La Fuerza Aérea de EE. UU. adjudica un contrato para un segundo lote de bombarderos B-21A Raider.
Northrop Grumman ha confirmado la firma de un contrato con el Departamento de Defensa de Estados Unidos para la producción de un segundo lote de bombarderos estratégicos B-21A Raider. El acuerdo, concluido en el último trimestre de 2024, ha sido revelado por la dirección de la empresa durante la presentación de sus resultados de fin de año.
Entre las novedades, la compañía también compartió que están avanzando con el trabajo sobre el misil balístico intercontinental Sentinel (ICBM) y la evaluación de una posible participación en el programa Next Generation Air Dominance (NGAD) en el futuro.
Los detalles del contrato, incluido el número total de aeronaves y las condiciones financieras, no se han hecho públicos. Northrop Grumman afirmó que el programa B-21A sigue según lo previsto y avanza en las fases clave de producción y desarrollo. Los informes del año pasado mencionaron que el primer contrato podría cubrir hasta 21 aeronaves, con al menos seis fuselajes en varias etapas de producción en el momento del primer vuelo en 2023.
El primer prototipo del B-21A completó su vuelo inaugural en noviembre de 2023 y actualmente se encuentra en fase de pruebas en la Base Aérea Edwards, en California. La compañía ha indicado anteriormente que al menos cinco aviones más se encuentran en la fase final de ensamblaje en sus instalaciones de Palmdale, California. No se ha revelado ningún calendario oficial de entregas.
El ritmo de producción es otro detalle que se mantiene en secreto, aunque algunos funcionarios apuntan que podría rondar los siete aviones al año. De hecho, la Fuerza Aérea optó deliberadamente por una producción lenta del B-21 para que fuera resistente a las variaciones causadas por los sobrecostes y los límites presupuestarios, evitando así problemas similares a los de la producción del F-35.
Los representantes de Northrop Grumman también confirmaron que se han llevado a cabo conversaciones sobre una posible aceleración de los plazos de producción y entrega. Sin embargo, no se ha anunciado ninguna decisión sobre un aumento de la tasa de producción.
El B-21A Raider se está desarrollando como reemplazo de los bombarderos Rockwell B-1B Lancer y Northrop Grumman B-2A Spirit. Operará junto con los aviones Boeing B-52 Stratofortress modernizados, formando la columna vertebral de la capacidad de ataque de largo alcance de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos.
El Pentágono ha indicado que tiene planes de adquirir al menos 100 aviones B-21A, con un costo unitario estimado de 692 millones de dólares, según los valores en dólares de 2022.
El programa, adjudicado a Northrop Grumman en octubre de 2015, involucra a varios socios clave de la industria, entre ellos Pratt & Whitney, Janicki Industries, Collins Aerospace, GKN Aerospace, BAE Systems y Spirit AeroSystems.
DEI



Sin concretar número ni ritmo ni coste parece que el desarrollo de las primeras fases operativas del B-21 no será tan transparente como nos gustaría.
Creo que es una información altamente sensible pero el hecho de que hayan contratdo un segundo lote y que el presupuesto se esté respetando habla de la confianza que tiene la fuerza aérea en ese programa la tasa de construcción de bajo ritmo en sí no es mala ya que permite ir sumando los avances tecnólógicos que se puedan implementar a medida que se construyan. Es un programa bien gestionado