Rusia desaprovecha su gran ventaja naval.

Sin una armada adecuada, Rusia no tiene futuro como Estado», dijo en 2009 el entonces presidente ruso, Dmitri Medvédev, cuando Moscú avanzaba con planes de gran alcance para sus fuerzas navales.

Sin embargo, años más tarde, la flota de superficie rusa se queda corta, una fuerza relativamente poco impresionante a la que se ha permitido «atrofiarse», según declaró anteriormente un antiguo almirante de la Armada estadounidense. Con percances de gran repercusión, como la pérdida del buque insignia del Mar Negro, el Mosvka, en abril de 2022, y la costumbre de incendiarse del único portaaviones ruso, se considera que muchos de los buques de superficie rusos, salvo algunos más nuevos y pequeños, no están a la altura.

Pero no puede decirse lo mismo de los buques que Rusia esconde bajo la superficie de los océanos y mares del mundo. A diferencia de los buques de superficie más visibles, los submarinos rusos están considerados como unos de los mejores del mundo.

Sin embargo, las capacidades de los submarinos rusos corren el riesgo de diluirse por su concentración en la guerra de Ucrania, que implica principalmente a fuerzas terrestres, y su futuro desarrollo peligra por las sanciones occidentales.

La Armada rusa es «la mejor bajo el agua

Los excelentes submarinos de Moscú se sitúan justo después de los de Estados Unidos en una medición de las capacidades submarinas, según declaró a Newsweek el almirante retirado de la Marina estadounidense James Foggo. Según la organización sin ánimo de lucro Nuclear Threat Initiative (Iniciativa contra la Amenaza Nuclear), Rusia cuenta con unos 58 submarinos, tanto diésel como nucleares. Según este recuento, Rusia tiene 17 submarinos nucleares de ataque y nueve submarinos nucleares de misiles de crucero (SSGN).

Entre la flota rusa se encuentran los SSGN de clase Yasen y Yasen-M actualizado, que el experto de la corporación RAND Edward Geist describió anteriormente como «la joya de la corona de la Armada rusa contemporánea y tal vez el pináculo de la tecnología militar rusa actual». Son capaces de transportar los nuevos misiles hipersónicos de Rusia, conocidos como Tsirkon o Zircon, así como misiles de crucero Kalibr de largo alcance, que se han utilizado contra objetivos ucranianos.

Los medios estatales rusos también anunciaron en diciembre la entrega de más submarinos nucleares a la Armada en los próximos meses, incluido el Generalísimo Suvorov de clase Borei, que fue entregado a la Armada en una ceremonia en diciembre de 2022.

Rusia ha anunciado nuevas inversiones en sus capacidades submarinas, incluyendo lo que los medios estatales rusos afirmaron que sería una nueva «división» de submarinos portadores de «supertorpedos» con capacidad nuclear en los próximos años.

La flota submarina rusa «supera con creces» a su flota de superficie en varios aspectos, como capacidad, alcance y sigilo, según declaró Graeme P. Herd, del Centro Europeo George C. Marshall de Estudios de Seguridad.

Durante todo el periodo posterior a la Guerra Fría, Rusia se ha centrado en el desarrollo de submarinos y nuevas capacidades para los buques submarinos, mientras que Moscú ha perdido en gran medida su capacidad de construir nuevos buques de superficie de gran tamaño, añadió Dmitry Gorenburg, del Center for Naval Analyses (CNA), un grupo de reflexión estadounidense.

La armada rusa, y la precursora armada soviética, siempre han sido «las mejores bajo el agua», y la tecnología de submarinos de propulsión nuclear sigue situando a Moscú «entre las potencias líderes», según Nick Childs, investigador principal sobre fuerzas navales y seguridad marítima del grupo de expertos del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS).

Puede que su flota tenga menos submarinos modernos de propulsión nuclear, como los de la clase Yasen, si los comparamos con los de gran parte del siglo XX, pero siguen siendo «muy capaces y, junto con algunos de los submarinos más antiguos, seguirían suponiendo una amenaza para la OTAN tanto en el mar como contra objetivos terrestres», declaró a Newsweek.

Michael Petersen, director del Instituto de Estudios Marítimos de Rusia, declaró anteriormente que la flota de submarinos de Moscú era el «desafío crítico» para Estados Unidos, y muchos expertos están de acuerdo.

Sin embargo, aunque la flota es impresionante sobre el papel, se desconoce en gran medida el grado de conservación y funcionamiento de los submarinos de la era soviética, según Frederik Mertens, analista estratégico de la organización de investigación Hague Center for Strategic Studies (HCSS). La fuerza submarina rusa nunca ha sido «plenamente probada en combate, añadió Childs, y aunque se supone que los submarinos son superiores a la flota de superficie, «el alcance de eso sigue sin estar claro».

Hay un aire de «temeridad» y de voluntad de asumir riesgos en las actitudes de Rusia, tanto respecto a sus fuerzas terrestres como a sus submarinos, que los países de la OTAN no asumirían, añadió Paul van Hooft, analista estratégico senior de HCSS.

La Armada rusa en Ucrania

La Armada rusa ha desempeñado un papel muy limitado en las operaciones de Moscú en Ucrania. La fuerza de submarinos con capacidad nuclear está dividida entre las flotas del Norte y del Pacífico, que no han tenido un papel directo real en la guerra de Ucrania. Los submarinos nucleares rusos están protegidos por otra oleada de submarinos, que es de lo que depende la disuasión nuclear del país, dijo van Hooft.

Estos submarinos tienen como «objetivo principal» «lanzar ataques nucleares estratégicos contra Estados Unidos», dijo Herd. El mes pasado, la Flota del Pacífico se sometió a una serie de ejercicios militares descritos por el Kremlin como una «inspección sorpresa» en la que participaron 12 submarinos.

Aunque las «prioridades» de Rusia siguen siendo la guerra en Ucrania, «aún así, el objetivo de desarrollar la armada, incluso en el teatro de operaciones del Pacífico, sigue siendo relevante», dijo el presidente ruso Vladimir Putin al ministro de Defensa Sergei Shoigu, según una lectura del Kremlin.

«Está claro que algunos de los activos de la flota pueden utilizarse en conflictos en otros lugares», añadió Putin.

La flota rusa del Mar Negro, con sus bases en el puerto crimeo de Sebastopol y en la ciudad meridional rusa de Novorossiysk, ha desempeñado hasta ahora un papel más importante en el esfuerzo bélico. Los submarinos se han utilizado para lanzar misiles de crucero de ataque terrestre como los Kalibrs, pero los submarinos rusos de propulsión convencional que acechan en el Mar Negro siguen planteando problemas para la actividad de la OTAN en el Mar Negro y las rutas marítimas, señaló Childs. En conjunto, sin embargo, la flota submarina rusa «no se ha visto afectada en gran medida» por el conflicto en curso, según Gorenburg.

Pero, en cierto modo, el conflicto está alcanzando -o alcanzará- a la Armada rusa. Los partidarios occidentales de Kiev, incluido Estados Unidos, han impuesto sanciones a Moscú con el fin de reducir la capacidad del Kremlin para hacer la guerra, y en diciembre de 2022, el Departamento de Estado reforzó las medidas contra el poder naval ruso.

«Creo que se han visto gravemente perjudicados por estas sanciones económicas», dijo el almirante retirado Foggo, así como «por su propia insensatez en la guerra de Ucrania».

Por lo tanto, mantener el desarrollo de submarinos avanzados será cada vez más difícil «cuando no tengan las materias primas, no puedan mantener la base industrial, no tengan la mano de obra, porque esa mano de obra se está yendo a luchar en la guerra [en Ucrania]», dijo Foggo.

Esto compromete la capacidad de Rusia para invertir en desarrollo con visión de futuro, como submarinos de nueva generación «que rivalicen con los mejores de Occidente», afirmó.

«La prolongación del conflicto y la próxima contraofensiva ucraniana socavan la credibilidad militar rusa», afirmó Herd. Es probable que aumente la presión sobre la armada rusa para que proyecte una imagen de fuerza a través de su flota, lo que le hace asumir «mayores riesgos» al utilizar submarinos que no son aptos para la navegación, dijo, así como acelerar el desarrollo de sistemas de armas.

Los submarinos son la partida más cara del presupuesto militar ruso y no tienen una utilidad evidente en esta guerra, por lo que Rusia compensa y proyecta poder aceptando un mayor riesgo», afirmó Herd. Los submarinos rusos «sufrirán daños indirectos y a largo plazo cuanto más dure la guerra».

Algunos expertos, como Herd, sostienen que las sanciones ponen de relieve hasta qué punto el complejo industrial de defensa ruso ha dependido, y depende, de la tecnología occidental, algo que luego repercute en el desarrollo de Rusia. Sin acceso a esta tecnología, hay pocas fuentes sustitutivas disponibles para los avanzados submarinos rusos, declaró. La tecnología de China, por ejemplo, no puede satisfacer las necesidades de Moscú, añadió.

Es difícil calcular hasta qué punto dependen los submarinos rusos de la tecnología extranjera, dijo Gorenburg, pero es probable que se necesite tecnología importada al menos para algunas partes del desarrollo de los submarinos. Sin embargo, también hay que distinguir entre las flotas de superficie y submarinas, y los submarinos nucleares en particular tienen menos probabilidades de necesitar tecnología extranjera, continuó.

«Aunque los submarinos rusos más recientes son muy capaces, la ineficaz industria naval rusa ha tenido problemas para entregarlos a tiempo y en cantidades significativas», añadió Childs. «Esto podría verse exacerbado por el aumento de las demandas en otros sectores de la industria de defensa como resultado de la guerra, así como por el impacto de las sanciones sobre ciertos componentes clave», añadió.

Pero los expertos presentan dos posibles escenarios para el futuro de la flota de submarinos rusa.

En última instancia, si hay limitaciones de recursos en todo el ejército ruso, es probable que se dé prioridad a la reconstrucción de las fuerzas que se han visto más afectadas, como las fuerzas terrestres, dijo Gorenburg. «Eso conducirá inevitablemente a recortes, o al menos a límites, en la construcción naval en el futuro».

Sin embargo, Rusia también podría canalizar más inversiones hacia los submarinos debido a su «importancia relativa» frente a los daños sufridos por otras áreas de las fuerzas armadas, sugirió Childs.

Sin embargo, según los expertos, es probable que el impacto se retrase. Es probable que los niveles de inversión de que han disfrutado los submarinos mantengan las flotas durante los próximos años, mientras que los recortes se dejarán sentir mucho más adelante.

«Se han erigido en potencia líder en submarinos, probablemente al menos durante los próximos 20 años», dijo Gorenburg, teniendo en cuenta la inversión de la década anterior. Después de eso, «sin duda podría haber ramificaciones».

Sin embargo, mantener tanto los submarinos de disuasión nuclear como los buques submarinos que los protegen será siempre una prioridad absoluta para Rusia, afirmó Mertens.

Ellie Cook