Turquía y Pakistán crean una fábrica conjunta para la producción del caza KAAN.

La cooperación entre Turquía y Pakistán en el sector de defensa se intensifica con el anuncio de la creación de una fábrica conjunta dedicada a la producción del caza KAAN, un proyecto de gran envergadura en los ámbitos de armamento y aeroespacial.

El KAAN, desarrollado por la empresa Turkish Aerospace Industries (TAI), es un caza de quinta generación que marca un punto de inflexión estratégico para Turquía, que desea modernizar su fuerza aérea y fortalecer su industria militar.

Este avión, diseñado para sustituir a la envejecida flota de F-16 de la Fuerza Aérea turca, está equipado con nuevas tecnologías destinadas a competir con los mejores cazas del mundo. El proyecto forma parte de la estrategia más amplia de Turquía de desarrollar su independencia en materia de defensa y, al mismo tiempo, de diversificar sus asociaciones internacionales.

El proyecto KAAN no es sólo un proyecto nacional, sino que también está destinado a ser exportado a otros países, prestando especial atención a los socios militares de Turquía. En este contexto, Pakistán se ha integrado en la iniciativa. En enero de 2025, durante la octava reunión del grupo de trabajo conjunto en la Exposición Industrial Pakistán-Turquía, las discusiones revelaron el deseo de fortalecer la cooperación entre las dos naciones.

Representantes de 32 instituciones turcas y paquistaníes participaron en el evento, lo que marcó un paso importante hacia la coproducción del proyecto KAAN. El ministro de Defensa turco, Yaşar Güler, confirmó que el acuerdo para la participación oficial de Pakistán en el proyecto estaba cerca de concretarse, allanando así el camino para una mayor cooperación militar.

El lanzamiento de esta fábrica conjunta tendrá repercusiones estratégicas para ambos países. Por un lado, Turquía podrá aumentar su producción de aviones de combate de bajo coste, lo que supone una ventaja significativa para sus políticas de defensa y exportación. Por otro lado, Pakistán obtendrá acceso a tecnología avanzada, lo que podría mejorar significativamente sus capacidades aéreas y estimular su industria de defensa local.

Además de la producción del avión de combate, también se han mantenido conversaciones sobre la coproducción de otros equipos militares, lo que fortalecerá aún más la autonomía de ambos países en áreas estratégicas. Esta colaboración también tiene como objetivo facilitar la transferencia de tecnologías cruciales, lo que permitirá a Pakistán desarrollar sus habilidades en el diseño y la producción de aviones de combate avanzados, al tiempo que reduce su dependencia de los proveedores extranjeros.

La importancia de esta colaboración va más allá de los aspectos técnicos e industriales. También sirve para fortalecer las relaciones diplomáticas entre las dos naciones, que ya tienen una larga historia de cooperación militar. Turquía y Pakistán comparten intereses geopolíticos comunes, especialmente en el sur de Asia y Oriente Medio, y esta cooperación en materia de defensa debería consolidar sus vínculos estratégicos.

El establecimiento de la fábrica conjunta también podría tener implicaciones para la dinámica regional, en particular al ofrecer una alternativa a las potencias occidentales en el campo del armamento. En un momento en que Turquía busca aumentar su influencia en el escenario mundial, este proyecto simboliza su ambición de convertirse en un actor importante en el sector de la defensa.

Esta colaboración no se limita a la producción de aviones de combate, sino que también abre la puerta a otras iniciativas conjuntas en el ámbito de las tecnologías de defensa, en particular en el sector de los drones, los sistemas de defensa aérea y las tecnologías de la comunicación. Turquía, con su experiencia en drones y sistemas de defensa avanzados, también podría transferir estas tecnologías a Pakistán, reforzando aún más las capacidades militares de este último país.

Se espera también que esta colaboración conduzca a la formación de nuevos ingenieros y técnicos en ambos países, un activo a largo plazo para el desarrollo industrial y tecnológico.

La creación de una fábrica conjunta para la producción del KAAN marca un hito en la cooperación militar entre Turquía y Pakistán. Esta asociación estratégica va más allá de la simple coproducción de aviones de combate y se enmarca en un proyecto más amplio destinado a fortalecer la autonomía militar de ambas naciones y promover el desarrollo tecnológico compartido.

En un momento en que Turquía busca establecerse como líder regional en materia de defensa, esta colaboración con Pakistán demuestra su deseo de ampliar su influencia y contribuir a la estabilidad geopolítica de la región. Este proyecto podría allanar el camino para futuras iniciativas conjuntas y cambiar el equilibrio del poder militar en el sur de Asia.

Rudis04ARG

8 thoughts on “Turquía y Pakistán crean una fábrica conjunta para la producción del caza KAAN.

  • el 20 enero, 2025 a las 17:07
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    Mucha suerte a los turcos con Pakistan como socio…

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  • el 20 enero, 2025 a las 19:35
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    ¿Y van a permitir los EE. UU. que Pakistán compre el KAAN?

    En el 2018 vetaron la venta de Turquía a Pakistán de helicóptero de ataque T129 ATAK agarrándose a que montaban motores Honeywell. Que se sepa, los KAAN montarán un motor de General Electric… ¿O es que, al final, han llegado a un acuerdo con Rolls-Royce para montarle un derivado del EJ200 del Eurofighter?

    Al final, aquel acuerdo de compra con Turquía fue cancelado por Pakistán, dado que Turquía era incapaz de suministrar el helicóptero, incluso tras haber intentado buscar motores alternativos. Y, como consecuencia, Pakistán acabó comprando helicópteros de ataque chinos.

    De hecho, eso podría ser el argumento para evitar el bloque esta vez: seguro que EE. UU. prefiere que Pakistán compre turco a que compre chino, aunque creo que no le hará gracia que eso ayude a Turquía a competir en otros mercados.

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  • el 20 enero, 2025 a las 20:04
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    Aquí la madre del cordero està en que motores equiparan al KAAN, el gobierno de EEUU ya vetó la instalacion de motores norteamericanos en la venta de helicopteros de ataque a Filipinas y hasta que no lo levantó no los pudo vender y no creo que vayan a llevar motores chinos o rusos. La única opcción seria que Rolls Royce colaboraran con Turquia pero Paquistán aliado de China no lo tengo claro

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  • el 20 enero, 2025 a las 21:03
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    No son solo los motores. Para ser lo que el KAAN aspira a ser se requiere conexión de datos, software, ordenadores, misiles, revestimiento especial, ….. Eso de donde va a salir? Creo que Pakistán va a comprar el J-35 a China y poner huevos también en la cesta de Turquía por si acaso.

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    • el 21 enero, 2025 a las 07:53
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      Esto es un F18 Hornet con chasis de F35 plagiado (con todos mis respetos al veterano Hornet).

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    • el 21 enero, 2025 a las 12:47
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      Solamente ciertos componentes están contemplados por la ley ITAR norteamericana, que contempla sanciones y restricciones de exportación.

      Por ejemplo, un radar estaría incluido, pero los turcos tienen sus propios radares AESA. Pero un chip Intel normalito, para ordenadores, en principio, no está incluido, que yo sepa.
      Los misiles, de esos tiene Turquía también los suyos propios. El software, supongo que utilizan como base un derivado de Linux, que es libre.

      Hay muchas más cosas, sí, pero no todas están sujetas a la ITAR.

      Nuestro SIRTAP es libre de ITAR. Si nosotros hemos conseguido no incluir ningún componente norteamericano susceptible, los turcos también lo pueden conseguir, aunque el Kizilelma sea una aeronave mucho más compleja.

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  • el 21 enero, 2025 a las 00:33
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    Diversificar proveedores..
    Pakistán hace bien, como comentaba Paco, al no «poner todos los huevos en la misma cesta» y Turquía se está mostrando como un proveedor de sistemas de defensa sorprendentemente activo.
    Viendo las limitaciones impuestas por ciertos exportadores de sistemas de defensa cada vez habrá más países que se decanten por alternativas a esos posibles vetos.
    En Europa deberíamos apoyar más los productos «internos» y depender menos de los «externos»..

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  • el 22 enero, 2025 a las 11:48
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    Turquía y Pakistán tienen cierta experiencia en cooperación en el ámbito militar. Los 3 submarinos Agosta-90B pakistaníes fueron sometidos a revisión de media vida y modernizados hace escasos años por el astillero turco STM, que venció en una competición internacional al propio NG, diseñador de los buques. Empresas turcas también intervienen en el desarrollo de los sistemas de sensores y armas del proyecto Sea Sultán, basado en el avión ejecutivo Embraer Lineage 1000E, cuya conversión la lleva a cabo Leonardo Spa. El primer Sea Sultán convertido en MPA será entregado en 2026. Un punto de contacto fuerte entre Turquía y Pakistán es la primacía de la religión islamita Sunnita en el grueso de la población en ambos países. Para Turquía el acuerdo es una oportunidad para seguir incrementando su influencia regional, que se extiende hasta Azerbaiyán (y en menor medida en Georgia) en el Cáucaso y Catar en el golfo Pérsico, se ha extendido hasta Libia en África del Norte, estableciendo una suerte de red de influencia determinada por el factor energético (gas y petróleo) que va del mar Caspio hasta el Mediterráneo y que pretende extenderse hacia el sur. Turquía y Azerbaiyán tienen firmado un acuerdo militar que implica que la agresión a cualquiera de ambos, implica la posibilidad de involucrarse bélicamente. Por otra parte, Azerbaiyán forma parte del proyecto Kaan; no solo ya ha dispuesto fondos, sino que técnicos azeríes se encuentran en Turquía capacitándose y preparándose para la transferencia tecnológica. Estratégicamente es muy importante el acercamiento a Pakistán, y este acuerdo es como su broche de oro. Para Karachi también es importante, porque encuentra una alternativa a la penetración china, que tiene cada vez mayores voces de oposición en sectores influyentes de la política y la religión pakistaní. Inicialmente, Beijing significó un respaldo muy importante ante el cambio de estrategia estadounidense, que migró hacia el acercamiento a la India, relajando paulatina pero constantemente el apoyo que ofrecía, desde la administración Obama en adelante. Karachi se ha involucrado fuertemente con Beijing económicamente, pero también militarmente. En este sentido, la afluencia de créditos de China ha permitido la modernización del país, en especial en infraestructura portuaria y de carreteras, en función de la Iniciativa comercial china «la Franja y la Ruta». Militarmente, el acuerdo de fabricación del JF-17 Thunder ha implicado transferencia tecnológica de alto nivel, que ha beneficiado a PAC, la empresa aeroespacial pakistaní; aunque también en sistemas terrestres y navales, incluyendo sistemas misilísticos. El acuerdo de fabricación de 4 (de 8 contratados) submarinos clase S-26 en los astilleros de Karachi también ha implicado un avance fundamental para el país y su marina. Estos buques, con AIP y capaces de disparar SLCM representan una suerte de contraposición estratégica a la posesión por parte de India de SSBN. El ejército pakistaní se ha transformado prácticamente en un apéndice del ejército chino. Pero todo ello, al costo de la ruina financiera del país. Por ello, muchos bogan por relajar la asociación con China y han visto en Ankara un posible socio, capaz de ofrecer una alternativa a la influencia de China, que tiene visos de convertirse en hegemónica. La participación de Pakistán en el programa Kaan sumaría un socio de peso internacional si se concretase el acuerdo. Sería una asociación (Turquía-Azerbaiyán-Pakistán) de países con un importante nivel de desarrollo tecnológico, pero carentes de fondos suficientes. En nuestra opinión, sería necesaria la participación de uno o dos socios con capacidad financiera capaz de impulsar el desarrollo. El otro punto débil del programa es la falta de motores autóctonos. Actualmente TAI será provisto por GE de motores F110, similares a los de los F-16 turcos. Esto implica que, de hecho, EEUU podría vetar cualquier exportación que no sea de su agrado (incluyendo a Pakistán) y marcar el ritmo productivo (como ocurre en India con el programa Tejas 1A). Turquía tiene negociaciones avanzadas con RR desde 2016 para desarrollar un motor; y también acuerdos firmados con Motor Sich de Ucrania; e incluso empresas locales de motores a reacción, pero éstas aún tienen escaso dominio de tecnologías altamente avanzadas y solo producen motores de bajo empuje, aptos para sus drones. La industria local de motores podría avanzar, pues cuentan con todo el apoyo gubernamental y tienen un mercado en expansión, pero necesitan una inyección de dinero fuerte para avanzar en I+D+i.

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