ministerio de Defensa alemán se negó a hacer comentarios sobre esa posibilidad.
En octubre, Berlín declaró que “sigue esforzándose por la implementación exitosa” del FCAS, pero desde entonces las relaciones laborales franco-alemanas se han tensado aún más después de que el sindicato local IG Metall amenazara en una carta al gobierno alemán con suspender la cooperación si la francesa Dassault sigue formando parte del proyecto, según Reuters.
El fabricante de aviones de combate, junto con Airbus y la española Indra, son los tres líderes nacionales de la industria para la plataforma de sexta generación.
El ultimátum de IG Metall no hace más que agravar una disputa existente en la industria, centrada en la exigencia de Dassault de un mayor control del caza de nueva generación (NGF), el avión en el que se basa el FCAS, a expensas de Airbus. Paralelamente, el programa multinacional se centra en el desarrollo de aviones no tripulados de apoyo y una nube de combate, una red digital diseñada para conectar plataformas tripuladas y no tripuladas, así como armas y sensores.
A pesar de que Madrid y París subrayan que el trabajo continúa, sigue existiendo el peligro de que, si el programa no produce pronto un avance en las luchas internas del sector, la Fase 2 del FCAS (planeada para seguir adelante el año próximo, pero con un contrato aún por negociar) se retrase.
Este hito es necesario para que la industria desarrolle demostradores tecnológicos que cubran el NGF, su motor, los portadores remotos, la nube de combate y los sensores.
El FCAS fue concebido para reemplazar a los aviones de combate Eurofighter Typhoon y Rafale, y estar listo para entrar en servicio en 2040.
Tim Martin


