La rivalidad entre la Fuerza Aérea y la Marina de EE. UU. por los aviones F-47 y F/A XX redefine la estrategia aérea de combate.
El ejército estadounidense está entrando en una era decisiva de dominio aéreo, marcada por una discreta pero feroz rivalidad entre el Boeing F-47 de la Fuerza Aérea y el futuro caza de ataque de sexta generación F/A-XX de la Marina. Si bien ambas plataformas se enmarcan en la visión más amplia de Dominio Aéreo de Próxima Generación (NGAD), sus diferentes vías de desarrollo, plazos y respaldo estratégico revelan una creciente competencia entre servicios que está redefiniendo las prioridades del poder aéreo estadounidense.
El F-47 ha experimentado un gran avance tanto en financiación como en impulso político. Liderado por Boeing e integrado en el marco altamente secreto NGAD de la Fuerza Aérea, el F-47 está diseñado como un caza furtivo de superioridad aérea de largo alcance, capaz de penetrar profundamente en entornos disputados. Con un radio de combate proyectado superior a las 1000 millas náuticas y velocidades de crucero superiores a Mach 2, el F-47 representa un avance en supervivencia y letalidad.
Operará como el elemento central tripulado de una fuerza de combate aéreo distribuida, apoyada por drones de combate autónomos, todos conectados en red a través de un espacio de batalla digital seguro.
Este avión está diseñado para satisfacer las necesidades de la Fuerza Aérea de penetrar el dominio antiaéreo. Reemplazará o complementará al F-22 Raptor, un caza de quinta generación que, a pesar de su formidable sigilo y maniobrabilidad, carece del alcance operativo, la fusión de sensores y la adaptabilidad necesarios para competir en futuros entornos altamente competitivos. El F-47 integrará motores de ciclo adaptativo del programa NGAP, que ofrecen conmutación bajo demanda entre los modos de alto empuje y de bajo consumo de combustible.
También contará con fusión de sensores avanzada, contramedidas infrarrojas direccionales, toma de decisiones del piloto asistido por IA y enlaces de datos de alto ancho de banda para el control de aeronaves de combate colaborativas. Estas características ofrecen ventajas exponenciales sobre el F-22, el F-15EX e incluso el F-35A en términos de supervivencia y efectividad de la misión.
En contraste, el F/A-XX de la Marina, concebido como un caza de ataque sigiloso y multifunción con base en portaaviones, enfrenta retrasos significativos. Las limitaciones presupuestarias y de capacidad dentro de la base industrial aeroespacial han obligado al Pentágono a retrasar la fase de desarrollo de ingeniería y fabricación del F/A-XX. Expertos del sector revelan que altos funcionarios de defensa hicieron un sacrificio deliberado: acelerar la plataforma de la Fuerza Aérea a expensas de la de la Marina para preservar los plazos cruciales para alcanzar el dominio aéreo operativo a principios de la década de 2030.
El F/A-XX está diseñado según los requisitos de Dominio Aéreo de Próxima Generación (NGAD) de la Marina. Se espera que ofrezca una proyección de potencia de largo alcance desde portaaviones, a la vez que sobrevive en zonas de alta amenaza saturadas con defensas aéreas modernas. Reemplazará al F/A-18E/F Super Hornet, que carece de sigilo y alcance para entornos de combate similares.
El F/A-XX contará con una baja observabilidad mejorada, optimizada tanto para misiones aire-aire como de ataque profundo, capacidades integradas de guerra electrónica y, posiblemente, una configuración opcional de cabina tripulada/no tripulada. A diferencia del F-47 de la Fuerza Aérea, el F/A-XX debe cumplir con estrictos estándares de idoneidad para portaaviones, incluyendo alas plegables, tren de aterrizaje reforzado y compatibilidad con catapultas. Su mayor capacidad interna de combustible y su capacidad para controlar pilotos de ala autónomos lo convertirán en un multiplicador de fuerza transformador para las alas aéreas de portaaviones.
El núcleo del desafío reside en la propulsión. Ambos cazas estaban diseñados para aprovechar el sistema de Propulsión Adaptativa de Próxima Generación (NGAP), pero el desarrollo de los motores no ha seguido el ritmo de los avances en la estructura. Como resultado, los primeros lotes del F-47 podrían entrar en producción utilizando sistemas de propulsión heredados. Esto compromete el alcance y la autonomía, dos pilares del concepto NGAP, y presenta una vulnerabilidad crítica si las amenazas similares, especialmente las plataformas J-20 y J-35 de China, avanzan más rápido de lo previsto.
La Marina de los Estados Unidos se enfrenta ahora a una encrucijada difícil. Los comandantes operativos siguen abogando por la rápida entrega del F/A-XX para mantener la credibilidad de la aviación naval en escenarios de conflicto de alto nivel en el Indopacífico. Sin embargo, la falta de financiación y de cupos de producción implica que podría verse obligada a extender la vida útil de sus F/A-18E/F Super Hornets mucho más allá de su fecha de caducidad prevista originalmente. Esto podría generar una brecha de capacidad justo cuando los adversarios están desplegando cazas avanzados con mayor alcance, sigilo y fusión de sensores.
El F-47 es crucial para que Estados Unidos mantenga su superioridad aérea en vastas regiones en disputa, como el Pacífico Occidental y Europa Oriental. A medida que las amenazas de China y Rusia evolucionan para incluir misiles de mayor alcance, sistemas integrados de defensa aérea y aeronaves de nueva generación, el papel del F-47 como plataforma antiaérea de penetración se vuelve indispensable.
No solo está diseñado para derrotar a cazas enemigos avanzados, sino también para coordinar sistemas no tripulados, realizar guerra electrónica y servir como nodo en la red de Mando y Control Conjunto de Todo Dominio (JADC2). Su desarrollo se prioriza porque apoya directamente la disuasión estratégica de largo alcance y las misiones antiaéreas ofensivas, esenciales para controlar el espacio aéreo en cualquier conflicto futuro de alto nivel.
Por otro lado, el F/A-XX es igualmente vital, pero para un ámbito diferente. A medida que los adversarios desarrollan capacidades de antiacceso/denegación de área (A2/AD) que amenazan a los grupos de ataque de portaaviones estadounidenses, la Marina necesita un caza de nueva generación capaz de sobrevivir en entornos altamente disputados. El F/A-XX debe operar desde portaaviones, ejecutar misiones de ataque y superioridad aérea, y habilitar operaciones marítimas distribuidas. Sin él, el ala aérea de la Marina corre el riesgo de quedar obsoleta en un escenario donde la aviación marítima debe enfrentarse a amenazas de nivel similar lejos de las costas estadounidenses. Su importancia radica en preservar la capacidad para proyectar su poder globalmente sin depender de aeródromos terrestres, que podrían verse privados o destruidos en tiempos de guerra.
El F-22 y el F-35 conforman actualmente la columna vertebral del poder aéreo táctico estadounidense. El F-22 destaca en combate aéreo y sigilo, pero carece de la modernización de sensores, la red digital y el alcance necesarios para las operaciones en el Pacífico. El F-35, si bien versátil y ampliamente desplegado, no fue diseñado para funciones antiaéreas de alto nivel con la escala y la profundidad esperadas en un combate entre iguales.
Asimismo, el F/A-18E/F y el EA-18G Growler siguen siendo plataformas capaces, pero carecen de capacidad de supervivencia e integración digital en comparación con lo que exigirá la guerra de sexta generación. Tanto el F-47 como el F/A-XX están diseñados no solo para reemplazar a estas aeronaves, sino para definir nuevas doctrinas de poder aéreo basadas en la colaboración entre aeronaves tripuladas y no tripuladas, la letalidad distribuida y la fusión de redes multidominio.
Actualmente, el liderazgo de defensa de EE. UU. ha priorizado el F-47 de la Fuerza Aérea debido a la urgencia de mantener el dominio aéreo global y la rápida maduración de su ecosistema NGAD. El progreso del F-47 se considera esencial para la disuasión estratégica y para cumplir con los mandatos de respuesta global de la Fuerza Aérea. Sin embargo, esto implica retrasar el F/A-XX, lo que podría socavar la preparación para el combate naval y transferir la carga de las operaciones aéreas avanzadas completamente a plataformas terrestres.
Se considera que ambas aeronaves son indispensables para mantener la supremacía estadounidense en todos los dominios. Sin embargo, el desequilibrio en los plazos de desarrollo y los recursos podría generar una brecha estratégica. La prioridad actual favorece claramente al F-47 debido a su avanzada etapa de desarrollo y su alineación con las doctrinas operativas multidominio emergentes. Para garantizar un dominio total, los responsables políticos deben acelerar la inversión paralela en el F/A-XX o arriesgarse a un debilitamiento de la posición aérea marítima durante la decisiva década que se avecina.
Rudis04
Esto ya viene desde hace años. La US Navy luchó para tener su avión stealth. Hubo propuestas navalizadas del F-22 y del F-117 que no salieron. Hubo proyectos cancelados como el A-12. Hubo incluso la propuse un dron Stealth que acabó siendo el dron avión cisterna. Irónicamente solo el F-35C salió adelante. No hay dinero para todo. Además históricamente los precios de los aviones de la US Navy siempre se han disparado. El F-14 era carísimo y se salvó por el dinero iraní. La propuesta de F-15 naval se descartó porque no se quería renunciar al F-14. Hubiera sido más barato y podría haber asumido tareas del F-14 y A-6. Los Marines renunciaron a comprar los F-14 comprometidos por ser muy caros.
Con la que se le viene encima a EEUU y los países occidentales con China, con la posibilidad muy real de una guerra en la que se combatirá cerca de China y muy lejos de las bases terrestres, pienso que el fortalecimiento y mejora de la fuerza aérea embarcada de EEUU ( y sus aliados) se antoja como fundamental.
Si bien se discute el coste/ eficacia de los portaaviones, ahora mismo no veo cómo sustituir sus capacidades.
La llave esta en convertir la fuerza tactica en estrategica
Hubo propuestas navalizadas del F-22 y del F-117 que no salieron. Hubo proyectos cancelados como el A-12.
Los desarrollos norteamericanos se reduce a un tema navy vs air force. Los marines PERTENECEN a la Navy. Tras el f14 hubo un intento por parte de la navy para desarrollar un aparato que fuese una evolucion del tmcat. Para entender las peticiones de la navy, se debe entender el mundo naval, que necesidades tiene un grupo de batalla. Se encontraron con que por narices debian comerse el f35, y eso iba en contra de la doctrina naval, que se basa en dos tipos de aviones uno que sea para superioridad aerea y otro que sea multirol para realizar misiones de caza y ataque. El f22 no vale para la navy, no es un avion NAVALIZADO. Los aviones navalizados deben tener el tren de aterrizaje reforzado para los apontajes. Ademas de que el gancho, no tiene cabida el f22, tampco hubo un itento de realizar una version navalizada, por otro lado el f117 para la navy? ese avion es un bombardero furtivo, no puede realizar misiones de F o A. La historia de los drones furtivos, tiene un problema se da de frente contra el muro de Annapolis, la marina es tradicion, es historia. Para llegar a l que tu dices, ya no seran portaaviones seran barcos multirol
Respecto al f14 carisimo, el A basura, el B, el mejor avion naval de la historia, si se sabe un poco de historia militar ese avion es historia viva desde el punto de vista que lleva el sistema de armas del precursor del Blackbird, el A12
Por ultimo, los marines no renunciaron, nunca tuvieron en mente el f14, su avion era el hornet. Ademas, los aviones de los marines que hace tours, que son el f18 y el harrier antes. Unos van a los grupos navales de la navy y el otro a los grups navales de los marines
Este último parece más avanzado y rompedor que el F-47 . Yo diría que este F/A-XX marcara tendencia en el futuro de las aeronaves d3 combate norteamericano y occidental en general . Así lo veo yo .