El famoso ex-USS John F. Kennedy emprende su último viaje.

El portaaviones de la clase Kitty Hawk fue vendido por un centavo a un desguace después de que fracasaran los intentos de convertirlo en un barco museo.

En un jueves frío y desapacible en Filadelfia, un puñado de personas se acercó al muelle para ver cómo el antiguo portaaviones de la clase Kitty Hawk U.S.S. John F. Kennedy (CV-67) iniciaba su viaje final. Apodado «Big John», la subvariante de la clase Kitty Hawk comenzó un viaje desde las instalaciones de mantenimiento de buques inactivos de la Marina estadounidense hasta las instalaciones de International Shipbreaking Limited en Brownsville (Texas). Allí será troceado y sus restos vendidos como chatarra.

Tras 17 años en Filadelfia, se espera que el Big John llegue a su destino final en algún momento del mes que viene, según informó un portavoz del Mando de Sistemas Navales Marítimos (NAVSEA). Transitará hacia el sur por el océano Atlántico, rodeará la península de Florida y luego cruzará el Golfo de México. Aún no se ha fijado una fecha para el desmantelamiento del buque.

El Big John y el antiguo USS Kitty Hawk fueron vendidos por un céntimo cada uno en octubre de 2021 tras años de debate sobre sus destinos. Durante un breve periodo de tiempo se llegó a hablar incluso de devolver el Kitty Hawk al servicio y de vender el Big John a la India. Hubo varios intentos más en tierra, pero infructuosos, de alejarlos de la antorcha del desguace. La Marina reservó el John F. Kennedy para su posible conversión en buque museo tras su retirada del servicio.

Múltiples grupos intentaron hacerse con el buque para ese fin, pero ninguno de esos esfuerzos tuvo éxito. Los superportaaviones de propulsión nuclear no pueden ser buques museo, por lo que estas fueron las últimas oportunidades de una segunda vida para los mayores buques de guerra de la Armada.

Puesto en servicio el 7 de septiembre de 1968, fue el primer buque de la Armada bautizado con el nombre de John F. Kennedy y el último portaaviones de propulsión convencional construido en Estados Unidos. Fue retirado del servicio en 2007, 39 años después.

El USS John F. Kennedy en las instalaciones de mantenimiento de buques inactivos de la Armada de los Estados Unidos.

El buque era un derivado único del diseño de la clase Kitty Hawk, originalmente destinado a ser de propulsión nuclear. Entró en servicio en plena guerra de Vietnam, pero no participó en ella. Sin embargo, prestó apoyo en otras misiones, como la respuesta estadounidense al bombardeo del cuartel de los Marines en Beirut (Líbano) en 1983 y la primera Guerra del Golfo en 1991. El portaaviones y su ala aérea fueron llamados a realizar patrullas aéreas de combate tras los atentados terroristas del 11 de septiembre, y el buque también participó en las primeras fases de la guerra de Afganistán.

Vista aérea desde la proa de babor del USS John F. Kennedy en el océano Atlántico. El barco fue enviado a la zona de Nueva York en respuesta a los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 en la ciudad de Nueva York y Washington, DC

El hecho de que un buque tan grande y con tanta historia -más de 305 metros de eslora y 87.000 toneladas de desplazamiento- se vendiera por un céntimo pone de manifiesto el reto y el gasto que supone el desguace de buques tan grandes. El problema está a punto de agravarse. El desguace de un buque de propulsión nuclear de tamaño similar es mucho más complicado y está plagado de peligros. En comparación, el coste neto de desmantelar el antiguo USS Enterprise -el primer portaaviones de propulsión nuclear de la Armada- podría ascender a 1.550 millones de dólares, según un Informe de Rendición de Cuentas del Gobierno de 2018.

No será el último portaaviones que lleve el nombre del 35º presidente. El futuro USS John F. Kennedy (CVN-79), el segundo supercarguero de la clase Ford, fue contratado en el año fiscal 2013 y su entrega está prevista para el mes de julio de este año, según documentos de la Armada.

El jueves por la noche, el Big John, en estado de decadencia, seguía cerca de la costa, en el río Delaware, remolcado por un remolcador marítimo que lo conducía por el canal hacia el océano Atlántico. Según la NAVSEA, una vez que el barco llegue a aguas abiertas, no volverá a ser visible desde la costa hasta que se acerque a la ciudad texana de San Padre Island, en el Golfo de México.

Howard Altman

4 thoughts on “El famoso ex-USS John F. Kennedy emprende su último viaje.

  • el 19 enero, 2025 a las 18:20
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    Los costes de construcción, como también de desmantelar un portaaviones nuclear, se pueden reducir mediante la modulación de los reactores nucleares, estos deben de tener la capacidad de poder ser retirados y desmantelados por separado.

    Dos a tres reactores enfriados por sal fundida, tienen la ventaja que si uno falla y tiene que ser desactivado, la temperatura de la sal fundida puede mantenerse hasta su reparación, la cual es más segura que los enfriados por agua de alta precisión.

    Además, aunque el siclo de la vida útil del combustible nuclear, el cual puede contener torio en un 40% si el reactor fue diseñado para usarlo, es mucho más corto, entre 5 a 6 años, el proceso de la recarga es mucho más rápido y el desecho puede ser reciclado en su totalidad.

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  • el 20 enero, 2025 a las 11:45
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    El JFK es de propulsión convencional. El primer portaviones nuclear fue el Enterprise. Tenía un montaje n de reactores nucleares pero para cuando llegó la clase Nimitz el diseño se había mejorado y aprovechado los avances. EEUU ha desmantelado suficientes submarinos y cruceros nucleares como para saber qué hacer. Y también ha aprendido de los rusos.

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  • el 20 enero, 2025 a las 19:52
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    Sería muy interesante saber si los norteamericanos han estudiado la posibilidad de convertir sus antiguos portaaviones en bases fijas de apoyo aéreo en territorios insulares, en mí opinión debería estudiarse seriamente.

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    • el 21 enero, 2025 a las 07:35
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      No compensa. Sería más limitado, más vulnerable y más caro que un aeródromo convencional.

      Más limitado porque todo en el portaaviones está pensado para funcionar en movimiento. Sin ese viento frontal de +30 Nudos los aviones estarán obligados a operar con menos peso.
      Más vulnerable porque a diferencia de la isla no es insumergible.
      Y más caro porque además de necesitar a personal muy cualificado para operar en un portaaviones necesitas personal extra para hacer funcionar los componentes de este (Catapultas, cables de frenado, elevadores… además de ser un barco en si).

      Lo único que ahorras es en maquinistas y combustible a costa de matar su movilidad y operatividad. Si de verdad hace falta apoyo aéreo en territorios insulares para eso están los portaaviones de verdad. Si no se va a convertir en museo más interesante creo sería utilizarlo como blanco para misiles balisticos e hipersónicos para evaluar su capacidad de supervivencia real frente a las armas más modernas y de paso probar estas, tal como se hizo con el USS America en su día.

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