La Fuerza Aérea de EE. UU. vuela el segundo bombardero furtivo B-21 Raider.
Según la información publicada por el secretario de la Fuerza Aérea de EE. UU. el viernes, 12 de septiembre, acompañada de una imagen oficial de la Fuerza Aérea de EE. UU., un segundo avión de prueba B-21 Raider despegó de Palmdale, California, y voló a la Base Aérea Edwards para unirse a la campaña de pruebas de vuelo estructuradas de la Fuerza Aérea de EE. UU.
Este evento marca un punto de inflexión significativo en el desarrollo del bombardero furtivo más avanzado del mundo y confirma la expansión de la fase de pruebas de vuelo a sistemas de misión más rigurosos y ensayos de integración de armas.

Con dos B-21 ya en vuelo, la Fuerza Aérea de EE. UU. está ampliando su capacidad para recopilar datos de prueba vitales en múltiples ámbitos, como la fusión de sensores, la gestión de firmas de radar, la resiliencia de los enlaces de datos y la integración de armas. Esta nueva fase va más allá de la comprobación de la aeronavegabilidad y entra en la fase crítica de la validación de los sistemas de misiones de combate en entornos que replican las condiciones de amenaza de un adversario similar.
Desarrollado bajo el programa de Bombarderos de Ataque de Largo Alcance (LRS-B), el B-21 Raider representa un salto generacional en capacidad de ataque furtivo y es el primer avión de sexta generación en entrar en pruebas de vuelo activas.
Está diseñado para operar en el espacio aéreo más disputado del mundo y llevar a cabo misiones de disuasión nuclear estratégica y de ataque convencional de precisión. El avión se está desarrollando para integrarse a la perfección en el futuro sistema de Operaciones Conjuntas en Todos los Dominios (JADO) de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos.

Técnicamente, el B-21 incorpora características revolucionarias de baja observabilidad que superan a todas las plataformas furtivas estadounidenses anteriores. Su fuselaje utiliza materiales compuestos avanzados, estructuras transparentes al radar y geometría de bordes alineados para minimizar los retornos en múltiples bandas de frecuencia de radar.
A diferencia del B-2 Spirit, el revestimiento del Raider está diseñado para un mantenimiento rápido y durabilidad en entornos austeros, lo que reduce el tiempo de mantenimiento y aumenta la disponibilidad de la misión.
La aeronave cuenta con sensores y antenas totalmente integrados, un diseño de fuselaje al ras para la supresión de firmas de banda ancha y un conjunto de aviónica defensiva integrada de última generación capaz de identificar, geolocalizar y responder a amenazas cinéticas y no cinéticas. Sus sistemas internos de guerra electrónica están diseñados para gestionar de forma autónoma la priorización de amenazas y la interferencia dinámica sin necesidad de aeronaves de escolta ni apoyo externo.
La capacidad de combate del B-21 se basa en su arquitectura de sistemas abiertos, que permite la rápida integración de nuevos sistemas de misión, armas y actualizaciones definidas por software.
Las capacidades de largo alcance y penetración profunda del Raider le permiten atacar objetivos fuertemente defendidos a distancias globales sin necesidad de una base avanzada. Podrá transportar cargas útiles tanto nucleares como convencionales, incluyendo bombas de gravedad B61-12, el próximo misil de crucero AGM-181 de largo alcance (LRSO) y una amplia gama de municiones guiadas de precisión.
Es probable que sus futuras cargas incluyan armas hipersónicas lanzadas desde el aire e inhibidores de interferencias avanzados.
Otro aspecto único del B-21 Raider es su conectividad de amplio espectro, que le permite operar como un nodo dentro de una red de ataque más amplia. Está diseñado desde el principio para comunicarse de forma segura a través de los dominios espacial, aéreo, marítimo, terrestre y cibernético con otros activos estadounidenses y aliados, lo que permite la localización de objetivos en tiempo real y la sincronización entre dominios
El B-21 Raider está diseñado para reemplazar al B-1B Lancer y al B-2 Spirit, consolidando la fuerza de bombarderos de penetración de la Fuerza Aérea de los EE. UU. en una flota con mayor capacidad de supervivencia, flexibilidad y sostenibilidad.
Comparado con estos bombarderos tradicionales, el B-21 ofrece una combinación significativamente mejorada de capacidad de supervivencia, preparación y adaptabilidad al combate. Si bien el B-2 sigue siendo el bombardero furtivo más avanzado del inventario actual, está diseñado con una baja observabilidad significativamente mejorada en los espectros de radar e infrarrojo, lo que le otorga mayor capacidad de supervivencia contra las redes modernas de defensa aérea empleadas por adversarios de similar nivel.

El Raider también mejora drásticamente los desafíos de mantenimiento que afectan al B-2, utilizando materiales y recubrimientos furtivos avanzados, más resistentes y fáciles de mantener, lo que se traduce en mayores tasas de disponibilidad en misiones y menores costos operativos.
La capacidad del B-21 de volar sin repostar a distancias globales y operar desde bases fuera del alcance de los misiles enemigos ofrece una flexibilidad adicional de la que carecen el B-2 y el B-1B.
Además, el diseño totalmente digital del Raider permite pruebas más rápidas, la integración de nuevas capacidades y un ahorro en costos a largo plazo que los bombarderos más antiguos no pueden igualar.
La Fuerza Aérea de los Estados Unidos se ha comprometido públicamente a adquirir al menos 100 B-21, con la posibilidad de aumentar esa cifra en función de futuras evaluaciones de la estructura de la fuerza y los requisitos estratégicos.
Las primeras unidades operativas estarán ubicadas en la Base Aérea Ellsworth, Dakota del Sur, seguidas por las Bases de la Fuerza Aérea Whiteman y Dyess a medida que el programa madure.
Con seis aeronaves actualmente en diversas etapas de producción en las instalaciones de seguridad de Northrop Grumman en Palmdale, se espera que el programa de pruebas de vuelo en la Base Aérea Edwards se acelere en los próximos 12 a 18 meses.
A medida que los adversarios estadounidenses despliegan sistemas antiacceso/denegación de área cada vez más potentes y sensores de largo alcance, el B-21 Raider se convierte en una herramienta crucial para mantener una disuasión creíble y una capacidad de ataque global. Su combinación de sigilo de última generación, arquitectura de sistemas adaptable y letalidad de precisión de largo alcance garantiza que se convertirá en la columna vertebral del poder aéreo estadounidense hasta la década de 2050 y más allá.
Alain Servaes



 
							 
							 
							
A mi el tema de las tecnologias furtivas no me acaba de convencer. El furtivismo condiciona a todos los niveles el diseño del avion: su forma, su manobrabilidad, su alcance, su capacidad de portar armas. Reducir, que no eliminar, la huella del radar es tremendamente costoso y requiere un mantenimiento prohibitivo. Todo para que? para que en poco tiempo se desarrollen nuevas medidas de deteccion que contraresten este avance? Es mucho mas costoso mejorar el furtivismo de un avion que desarrollar un nuevo radar capaz de detectarlo. Puede valer para enfrentarse a potencias medias que no dispongan de los ultimos avances en electronica. Pero contra Rusia y China seguramente es una batalla perdida.
El radar tiene margen de mejora pero tal como se ve en el programa del B-21 la tecnología stealth sigue evolucionando. Aún no ha alcanzado su límite tecnológico y tiene camino por delante.
Lo que planteas es la eterna batalla entre la espada y el escudo. Puede que la tecnología furtiva actual esté a un escalón evolutivo del radar de ser superada pero en ese tiempo los recursos para la baja observabilidad también mejorarán. Puede que mejore lo suficiente como para superar al radar, puede que no o puede que en parte. El tiempo lo dirá.
Mientras tanto a día de hoy la baja observabilidad otorga una ventaja innegable. Condiciona el diseño del avion pero no lo incapacita, el alcance y la potencia ofensiva del B-2 no merece duda. Es una tecnología sin duda costosa pero que ya se ha logrado en la fabricación en serie y salir de la artesanía del F-117 o del B-2.
Sería posible crear un aparato que detecte, no el avión en sí, sino los desplazamientos del aire que inevitablemente todo aparato volador produce?
En mi opinión, las tecnologías furtivas han llegado para quedarse. Es muy improbable que en el futuro haya diseños de aeronaves que no las contemplen, incluso drones de combate o ISR de altas prestaciones que deban penetrar defensas o en teatros muy disputados. Incluso multiplicadores de fuerza (T/NT) que necesiten incursionar en sectores disputados o muy protegidos con estrategias defensivas A2/AD, deberían también incorporar técnicas y tecnologías furtivas. El diseño aeroespacial hoy ha desarrollado las herramientas adecuadas para que estas tecnologías sean la norma estandarizada, así como el uso de materiales compuestos y especiales para disminuir la firma RCS. Un bombardero de penetración profunda y alcance intercontinental como el B-21 no precisa de prestaciones sobresalientes, sino las capacidades que precisamente han sido incorporadas en su diseño. Rusia y China, por su parte, han desarrollado asimismo aeronaves tripuladas de características similares al B-21, consolidando esta tendencia. Respecto a la batalla entre la furtividad y los radares (ondas electromagnéticas), es similar a la batalla entre la coraza y la fuerza de penetración de los proyectiles en la época de los acorazados. Los avances en un sentido pueden ser contrarrestados por nuevas evoluciones en el otro y así indefinidamente. Lo que queda claro, es que un avión no furtivo queda absolutamente desprotegido tenga enfrente el tipo de radar que sea. Pero la furtividad es mucho más compleja, no se reduce a la electromagnética (incluyendo las emisiones propias), sino también la sonora e incluso la visual. En todos los campos existe intensa I+D, tanto en los diseños aeroespaciales como en las defensas.
EEUU tiene los radares más avanzado en el mundo y no detecta los aviones y barcos cargados de cocaína y la DEA FBI LA CIA no detecta los micro traficantes de EEUU la distribución de cocaína pero en Venezuela si lo ven misterioso eso