Guerra en Ucrania: Nuevo asalto de las tropas rusas al bastión oriental.

Una gran fuerza rusa ha avanzado cientos de metros en un nuevo asalto a un bastión ucraniano en el sureste de Ucrania, aunque es poco probable que logre un avance significativo, han dicho los servicios de inteligencia de Gran Bretaña este martes.

Funcionarios rusos afirmaron que el avance había asegurado un punto de apoyo en la ciudad minera de carbón de Vuhledar. Kiev ha reconocido la existencia de intensos combates en la zona, pero afirma que hasta ahora ha repelido la ofensiva y ha infligido grandes pérdidas a los atacantes.

En una actualización de inteligencia que ofrecía detalles poco frecuentes del campo de batalla, el ministerio británico dijo que Rusia estaba atacando la ciudad con una fuerza al menos del tamaño de una brigada, una unidad que normalmente comprende varios miles de soldados con una amplia gama de capacidades.

Hasta el momento, los rusos probablemente habían avanzado desde el sur varios cientos de metros más allá del río Kashlahach, que, según dijo, había marcado la línea del frente durante meses. El pequeño río fluye en el borde de la ciudad de Pavlivka, a unos dos kilómetros al sur de Vuhledar.

«Existe una posibilidad realista de que Rusia siga logrando avances locales en el sector. Sin embargo, es poco probable que Rusia tenga suficientes tropas no comprometidas en la zona para lograr un avance operacionalmente significativo.»

Según la agencia, los comandantes rusos probablemente estaban tratando de desarrollar un nuevo eje de avance, así como de desviar a las fuerzas ucranianas de Bajmut, una ciudad situada más al norte que ha sido el principal foco de la ofensiva rusa durante meses.

Vuhledar se encuentra en el extremo sur del frente oriental de Ucrania, con vistas a las líneas ferroviarias que abastecen a las fuerzas rusas en el frente sur adyacente. Ucrania ha repelido varios ataques rusos contra la ciudad desde el comienzo de la guerra hace once meses.

El asalto ruso se produce después de que Moscú lograra avances significativos en torno a Bajmut en las últimas dos semanas, sus mayores avances desde que Ucrania recuperó grandes porciones de territorio en la segunda mitad de 2022. El impulso se ha inclinado hacia Rusia en las últimas semanas después de que las líneas del frente estuvieran congeladas desde noviembre.

Los expertos militares afirman que Moscú está decidido a ganar terreno en Ucrania en los próximos meses, antes de que Kiev reciba cientos de tanques y vehículos blindados occidentales prometidos recientemente para un contraataque con el fin de recuperar el territorio ocupado este año.

Bajmut, una ciudad que llegó a tener 100.000 habitantes, parece cada vez más vulnerable después de que Rusia capturara la ciudad salinera de Soledar, al norte, hace aproximadamente una semana. Moscú afirma que ha logrado nuevos avances sustanciales tanto en la periferia norte como en la sur de Bajmut; Kiev afirma que la ciudad en sí aún no corre peligro de caer, pero que los combates allí son duros.

VENGANZA

El presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskiy, describió el asalto ruso en el este como un intento de «venganza» por sus anteriores pérdidas.

«Y creo que no podrán ofrecer a su sociedad ningún resultado positivo convincente en la ofensiva. Confío en nuestro ejército. Los detendremos a todos, poco a poco, los destruiremos y prepararemos nuestra gran contraofensiva», declaró el lunes.

Kiev afirma que los asaltos rusos de las últimas semanas han tenido un coste enorme, ya que al principio recurrieron sobre todo a mercenarios, entre ellos miles de convictos reclutados en las cárceles rusas y enviados a la batalla en oleadas humanas sin la formación ni el equipamiento adecuados.

Pero la llamada a filas de cientos de miles de reservistas a finales del año pasado significa que Moscú ha podido reconstituir unidades militares regulares agotadas o mermadas a principios de la guerra.

Según el comunicado del Ministerio de Defensa británico, el asalto a Vuhledar fue dirigido por una unidad de infantería naval rusa que había intentado atacar la ciudad en noviembre, pero fracasó.

F-16: BIDEN DICE NO

Desde que, tras meses de presiones, Occidente se comprometió a suministrar carros de combate, Kiev ha seguido solicitando armas, incluidos cazas como los F-16 estadounidenses. Ninguno de los dos bandos ha conseguido hacerse con el control del cielo ucraniano.

Occidente se ha negado hasta ahora a enviar armas que puedan utilizarse para atacar en el interior de Rusia, una línea que los países aún no parecen dispuestos a cruzar. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, respondió con un rotundo «no» cuando los periodistas le preguntaron el lunes en la Casa Blanca si Washington enviaría F-16.

Sin embargo, Ucrania mantiene la esperanza. El ministro de Defensa, Oleksiy Reznikov, tenía previsto viajar a París el martes para reunirse con el presidente Emmanuel Macron, quien el lunes declaró a la prensa en La Haya que «por definición, nada está excluido» cuando se trata de ayuda militar.

Macron dijo que el envío de aviones dependería de factores como la necesidad de evitar una escalada y las garantías de que las aeronaves no «tocarían suelo ruso».

El primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, tampoco descartó un posible suministro de F-16 a la vecina Ucrania, en respuesta a una pregunta de un periodista antes de que hablara Biden.

Morawiecki afirmó en unas declaraciones publicadas en su página web que cualquier transferencia de este tipo se realizaría «en completa coordinación» con los países de la OTAN. Polonia lleva tiempo presionando para que Occidente preste un apoyo militar más agresivo a Ucrania.

Dan Peleschuk