Airbus presiona a Berlín para que adjudique el contrato del tramo 5 del Eurofighter.

La industria necesita una decisión definitiva sobre el Eurofighter antes de 2025.

La consultora de gestión PwC Strategy& presentó ayer lunes un nuevo estudio sobre los efectos del Tramo o Tranche 4 del programa Eurofighter en la economía alemana.

El estudio muestra que el programa Eurofighter a lo largo de toda la cadena de valor

— Asegura 100.000 puestos de trabajo europeos, 25.000 de ellos en Alemania

— Participan 120 proveedores de toda Alemania

— Cada euro invertido en el programa Eurofighter genera varias veces más del producto interior bruto alemán

— La participación de la industria alemana en el programa genera una importante cantidad de ingresos fiscales, así como contribuciones para la seguridad social y los fondos de pensiones.

Sin embargo, según la planificación actual, la producción del Eurofighter en Alemania finalizará en 2030 con la entrega del último aparato del Tranche 4 para el Bundeswehr. Dado que está previsto que el futuro sistema europeo de combate aéreo FCAS esté operativo a partir de 2040, actualmente hay un vacío de diez años sin pedidos para la industria nacional.

Sin un próximo pedido (Tranche 5) del gobierno federal, se correría el riesgo de que la construcción de aviones de combate militares en Alemania llegara a su fin, con la correspondiente pérdida de puestos de trabajo, ingresos fiscales y, en particular, de tecnologías y competencias punteras en la industria, que se han ido acumulando durante décadas.

La industria aeronáutica alemana necesita, por tanto, un compromiso del Gobierno federal para seguir desarrollando el Eurofighter y, por ende, una decisión fundamental sobre el futuro del sistema durante esta legislatura.

El presidente del BDLI, Michael Schöllhorn, afirmó: “¿Queremos mantener la fabricación de aviones militares en Alemania? Si la respuesta es “sí” -sobre todo teniendo en cuenta la situación geopolítica-, entonces debemos construir rápidamente un puente industrial hacia el futuro, además del Eurofighter Tranche 4 que se está construyendo actualmente en Alemania. En concreto, esto significa: Necesitamos la comisión para el desarrollo posterior del Eurofighter durante esta legislatura.

Continuó Schöllhorn: “Sólo así podremos mantener el Eurofighter para la Bundeswehr y nuestros aliados en la vanguardia tecnológica a largo plazo, y crear importantes bases tecnológicas para la próxima generación de plataformas de combate aéreo”. Esto va asociado a una decisión fundamental del gobierno federal sobre la adquisición adicional de Eurofighters basados en esta nueva tecnología”.

El Eurofighter, como proyecto de cooperación europea, constituye la columna vertebral de varias fuerzas aéreas europeas. Para Alemania, este sistema de armas no sólo tiene una importancia global y estratégica para las fuerzas aéreas, sino que también es el programa estructural de aviación militar que tiene un impacto duradero en el paisaje industrial a lo largo de toda la cadena de valor en todo el país.

NOTA DEL EDITOR: La solicitud de un pedido del Tranche 5 por parte de Schöllhorn -que también es consejero delegado de Airbus Defence and Space- plantea una serie de interrogantes.

La primera se refiere al futuro inventario de las fuerzas aéreas alemanas. Los 38 aviones Eurofighter Tranche 4 encargados en 2020 en el marco del programa Quadriga tendrán una vida útil hasta “mucho más allá de 2060”, según declaró el entonces jefe de Airbus DS, Dirk Hoke, cuando se firmó el contrato. Los 100 aviones Tranche 5 propuestos tendrían al menos la misma longevidad, al igual que los 35 Lockheed F-35 que Alemania está comprando por 10.000 millones de euros.

Así pues, en 2040, Alemania dispondrá de una flota de más de 283 aviones de combate modernos, incluidos 110 Eurofighters Tranche 2/3 que se reequiparán con radares AESA. Esto significa que, o bien el programa SCAF/FCAS no será necesario antes de la década de 2050 como muy pronto, o que Alemania tendrá que retirar prematuramente sus últimos 138 Eurofighters Tranche 4 y 5 en torno a 2040 para dejar paso al SCAF/FCAS. Ninguna de las dos es una perspectiva atractiva.

El segundo punto es financiero. Los 38 aviones Quadriga encargados en 2020 costaron 5.400 millones de euros, es decir, 142 millones de euros cada uno, por lo que un hipotético pedido de 100 aviones Tranche 5 costaría al menos 14.200 millones de euros, y probablemente más de 15.000 millones de euros teniendo en cuenta la inflación desde 2020.

Así pues, si el Gobierno aceptara la propuesta de Schollhorn, Alemania acabaría pagando más de 30.000 millones de euros sólo en aviones de combate. Dada la actual situación económica de Alemania, resulta inverosímil que pueda financiar una cantidad tan elevada en un momento en el que ha tenido que recurrir a un Fondo Especial de 100.000 millones de euros para devolver a sus fuerzas armadas a un nivel de preparación aceptable.

Al pedir a Berlín que invierta 15.000 millones de euros más para mantener su industria a medio plazo, Schollhorn está abogando indirectamente por retrasar el programa conjunto SCAF/FCAS con Francia y España, lo que perjudicaría a la industria a largo plazo.

Otra cuestión es que 40 de los 100 aviones del Tranche 5 del plan de Schollhorn están destinados a la exportación, pero, dada la restrictiva política de exportación del gobierno alemán -que sigue bloqueando la venta de 72 Eurofighters de BAE Systems a Arabia Saudí, por ejemplo-, no hay garantías de que se lleve a cabo ninguna venta de exportación, aunque se pudieran encontrar clientes para la exportación. Esto socava los argumentos económicos a favor del pedido de la Tranche 5).

Defense Aerospace