Turquía prepara el mayor ejercicio marítimo de su historia, que incluye una prueba con fuego real del misil antibuque ATMACA.

Las Fuerzas Armadas turcas están preparando el Denizkurdu-II/2025, el mayor ejercicio naval programado en la historia del país, que comenzará el 8 de mayo y se prolongará hasta el 17 de mayo. En este simulacro masivo orquestado por el Mando de las Fuerzas Navales turcas, que abarca el Mar Negro, el Mar de Mármara, el Mar Egeo y el Mediterráneo Oriental, participan 120 plataformas navales, incluidos 104 buques de superficie, 6 submarinos y 52 medios aéreos tripulados y no tripulados.

Por primera vez, también se ejecutará un gran número de operaciones conjuntas con las Fuerzas Terrestres, las Fuerzas Aéreas, la Gendarmería y la Guardia Costera, mostrando la ambición de Turquía de llevar a cabo operaciones multidominio en entornos de alta amenaza.

El ejercicio, dirigido desde un centro de control en Gölcük, simulará escenarios de combate de alta intensidad para reforzar el mando y control, aumentar la preparación de las fuerzas conjuntas y mejorar la interoperabilidad. La presencia del almirante Kadir Yıldız junto a los contralmirantes Sezer, Eser, Türkkan, Özturşucu y Korkut en la sesión informativa de lanzamiento subraya la importancia de la operación dentro del calendario militar de Turquía.

El entrenamiento con fuego real incluirá el uso de ATMACA, el misil antibuque autóctono de Turquía, lanzamientos de misiles SM-1 contra objetivos aéreos no tripulados de alta velocidad, y numerosos escenarios de bombardeo aire-tierra y naval utilizando tanto sistemas tradicionales como de nueva generación. Unidades como el internacionalmente reconocido SAT (Equipo de Ofensiva Submarina) y el SAS (Equipo de Defensa Submarina) llevarán a cabo una serie de operaciones especializadas, que abarcan asaltos anfibios, defensa costera, guerra antisubmarina y despliegue de sistemas marítimos no tripulados.

Las visitas a puertos turcochipriotas y mediterráneos subrayan la presencia regional de Turquía y su mensaje estratégico en el marco de la doctrina «Mavi Vatan» (Patria Azul).

El ejercicio de este año marca una evolución significativa en la postura naval de Turquía, combinando plataformas avanzadas construidas en Turquía, UAV de nueva generación y sistemas heredados de origen estadounidense para llevar a cabo una guerra marítima de espectro completo. En particular, se espera que el buque de asalto anfibio TCG Anadolu sirva de plataforma de lanzamiento para el UAV Bayraktar TB-3, lo que demuestra aún más la creciente integración de sistemas no tripulados en la Marina.

El ejercicio transmite un mensaje calibrado tanto a las potencias regionales como a los aliados de la OTAN, destacando la creciente autonomía marítima y su ambición de dar forma a la dinámica de seguridad en el Mediterráneo y el Mar Negro.

Esta edición de Denizkurdu es el ejercicio naval de mayor envergadura de la historia de Turquía. En comparación con Denizkurdu 2021, que contó con la participación de unos 87 medios navales, la iteración de 2025 incluye 120 buques y 85 plataformas aéreas, lo que supone un aumento de entre el 35 y el 40 por ciento.

Si se compara con la flota total de la Armada turca, más del 90% de sus buques de superficie operativos han sido movilizados, lo que refleja un nivel excepcional de preparación y compromiso en tiempos de paz. El despliegue de casi todas las plataformas anfibias, buques auxiliares, sistemas no tripulados y una amplia gama de medios aéreos tripulados y no tripulados pone de relieve la capacidad de Turquía para proyectar un poder marítimo de espectro completo, lo que equivale a una movilización sin precedentes de sus fuerzas navales.

La presencia de 79 buques que participaron en visitas a puerto, el desglose detallado de las salidas aéreas y los calendarios específicos de pruebas de misiles se revelaron públicamente en una conferencia de prensa celebrada en el Comando del Centro de Guerra Naval en Gölcük.

Los sistemas desplegados abarcan una gama de tecnologías turcas y extranjeras. Entre las plataformas de fabricación turca se encuentran el buque insignia TCG Anadolu (LHD), el misil antibuque ATMACA, desarrollado por Roketsan con un motor a reacción Kale de fabricación nacional, y vehículos de superficie no tripulados desarrollados por empresas de defensa turcas.

Los vehículos aéreos no tripulados (UAV) y las municiones guiadas, como MAM-T, Cirit y TEMREN, reflejan la creciente integración de las tecnologías de Aselsan y Roketsan en la doctrina naval. Estos sistemas de fabricación nacional no solo están operativos, sino que ahora son elementos esenciales en el entrenamiento con fuego real, lo que confirma la capacidad de Turquía para alcanzar la independencia tecnológica.

Desarrollado como reemplazo directo del misil Harpoon de fabricación estadounidense, el ATMACA ofrece un mayor alcance (más de 220 km), perfiles de vuelo que rozan el mar y un sistema de propulsión de fabricación turca.

Sistemas heredados de origen estadounidense, como el misil SM-1, aún se utilizan en ejercicios defensivos, aunque su presencia es cada vez más simbólica. El lanzamiento del SM-1 contra un dron aéreo de alta velocidad demuestra que se mantiene la interoperabilidad y proporciona continuidad en la defensa aérea estratificada, pero el énfasis turco se está desplazando claramente hacia los sistemas nacionales.

De igual manera, las antiguas fragatas estadounidenses y los antiguos sistemas de la clase Perry siguen en servicio, pero se complementan o reemplazan cada vez más con buques de la clase MILGEM y electrónica autóctona.

El ATMACA representa una piedra angular de esta transición doctrinal y tecnológica. Desarrollado como reemplazo directo del misil Harpoon de fabricación estadounidense, el ATMACA ofrece un mayor alcance (más de 220 km), perfiles de vuelo que rozan el mar y un sistema de propulsión de fabricación turca. En abril de 2025, el ATMACA demostró una nueva capacidad al ser lanzado desde un submarino, lo que reforzó aún más su capacidad de disuasión. Comparado con sus equivalentes globales, como el Exocet francés o el Kalibr ruso, el ATMACA se mantiene firme en cuanto a guiado, alcance y resistencia a la guerra electrónica.

Para Turquía, el misil es más que un arma: es una declaración estratégica de independencia en su capacidad crítica de ataque naval.

Estratégicamente, Denizkurdu-II/2025 subraya la intención de Turquía de consolidar su dominio en el teatro marítimo bajo su doctrina marítima «Mavi Vatan» (Patria Azul). Este ejercicio se produce en un momento de intensa tensión geopolítica en el Mediterráneo Oriental, disputas en el Egeo con Grecia y un creciente interés de la OTAN en la disuasión en el Mar Negro tras la guerra con Ucrania.

Sirve como señal, tanto para adversarios como para socios, de que Turquía está dispuesta a actuar como una potencia naval por derecho propio. Con el creciente uso de sistemas no tripulados y la integración de componentes terrestres, marítimos y aéreos, el ejercicio se alinea con el concepto de operaciones multidominio de la OTAN, pero en términos cada vez más definidos por las prioridades estratégicas turcas.

Los países con intereses marítimos regionales, Grecia, Chipre, Egipto e incluso los estados no litorales de la OTAN deberían tomar nota de la escala, la precisión y la proyección de capacidad soberana evidentes en este ejercicio. A medida que Turquía consolida sus industrias de construcción naval y desarrollo de misiles, su capacidad para sostener operaciones marítimas multiplataforma de largo alcance crece a la par que sus ambiciones geopolíticas.

A través del Denizkurdu-II/2025, Turquía emite un mensaje estratégico inequívoco: ya no es un actor marítimo de apoyo, sino una potencia central en las regiones del Mediterráneo Oriental y el Mar Negro. Con más del 90 % de su flota operativa en alta mar, el uso de sistemas autóctonos como ATMACA y una amplia integración de fuerzas conjuntas, Ankara está redefiniendo su postura militar.

El énfasis en la tecnología turca marca una ruptura con la dependencia de sistemas extranjeros, mientras que la inclusión de plataformas heredadas de la OTAN preserva un puente hacia la interoperabilidad occidental. En esencia, este ejercicio encarna el impulso de Turquía hacia la soberanía marítima, la capacidad de disuasión y la autonomía geopolítica. No se trata de un simple ejercicio, sino de una clara expresión de poder, visión e intenciones de la República Turca tanto a aliados como a rivales.

Rudis03ARG

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