El ejército ucraniano afirma haber capturado a dos combatientes chinos en la región de Donetsk.

A principios de marzo, Seúl afirmó que Corea del Norte había enviado otros 3.000 soldados a luchar en la región rusa de Kursk, entonces parcialmente controlada por el ejército ucraniano. Esto coincidía más o menos con las pérdidas sufridas por el contingente norcoreano desplegado con las fuerzas rusas el pasado otoño.

Por supuesto, desde el principio de la guerra, las fuerzas ucranianas reclutaron voluntarios extranjeros decididos a luchar a su lado. Pero Rusia también ha reclutado combatientes más allá de sus fronteras. El pasado mes de septiembre, a petición de Nueva Delhi, desmovilizó a indios que habían sido «engañados» para alistarse en sus fuerzas armadas.

Un año antes, Cuba había denunciado la incorporación de varias decenas de sus nacionales al ejército ruso, mientras que Kazajstán dijo haber observado «intentos de reclutamiento de la población local a la Federación Rusa para participar en el conflicto armado» en suelo ucraniano.

Entonces, ¿cuál es el estatus exacto de los dos combatientes, presentados como chinos, que fueron capturados por el ejército ucraniano en la región de Donetsk? ¿Forman parte del Ejército Popular de Liberación [EPL] o han sido reclutados como los indios y los cubanos antes que ellos?

El 8 de abril, a través de la red social X, el presidente Volodymyr Zelensky declaró que el ejército ucraniano acababa de hacer prisioneros a «dos ciudadanos chinos que combatían en el ejército ruso». Y añadió: “El incidente tuvo lugar en territorio ucraniano, en la región de Donetsk. Se les incautaron documentos de identidad y tarjetas bancarias que tenían en su poder”.

Para apoyar su declaración, Zelensky presentó un vídeo en el que aparece uno de los dos prisioneros. En él se ve a un joven de rasgos asiáticos, con las manos atadas, intentando describir una pelea en la que participó.

“Tenemos información que sugiere que las fuerzas de ocupación [rusas] tienen en sus filas a muchos más ciudadanos chinos que estos dos.

Actualmente estamos comprobando todos los hechos: los servicios de inteligencia, los servicios de seguridad ucranianos y las unidades pertinentes de las fuerzas armadas están trabajando en ello, prosiguió Zelensky, antes de añadir que había pedido a su ministro de Asuntos Exteriores, Andriï Sybiga, que se pusiera en contacto “inmediatamente” con Pekín para ver cómo China piensa reaccionar ante esta situación”.

El Encargado de Negocios de la República Popular China en Kiev fue convocado inmediatamente para que diera «explicaciones».

«La presencia de ciudadanos chinos luchando en el ejército invasor ruso en Ucrania pone en entredicho la posición declarada de China a favor de la paz y socava la credibilidad de Pekín como miembro permanente responsable del Consejo de Seguridad de la ONU», comentó Sybiga.

Sin esperar a las aclaraciones solicitadas a Pekín, Zelinsky prosiguió diciendo que «la implicación de Rusia, China y otros países, directa o indirectamente, en esta guerra en Europa muestra claramente que Putin pretende hacer todo menos poner fin a la guerra» y que está «buscando la manera de continuar la lucha».

Por tanto, prosiguió, “esto exige sin duda una respuesta. Una respuesta de Estados Unidos, de Europa y de todos aquellos en el mundo que aspiran a la paz».

Hasta ahora, China se ha descrito a sí misma como parte «neutral» y posible mediadora en este conflicto entre Ucrania y Rusia, que nunca ha condenado. Y con razón: China sigue siendo un aliado político y económico clave para Moscú.

Además, el pasado mes de julio, los treinta y dos miembros de la OTAN consideraron que Pekín fue un «facilitador decisivo» de la invasión rusa. «Estamos profundamente preocupados por la creciente asociación estratégica entre Rusia y China y sus intentos combinados de desestabilizar y remodelar el orden internacional basado en normas», afirmaron.

(*) El artículo 13 del Convenio de Ginebra [III] establece: «Los prisioneros de guerra serán igualmente protegidos en todo momento, en particular contra todo acto de violencia o intimidación, insultos y curiosidad pública».