La venta de aviones F-16 a Turquía sigue en el aire tras la negativa de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado.
Estados Unidos está preparando la posible venta de aviones de combate F-16 a Turquía por valor de 20.000 millones de dólares, ya que la administración Biden ha transmitido su intención al Congreso, según fuentes familiarizadas con el asunto.
Sin embargo, la medida ha provocado la objeción inmediata de un alto legislador estadounidense que se opone desde hace tiempo al acuerdo.
El Departamento de Estado envió la notificación informal al Congreso el viernes, informando a los comités que supervisan las ventas de armas en el Senado y la Cámara de Representantes de su intención de seguir adelante con el acuerdo propuesto.
Turquía, miembro de la OTAN, ha estado tratando de modernizar sus aviones de guerra existentes para actualizar su fuerza aérea y trata de comprar 40 Lockheed Martin F-16 y cerca de 80 kits de modernización de los EE.UU. Las conversaciones técnicas entre las dos partes concluyeron recientemente.
El gobierno de Biden insiste y ha manifestado su apoyo a la venta y lleva meses en contacto informal por el momento con el Congreso para obtener su aprobación. Sin embargo, hasta ahora no ha logrado obtener luz verde.
«Como he dejado claro en repetidas ocasiones, me opongo firmemente a la venta de nuevos aviones F-16 a Turquía propuesta por la administración Biden», ha manifestado en un comunicado el senador Bob Menéndez, presidente demócrata de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado.
Exigencias «infinitas»
Aunque la venta está aún en proceso de revisión informal, es poco probable que el Congreso apruebe el acuerdo mientras Turquía se niegue a ratificar el ingreso de Suecia y Finlandia en la OTAN.
Ambos países pusieron fin a décadas de neutralidad el pasado mes de mayo y solicitaron su ingreso en la OTAN en respuesta a la invasión rusa de Ucrania. Aun así, Ankara se opuso y destacó que los países albergan a terroristas, entre ellos del grupo terrorista PKK, y exigió que se tomen medidas.
En una conferencia de prensa el sábado, el principal asesor de política exterior y portavoz presidencial, Ibrahim Kalın dijo que las demandas de Washington relacionadas con el suministro de los aviones de combate eran «interminables.»
«Si siguen presionando a Turquía en otras direcciones con sanciones de F-16 (y) F-35, y luego Turquía reacciona, culpan a Turquía de nuevo, entonces eso no es un juego limpio», dijo Kalın. «Parece que su lista de demandas es interminable. Así que siempre hay algo».
Rumbo a Washington
La notificación, de la que informó por primera vez el Wall Street Journal el viernes, se produce cuando el ministro de Asuntos Exteriores, Mevlüt Çavuşoğlu, se prepara para visitar Washington mañana miércoles en un viaje durante el cual, además de las relaciones bilaterales, se espera que un sinfín de desacuerdos, la invasión rusa de Ucrania y la candidatura de Finlandia y Suecia para unirse a la OTAN ocupen un lugar destacado en la agenda.
Tras la revisión informal, durante la cual los líderes del comité pueden hacer preguntas o plantear dudas sobre la venta, la administración puede técnicamente seguir adelante con una notificación formal. Pero un alto funcionario estadounidense dijo que «dudaba» de que la administración estuviera en condiciones de proceder a menos que Menéndez retirara su objeción.
El pasado mes de julio, la Cámara de Representantes aprobó una ley para prohibir la venta a Turquía, a menos que la administración Biden certifique que hacerlo es esencial para la seguridad nacional de Estados Unidos. También describía medidas concretas para garantizar que no se utilicen para «sobrevuelos no autorizados» de Grecia.
Estas enmiendas fueron eliminadas en el proyecto final de ley de gastos de defensa de Estados Unidos.
Ankara ha manifestado su firme oposición a cualquier condición para la venta de los reactores.
Mientras tanto, Menéndez también dijo que acogía con satisfacción la noticia de la venta de nuevos aviones de combate F-35 para Grecia, refiriéndose a Atenas como un «aliado de confianza de la OTAN» y diciendo que el acuerdo «refuerza las capacidades de nuestras dos naciones para defender los principios compartidos, incluyendo nuestra defensa colectiva, la democracia, los derechos humanos y el Estado de Derecho.»
Ankara había dicho que podría considerar alternativas, incluida Rusia, si Estados Unidos no cumplía su promesa de entregar F-16 a las fuerzas aéreas turcas.
La venta de armas estadounidenses a Turquía se volvió polémica después de que Ankara adquiriera los sistemas de misiles de defensa S-400 de fabricación rusa. El acuerdo desencadenó sanciones estadounidenses y la retirada de Turquía del programa de aviones de combate de nueva generación F-35.
Un portavoz del Departamento de Estado declinó hacer comentarios, diciendo que el departamento no confirma ni comenta las ventas o transferencias de armas propuestas hasta que la administración solicita formalmente la aprobación del Congreso.
Según la legislación estadounidense, el Congreso puede bloquear una venta aprobando una resolución de desaprobación tras la notificación formal del acuerdo. Sin embargo, es poco probable que lo haga si el presidente Joe Biden decide seguir adelante a pesar de las objeciones de los legisladores. Aunque el Congreso ha aprobado resoluciones de este tipo, nunca ha reunido la mayoría de dos tercios necesaria en ambas cámaras para superar un veto presidencial.
Daily Sabah
Que se dejen de F16 y compren Tifón a España.