Australia aumentará su gasto en defensa en medio de las tensiones entre EE.UU. y China.
Australia aumentará el gasto en defensa en 50.300 millones de dólares australianos (32.000 millones de dólares estadounidenses) durante la próxima década y reorganizará sus programas de armamento para hacer hincapié en misiles, aviones no tripulados y buques de guerra ante la posibilidad de un conflicto en el Pacífico entre China y Estados Unidos
El grueso del nuevo gasto, que forma parte de un presupuesto de 330.000 millones de dólares australianos para toda la década, no entrará en vigor hasta dentro de cinco años y, en última instancia, elevará el gasto en defensa al 2,4% del PIB en 2034, frente al poco más del 2% actual.
Anunciada el miércoles por el ministro de Defensa, Richard Marles, la nueva financiación refleja nuevas prioridades, como los misiles de largo alcance, que Australia considera necesarios en un mundo en el que un posible conflicto entre China y Estados Unidos podría trastornar la región.
“Las hipótesis optimistas que guiaron la planificación de la defensa tras el final de la Guerra Fría han quedado atrás”, declaró Marles en un discurso pronunciado en el Club Nacional de Prensa. “Nuestro entorno se caracteriza por la incertidumbre y las tensiones de una competencia estratégica arraigada y creciente entre Estados Unidos y China”.
Algo más del 40%, hasta 145.000 millones de dólares australianos, se destinarán a la Marina, incluyendo una flota de superficie reforzada, el programa de submarinos nucleares AUKUS y otras prioridades como el avión no tripulado submarino Ghost Shark.
Una quinta parte, es decir, hasta 74.000 millones de dólares australianos, se destinará a programas relacionados con misiles, cuya importancia se señaló en una revisión el año pasado. Según la revisión, habrá nuevos misiles de mayor alcance para las fuerzas aéreas y el ejército, programas de defensa antimisiles y fabricación nacional de armas guiadas.
Las bases militares del norte del país, donde los marines estadounidenses realizan meses de entrenamiento y ejercicios cada año, recibirán hasta 18.000 millones de dólares australianos para mejoras.
Lewis Jackson