Estados Unidos podría emplazar nuevamente armas nucleares en el Reino Unido.
La visita de la subsecretaria de defensa estadounidense, Kathleen Hicks, es el último indicio de que la base de Lakenheath albergará misiles estadounidenses.
El gobierno estadounidense prevé una inyección de 39,5 millones de libras en la base de Suffolk.
Tanto el Departamento de Defensa estadounidense como el Ministerio de Defensa se han negado a comentar si la base de Suffolk albergará las primeras armas nucleares estadounidenses en el Reino Unido desde hace más de una década.
Más de 100 cabezas nucleares fueron retiradas de la base en 2008.
La visita de Hicks es el último indicio de que el emplazamiento tiene una gran importancia estratégica para las Fuerzas Aéreas estadounidenses.
La Fuerza Aérea estadounidense es responsable del almacenamiento y mantenimiento de las armas.
El portavoz del Pentágono, Eric Pahon, declaró: «Durante su estancia en RAF Lakenheath, el vicesecretario recorrió las mejoras de infraestructura diseñadas para mejorar la resistencia de la base y el apoyo al escuadrón de F-35 de la base y ver demostraciones de las capacidades de EE.UU.».
Se confirmó que formaba parte de un viaje de tres días al Reino Unido para reunirse con sus homólogos británicos.
Una solicitud de presupuesto estadounidense de principios de este año reveló que el Pentágono planeaba construir un nuevo «dormitorio de seguridad» de 144 camas en lo que se cree que es un búnker de alta seguridad a prueba de bombas para cabezas nucleares.
Un documento anterior, publicado en 2022, hacía referencia a un proyecto de la OTAN para construir nuevos «emplazamientos e instalaciones de seguridad» para almacenar «armas especiales» en países como el Reino Unido.
Las cabezas nucleares se retiraron al final del gobierno de George Bush, al reducirse la probabilidad de una guerra nuclear.
La Campaña para el Desarme Nuclear (CND) presentó una objeción al proyecto alegando que el Ministerio de Defensa y el Consejo de West Suffolk no habían realizado una evaluación del impacto medioambiental.
El Pentágono no quiso dar más detalles sobre la visita de Hicks.
Tony Buzo